Medd.Fue hace muchas lunas la última vez que me sentí incluida en una familia; había levantado barreras lo suficientemente fuertes para mantenerme lejos de los demás, me había acostumbrado a estar sola y había sido mi decisión. Entonces, puedo decir que me habia esforzado por dejar de sentir que algo me faltaba y aunque es humillante, tambien puedo decir que pese a todo mi esfuerzo, el sentimiento seguía ahí.
Ausensia...
De alguien escuché que no existe más vacío que el de una persona que ya estuvo y se fue, si nunca estuvo, nunca habrá tal vacío.
Sin embargo, he confirmado de una manera bastante inesperada que existen vacíos que pueden descubrirse cuando de repente una persona que no conociamos en absoluto pasa a sentirse como alguien que siempre habíamos necesitado, como una pieza que le faltaba al rompecabezas o como el ingrediente especial de una receta.
Y lo descubrí el día en que su mirada se cruzó con la mía.
Fue sólo un segundo, pero supe desde entonces que somos historia, desde entonces sentí que habia algo especial y desde entonces el vacío que no había podido llenar con nada desapareció.
Algunas personas son así, llegan y se transforman en lo más cercano a una brisa cálida.
Ahora era felíz a su lado.
Fui felíz en el momento en que su mano buscó la mía debajo de la manta y entrelazó sus frágiles dedos con los míos.
Sólo que...
Jamás imaginé que unos minutos después, cuando ingenuamente creí que recostaba su cabeza a mi hombro en realidad se tratara de su cuerpo inerte cayendo sobre mí; sí, tal vez fue su manera de avisarme que ya se iba pero jamás imaginé que aquello pasaría porque nuestra historia apenas empezaba.
Y juro que nadie espera morir a una edad en que la vida empieza, pero sucede y esa tarde sucedió.
Justo ahora, cuando todo estaba yendo bien y cuando creí que podia abrir mi corazón de nuevo, justo cuando pensé que podia aferrarme a alguien y mantenerme a su lado hasta el día de mi muerte. Sin embargo, no fue así.
Y en medio de los gritos ensordecedores no hice más que mirar la escena como si aquello fuera ajeno a mí; fue como si el aire se me cortara, como si mi alma abandonara mi cuerpo o incluso como si los sentimientos hubieran colapsado huyendo de mi cuerpo y manteniéndose suspendidos en el aire.
Sé que duele tanto que no puedo asimilarlo, sé que esto no significa que no me duela, sé que duele tanto que no puedo sobrellevarlo.
Lexie...
¿Te fuiste?
Me dejaste...
Pero núnca fue una mala idea enamorarme de ti, incluso si nuestra historia duró tan poco.
Esto no puede ser real, esto no puede ser real...Porque sería injusto que algo así me estuviera pasando; sería injusto que algo así le estuviera pasando a Lexie.
Miles de ideas cruzaron mi mente, aunque la mayoría del tiempo se sintió como si en realidad no pensara nada. El tiempo no perdonó la tragedia, los sonidos nocturnos ya habia empezado a colarse dentro de la casa, las luces seguían apagadas y el frío habia empezado a erizar mi piel, fue apenas cuando salí de mi ensimismamiento y miré hacia la ventana, la noche ya había caído y yo seguia sentada justo donde había estado su cuerpo.
Qué irrelevante es nuestra vida, esta noche podría ser cualquiera, podría ser la más felíz pero... esta noche ya no estás y las estrellas siguen brillando como si aún estuvieras viva.
Inspeccioné el lugar sintiéndome desorientada; no sabía qué había sucedido, no recordaba cuando o cómo se habían llevado su cuerpo, no supe si me hablaban, si alguien más estaba ahí o si seguía como siempre había estado...
Sola...
Fue entonces que los recuerdos llegaron a mí; su linda sonrisa y su figura brincoteando por todas partes; su cabello castaño moviéndose graciosamente cuando caminaba frente a mí en los pasillos; su letra descuidada en los apuntes y los molestos abrazos que siempre me resistí a corresponder; me sentí tan idiota y tan malagradecida que mi pecho empezó a doler como si tuviera ligeras punzadas.
<<-¿Qué harás si muero? tendrás cargo de consciencia.->>
Intenté llorar para aliviar la presión sobre mi pecho al recordar sus palabras pero fue inútil.
- Siento que voy a morir de dolor. -susurré, como si le suplicara a Dios que me ayudara a liberarme de la horrible sensación que no me dejaba sacar todo lo que sentia.
Sé que me duele, sé que en mi mente no deja de reproducirse la idea de llorar pero no puedo; no importa qué tanto llore ¿cierto? porque núnca volverá.
Perdóname Lexie, perdóname si no puedo llorar pero te juro que desde hoy será tu voz el eco que escuche en mi mente cuando necesite ayuda, porque estoy segura de que jamás dejarías que caiga de nuevo, porque sé o almenos intento aferrarme al hecho de que aunque te fuiste jamás me olvidarás.
Y yo tampoco te olvidaré.
Y sé que me perdonarás el hecho de no acercarme a un cuerpo que ya no eres tú, sé que perdonarás el hecho de que me vaya lejos.
...
No hay nada qué hacer...
Sostuve el ticket con indecisión; habían pasado horas desde lo ocurrido y seguía sin soltar lágrima alguna; si tuviera el poder de inventar algún sentimiento le llamaría arcada sentimental a esa repentina sensación de querer llorar que te asfixia pero que terminas desechando luego de segundos, sentí muchas de esas mientras decidía lo mejor para mí de ahora en adelante y una pregunta no dejó de merodear en mi mente:
¿Así se enfrenta esto? Sé que no.
No soy alguien que lo haga todo bien, no soy alguien que tenga la fuerza para sentir como debe de ser y definitivamente no soy alguien que tenga la capacidad para admitir que está cruzando por el peor momento de su vida.
Sin embargo, estaba afrontando las cosas a mi manera: huir.
Sí, huir de esto es lo más fácil para mí ¿por qué? porque no tengo la fuerza para oir a nadie haciendo lo que yo debería hacer, no quiero oir a nadie llorando, no quiero sentirme ajena al asunto y no quiero ni puedo ver el cuerpo de la persona que amo en ese estado.
No quiero admitir que ya no estás, Lexie...
Es que si te veo sé que jamás lograré recuperarme y no puedo...
Por eso me voy.
Por cobarde, por inútil y porque no importa si me quedo aquí, si voy a la misma escuela o incluso si frecuento los sitios a los que ibas; no importa nada de lo que haga porque jamás volverás y yo jamás podré reducir tu existencia a este lugar ni a estas personas, porque eres más, mucho más y quiero guardarte en mi memoria de una forma en la que nada pueda dañarlo.
Y si me escuchas desde algún lado quiero que sepas que no importa el tiempo que pase; siempre serás mi persona favorita, por eso no quiero que sufras si existe el más allá y sigues preocupandote por mí, no quiero que retrases tu viaje; así que con el peso que esto tiene y con lo mucho que me duele quiero decir que puedes irte, puedes irte de mi parte.
Y sé que eso no significa que me olvidarás, porque nada hará que nos olvidemos.
-Señorita, disculpe, ya puede entregarme su ticket.
-Sí, gracias.
Así fue como abordé con destino a algún lugar en el que nada pudiera afectar tu hermoso recuerdo; así fue como pude, con el dolor más grande que habia sentido, pronunciar aquellas palabras:
-Descansa en paz, mi pequeña Lexie.

ESTÁS LEYENDO
INUSUAL - [EN PROCESO]
FantasiCuando dos almas juran algo, no importa cuántas vidas pasen. No importa cuanto deseen no haberlo hecho. No importa el caos que se desate alrededor. Seguirán cruzándose hasta que cumplan su palabra. "No importa a donde huyas, no importa en qué cuerpo...