C11| CROW

586 118 499
                                        

El beso de Medd.

Eso me había tomado desprevenida.

Tanto que, no pude evitarlo.

Y sí, lo correspondí.

Después del beso mi confusión aumentó, no podía creer que mi mejor amiga haya sido mi primer beso, aunque, me resultó un sueño que en lugar de algún chico estúpido, ese primer beso haya sido para Medd.

Ya no ignoraba el hecho de que existía un poco más que cariño de amistad, podía distinguirse algo un poco más allá, como el amor platónico.

El problema había sido mi reacción.

Había literalmente huido después del beso.

Aún así, cuando estuve lejos me permití enviarle un mensaje con la razón por la cual lo hice y ella pareció entenderlo. Ahora estaba metida en algo que jamás imaginé.

Sí, quiero a Medd pero no sé si de esa forma y para ser sincera, tampoco sé si ella me quiere de esa manera. Pudo ser un impulso del momento.

Estuve un rato divagando en el centro antes de tomar la ruta para volver a mi casa, para cuando había llegado el sol ya se había metido y el negro de la noche se impregnó de pequeñas estrellas, dejandome una vista preciosa desde mi ventana.

Y empecé a recordar mi vida, cómo solía ser:

Antes de que las pesadillas empezaran yo era ese tipo de persona, alguien que amaba ver las estrellas, que se obsesionaba con los atardeceres rojizos y que cada semana organizaba un picnic con su mejor amiga. Era alguien que limpiaba su habitación cada día porque le traía paz la pulcridad. Me gustaba leer por las tardes después de hacer mis tareas; llenar a Medd de mensajes que siempre dejaba en entregado. Solía ser alguien con muchas pasiones que siempre dejaba tiradas. Era alguien común y corriente pero no estaba incómoda siéndolo, me gustaba.

Ya había pasado por esa etapa donde quería experiencias extremas y pensaba que la vida necesitaba más emoción, que por ser adolescente tenía una especie de responsabilidad con el actuar sin pensar. Sin embargo,
en algún dichoso punto entendí que prefería la estabilidad por sobre cualquier otra cosa, que me daba paz saber lo que sucedería al día siguiente y que mi vida era controlada por mí y nadie más.

Ahora sentía que estaba volviendo a esos tiempos oscuros donde todo era una montaña rusa de emociones y aunque lo romantizan yo lo odio.

La vida siempre va a ser mejor cuando sabemos con certeza lo que sucederá cada día, así podemos cambiarlo o dejarlo igual.

Aunque, a este punto, creo que lo mejor sería desconectarme y sólo dejarlo fluir porque por alguna razón siento que si algo está pasando está muy fuera de mi alcance poder controlarlo.

Me removí incómoda entre las gruesos edredones color lila; no lograba poner mi mente en blanco y eso significaba que el insonmio atacaría de nuevo. Entre mis pesadillas y mi dificultad para poder dormir acabaría muerta.

Quiero descansar...

Pasaron unos minutos y el agua empezó a golpear mi ventana; había empezado a llover con violencia. Una brisa fría logró colarse al interior de la habitación y Oto cabeceó un par de veces hasta quedarse dormido. Oto había crecido mucho, para los lados pero a final de cuentas es crecimiento.

Con él aquí dejé de sentirme sola, aunque extrañaba a Medd ocupando casi toda mi cama por dormir en mala posición. Sonreí recordandole, ella me envió un mensaje diciendo que estaría practicando en su guitarra, que lo había retomado hace unas semanas pero tuvo que dejarlo para venir a acompañarme.

INUSUAL - [EN PROCESO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora