Observo fijamente en dirección a donde Medd debería aparecer en cualquier momento, deseando que mi necesidad por verla haga más corta la espera. Sin embargo, los minutos pasan y no aparece.
Bamboo, es un nombre estúpido y poco elegante para un residencial, según mi abuela. Pero eso podría ser porque detesta que mi madre se haya desligado de ella cuando quedó embarazada de mí.
Estoy segura de que ella cree que no hay mejor lugar para nosotras que estar a su lado.
El problema es que mi madre ama su libertad, ama estar lejos de su familia y sentir que no depende de ellos.
Ama que su reputación se haya forjado con esfuerzo y no con ayuda de su linaje.
—Llegué.—una despeinada y sudorosa Medd aparece frente a mí, sus palabras salen mezcladas con jadeos— ¿Dónde está la bendición?
Le echo un último vistazo a su desaliñada apariencia, sintiendo que en cualquier momento sacará la lengua como un perreo sediento. Ella se queda estática frente a mí, como si necesitara una orden para ejecutar pero lo único que recibe de mí es un quejido de mala gana.
Después de mi traumática experiencia no tuve otra opción que sálir del apartamento, no me sentia segura ahí.
No fui lejos sin embargo. Abrí la puerta de la entrada principal y me senté sobre el piso del umbral mientras esperaba su llegada; Oto se quedó dentro jugando con uno de mis zapatos, por lo que no tuve que traerlo conmigo pero no dejé de echar ojeadas en su dirección para asegurarme de que no desapareciera.
Medd arquea una ceja en mi dirección pero no consigue nada de lo que desea.
Sé que espera una respuesta a mi extraño comportamiento pero no tengo una que suene creíble, por lo que desvío su atención señalando las tres bolsas llenas que sostienen sus largos dedos. No lucen pesadas pero una es considerablemente más grande que las otras dos. Ella se encoge de hombros ante mi mirada interrogante y cruza el recibidor dejádome atrás; cuando se percata de que no la sigo ladea la cabeza indicándome que lo haga pero niego repetidas veces en su direccion.
No quiero entrar ahí.
No quiero enfrentar eso.
Mi cabeza aún duele, tomé una pastilla cuando salí de mi habitación pero no ha calmado ni un poco las punzadas que se incrustan a ambos lados de mi cabeza.
—¿Qué tienes? —su expresión se llena de preocupación y camina hasta mí para tomar mi rostro entre sus delicadas manos.— Háblame. —pide, cuando ve que no quiero responder.
Sus mirada está fija sobre la mía durante varios segundos y sé que su preocupación es genuina.
Porque esos ojos no mienten, no podrian.
El nudo en mi garganta se vuelve enorme.
—No... —musito.— No puedo.
Ella me envuelve con sus brazos cálidamente, protegiéndome de algo que no tiene idea, que ni siquiera puede enfrentar.
Pero lo intenta.
Eso es lo que hace que mis ojos se conviertan en cascadas desde donde el agua desciende hasta mi cuello en pesadas lágrimas.
— Medd, es posible que me esté volviendo loca ¿entiendes? —busco sus ojos instintivamente pero su expresión es de piedra.— No quiero, no quiero dejar esta realidad donde está todo lo que amo. —mi voz sale quebrada, ella me acurruca aún más sobre su pecho para calmarme.
—No puedes librarte de mí tan fácil Lexie, yo siempre voy a estar ahí, incluso si todo lo que ves no es real, mientras sigas conmigo yo siempre estaré ahí.
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INUSUAL - [EN PROCESO]
FantasíaCuando dos almas juran algo, no importa cuántas vidas pasen. No importa cuanto deseen no haberlo hecho. No importa el caos que se desate alrededor. Seguirán cruzándose hasta que cumplan su palabra. "No importa a donde huyas, no importa en qué cuerpo...