C20| MAD

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(***)

¿Qué pasó?

¿Por qué me siento tan cansada?

No puedo ver, no puedo oler, no puedo oir...

-¿Hola? -pregunté con esperanza de alguien me respondiera. Nadie respondió.

Mis labios se sintieron agrietados y una sensación de ardor apareció en cuanto los humedecí pasando mi lengua. Mi garganta se sintió seca y por más esfuerzo que hice mis ojos se negaban a abrir.

El dolor en mi frente fue similar al dolor que produce el hielo cuando lo sostienes por mucho tiempo; sentí mi energía abandonarme de nuevo y dejé de intentarlo.

No importa lo que haga...

-Por favor, sé que estás ahí Agares.

Lo sé, no puedo pasar por alto su presencia; no importa qué tanto haga para engañarme, lo cierto es que ya reconozco cuando viene a mí.

Porque ya perdí la cuenta de las veces que él apareció frente a mí sólo para mofarse de mi debilidad.

-Bien, sigue fingiendo que no estás.

-Supongo que no tiene caso, bonita.

Mis sentidos volvieron de golpe; siempre era así, cuando Agares se dignaba a hablar mis sentidos volvían. Él me controla a su antojo.

De cierta manera perdí la noción del tiempo; él había hecho todo para confundirme y yo había caído como una mosca en la mierda.

Sé que ha pasado tiempo, el suficiente como para pensar en todas mis probabilidades de escapar y al final llegar a la triste conclusión de que son nulas.

No hay manera, no hay nadie que me ayude y no puedo hacerlo sola.

Se formó una especie de burbuja donde sólo existimos Agares y yo; al inicio pensé que era algo transitorio pero el tiempo pasa y seguimos estancados; no supe más de Asmodeus o Carsten. Ellos me abandonaron y aunque les tengo remordimiento puede entender que para ellos no signifiqué nada.

Me duele...

Supongo que soy la única estúpida que se encariña con demonios que con costo vió un par de veces pero sinceramente no puedo evitarlo y aunque suene ridículo ellos son lo único que tengo después de la muerte.

Mis amigos y mi familia ya no pueden ayudarme; tomé varios días para llorar y creo que me dolió más a mí que a ellos, de alguna forma ellos se pueden apoyar pero yo estoy sola.

Agares no es mi amigo. Jamás lo seremos. Jamás.

No podría dar una opinión exacta de lo que me hace sentir, lo único que sé es que mi cuerpo lo rechaza; él actua como si fuera mi amigo, incluso intenta bromear y tiene acercamientos físicos pero todos se sienten sumamente falsos y forzados.

No puedo ignorar el hecho de que me tiene atrapada. Así, sin más.

Ni siquiera se esforzó en ocultarlo a pesar de que pudo hacerlo. Él me dijo literalmente que me había "raptado" y eso no le movió ni lo más mínimo, para él haberme raptado fue de lo más normal. No hubo disculpas ni remordimientos.

No sólo estaba siendo privada de mi libertad si no también de mis otros sentidos; sé muy bien que ya no tengo un cuerpo humano pero comprobé que seguía teniendo cosas muy humanas en mí, como: vista, gusto, olfato, tacto y oído. Aún así, se me eran arrebatados al antojo del guardian de la muerte.

Agares tiene ese puesto; eso era algo que me había contado en una de sus tantas visitas y que no me había negado a creer porque a final de cuentas estoy muerta y aún me sigo sintiendo como si estuviera viva ¿Cómo podría cuestionar algo que está fuera de lo normal si yo misma lo soy? Sería estúpido.

-Sé que te aburriste de mí. -dijo después de aclararse la garganta.

No hubo respuesta de mi parte, él sabía tanto como yo que mi respuesta sería dolorosa para él o almenos bastante ofensiva.

-Entonces te libero. -dijo con pesar.

Me sorprendí tanto que aguanté la respiración. Él lo dijo. Él dijo eso que querido escuchar hace mucho tiempo pero que jamás esperé oir. Él me dió la libertad que anhelé pero lo único qie sentí fue que me quitó una base, me sentí desprotegida y hasta tuve el impulso de pedirle que no lo hiciera pero preferí el silencio.

Me incorporé irguiendo mi espalda; un dolor leve me atrevesó pero lo ignoré por completo. Tantos días acostada me pasaron factura y ahora hasta sentarme se me estaba dificultando pero tenía que demostrar que seguía fuerte.

Me tomó un poco de tiempo pero en cuanto estuve lista pregunté:

-¿Qué pasará conmigo? -abrí los ojos e inmediatamente lo busqué con la mirada.

Sus característicos ojos chispearon y su expresión cambió a una muy incómoda. Él no se siente cómodo con mis ojos puestos sobre él y no dudó en demostrarmelo quitandome de nuevo la vista.

-No se puede tener una conversación sin mirar a la persona que tienes enfrente, Agares. -reproché.

-No se habla con los ojos. -dijo con un tono odioso.

-No hablaré. -advertí cruzandome de brazos. Esa era la mejor manera de manipularlo, eso siempre funciona con las personas.

-Te leo la mente. -volvió a mofarse. Sentí unas impresionantes ganas de soltarle un puñetazo en algún punto bajo de su cuerpo pero desgraciadamente seguía atada a la camilla.

-Aunque te soltara no tienes oportunidad, Lexie. -su tono jocoso combinado con aires de superioridad me hicieron evocar el de Carsten.

Seguí cruzandome de brazos y sin decir palabra alguna; se había convertido en una especie de guerra estúpida que no me permití perder.

-En mi reino sólo hay sirvientes y dos demonios, ya los conoces así que no debo presentarlos. -ignoró mi berrinche y siguió hablando.-Ya no te soporto así que ellos te ayudarán.

-No entiendo... -murmuré.

-Que te expliquen ellos. -soltó aire con fastidio.-Cuando seas menos amargada y fastidiosa puedes venir a verme.

Agares me devolvió la vista y me obligué a adaptarme al exceso de luz para saciar mi curiosidad de verlo; busqué su figura por todo el lugar pero no lo encontré hasta que vi más allá de la puerta, él se estaba alejando y lo único visible era su espalda. Maldecí internamente porque no recordaba mucho de su rostro y ahora que me había prohibido discretamente el mirarlo la intriga se volvió enorme.

Él me abandonó. Es un pésimo guardian, es tan holgazan que decidió dejarme aún sabiendo que su deber es guiar mi alma hacia el descanso eterno; no puedo creerlo ¡prefirió dejar todo en manos de sus sivientes!

Las extrañas esposas que me mantenían aferrada a la camilla se soltaron, liberándome. Era muy evidente el hecho de que ya no tenía que quedarme ahí y que ahora tenía libertad. Dejé pasar unos minutos y en cuanto pude me puse de pie; mis rodillas flaquearon y tuve que sostenerme a como pude pero terminé cayendo de todas maneras.

Mi instinto de supervivencia no me permitió quedarme tirada y aunque se me hizo bastante humillante la única manera de desplazarme era gatear, así que lo hice. Gateé hasta sálir de la habitación y en cuanto lo hige noté la gran diferencia; fuera de mi pequeño encierro todo se ve como una mansión abandonada, la luz es tenue y las paredes son rojo sangre. No había nadie más allí así que me apresuré sin vergüenza alguna.

-¿Lexie? -una voz áspera y conocida resonó detrás de mí.

Ay no.... por favor no.

-¿Carsten?

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JAJJAJAJAJAJAJAJA AYNO, Lexie siempre pasando pena

En fin, ahora viene mi parte favorita del libro jahshs💞👄💞

Les quiero pedir que no sean lectoras fantasma :( me ayudan mucho los votos y los comentarios, en serio los aprecio❣

Espero les haya gustado.❤❤❤

INUSUAL - [EN PROCESO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora