(***)Vi cómo el rostro de Agares se transformó en uno endurecido en cuanto le dió la espalda a sus invitados, como si toda la oscuridad cayera sobre su rostro. Las personas que lo acompañaban no mostraron interés alguno en que él dejara la mesa, siguieron charlando sin prestar atención a nada más que a sus palabras; todos tienen un aspecto elegante y sus físicos no tienen cosas extrañas como alas o cuernos, parecen humanos pero tomando en cuenta que este lugar está lleno de cosas no humanas no tiene sentido que ellos lo sean. El único que se atrevió a levantar la mirada fue un chico de cabellos rubios, pareció repentinamente interesado en la actitud de Agares. No obstante, su mirada volvió a la mesa unos segundos después.
Quise sálir huyendo a medida que la distancia entre Agares y yo iba disminuyendo pero no tendría sentido.
Él sabe que estoy aquí, fui muy ingenua al pensar que él no se percataría de eso.
Su cuerpo pasó frente a mí y su vista siguió clavada al frente, sostuve mi respiración y creí tan sólo por un segundo que de verdad no me había descubierto. Pero mis esperanzas cayeron en cuanto se adentró en el ascensor; su mirada se clavó justo en mí, más bien, en el punto oscuro donde aún seguía escondida y luego exhaló fuertemente.
-Sigueme. -ordenó entredientes. Su rostro siguió inexpresivo pero sus palabras me causaron escalofrios.
No tuve más opción que hacer caso. Salí de mi escondite con la dignidad por lo suelos y la mirada apuntando como máximo hasta su pecho, evitando a toda costa encontrarme con sus ojos carmesí. Él me haló de un movimiento seco y la puerta cerró muy cerca de mi rostro, si hubiera estado un poco más cerca quizá me hubiera cortado la nariz.
¿Se puede cortar la nariz a un alma en pena?
No debería estar pensando en eso.
El lugar siendo tan estrecho no ayudó para nada. El pecho de Agares quedó pegado a mi espalda y su respiración causó cosquillas en mi cuero cabelludo; supe que entre nosotros habían muchas cosas para decir, muchas cosas por reclamar y muchos gritos silenciados pero no hubo atisbo de ello.
El brazo de Agares rozó parte del mío; uno de sus dedos presionó el botón de en medio, el único que no tenía flecha. Un ligero movimiento me avisó que nos estabamos desplazando, no supe hacia dónde pero supe que lo estabamos haciendo.
El silencio entre los dos se volvió amenazante y la cercanía a la que nos vimos obligados a estar sólo hizo que mi nerviosismo aumentara. Sentí que en cualquier momento me tomaría del cuello y me lanzaría al infierno sin derecho a nada pero ni siquiera eso pasó.
Me asusta que no haga nada, me asusta que sea tan inexpresivo.
Es decir, si él demostrara algo sería más fácil para mí imaginar lo que se viene, sería más fácil prepararme. Pero no, él prefiere torturarme con su máscara de tranquilidad. Debo aceptar que es inteligente, sabe cómo atormentar.
Sin previo aviso mi cuerpo es empujado por el suyo; él logra deslizarse fuera de la pequeña estructura que es el ascensor y no tarda en demostrar sus verdaderas intenciones. Siento una presión en mi brazo, son sus dedos clavados en mi piel como si quisiera penetrar mi carne. Él no tiene ni la mínima intención de preocuparse por el dolor que esto me hace sentir, más bien parece disfrutarlo y con esa misma rudeza tira de mí para sacarme del ascensor.
La habitación que aparece frente a mí tiene aspecto de oficina y las paredes son oscuras sin nada fuera de lo normal, mi curiosidad me pide más descripciones pero desgraciadamente todo está tan apagado que es difícil ver más allá; lo que se puede observar con facilidad es un intento de sala conformado por dos sillones negros y una mesita de café llena de doraduras.
No soy capaz de mirar lo que hay a mi derecha porque la imponente figura de Agares me lo impide.

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INUSUAL - [EN PROCESO]
FantasiCuando dos almas juran algo, no importa cuántas vidas pasen. No importa cuanto deseen no haberlo hecho. No importa el caos que se desate alrededor. Seguirán cruzándose hasta que cumplan su palabra. "No importa a donde huyas, no importa en qué cuerpo...