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De Cero 2/5

Zabdiel se encontraba preparando sus maletas volvería a Puerto Rico. Miami lo había tratado muy bien desde el día que había llegado.

Había conocido a muchas personas que también eran de otros países, decidir mudarse a Miami fue una de las mejores decisiones que pudo haber tomado.

Más cuando Richard se le unió y comenzaron a recorrer la ciudad juntos, llendo a bares, discotecas. Y en unas de esas salidas había conocido al chico más bonito de todo el mundo.

Richard lo había llevado a uno de las mejores discotecas de Miami, según el pelirrojo. Ambos entraron y se dirigieron a la barra para pedir cerveza. Caminaron hacia un pequeña mesa cerca de la pista de baile y bebieron un poco.

Observo el lugar y estaba bastante bien, su mirada se detuvo en un chico castaño, vestido con una camisa blanca y pantalones negros que definían muy bien su figura.

—Si no vas a acercarte a él, lo voy a hacer yo— demandó el pelirrojo.

El rubio negó y tomó otro trago de cerveza, cuando Richard quiso acercarse al castaño, Zabdiel lo detuvo poniéndose frente a él, lo que el dominicano aprovechó para empujarlo sutilmente contra el castaño.

Zabdiel sintió como chocaba con alguien y pedía que no sea con quien estaba pensado. Rápidamente se volteó y sus ojos se posaron en el chico castaño.

—Perdón, mi amigo suele ser un poco torpe—hablo apenado. Escucho una pequeña risa de parte del castaño.

—Esta bien, solo fue un accidente—le sonrió.

—Soy Zabdiel—el rubio extendió su mano.

—Christopher—estrecho su mano con el contrario y luego la soltó—. Y ellos son Joel y Erick—señaló a los dos chicos que estaban a su lado.

El rubio los saludo y también presento a Richard, se quedaron los cinco juntos. Unas horas más tarde Joel y Erick estaban bailando juntos mientras que Richard coqueteaba con una chica.

—Creo que necesitamos más tragos—hablo el castaño y fue hasta la barra. El rubio observa como varios chicos y chicas lo miraban, decidió acercarse y tomarlo de la cintura. Caminado juntos pidieron más tragos y volvieron a su mesa.

—Entonces Zabdi, ¿alguien te pareció interesante?

—Si, hay unas cuantas personas.

—¿Y por qué no vas a hablarles?

—No me interesan demasiado, además me gusta estar aquí contigo.

El castaño sintió sus mejillas colorearse, Zabdiel estaba coqueteando con él. Mordió su labio y tomó la mano del rubio y se dirigieron a la pista de baile.

El castaño comenzó a bailar y Zabdiel se unió a él, espantando a cada chico que quería bailar con el castaño.

—Zabdi, quiero decirte un secreto—el castaño se acercó y envolvió sus brazos en el cuello del rubio.

—¿Cuál es tu secreto Chris?—lo miro a los ojos y luego a sus labios. Christopher junto sus labios en un beso que el rubio correspondió y colocó sus manos en la cadera de su acompañante. Minutos después se separaron por falta de aire.

—Ese era mi secreto—le dio una mirada coqueta y se separó del rubio. Éste observó como se iba y rápidamente lo alcanzó.

—Entonces, ¿te llevo a casa?

—Creo que podemos hacer algo interesante en mi casa—el castaño le sonrio y caminaron juntos hacia la salida de la discoteca.

Esa había sido la mejor noche de su vida, al principio con Chris solo eran amigos con derechos. Ninguno quería un relación seria pero luego desarrollaron sentimientos por el otro y comenzaron a salir.

Llevaban meses saliendo, Zabdiel tenía un buen trabajo, Christopher también y ambos pensaban en dar el siguiente paso en su relación.

Pero Zabdiel recuerda el momento exacto en que cortó con Christopher. Llevaban varios días sin hablarse, habían discutido por una tontería. Zabdiel había pedido la transferencia a Puerto Rico, al parecer las cosas con Christopher no funcionarían.

Al fin se la habían dado, Richard lo estaba acompañando al aeropuerto. Christopher estaba escondido, no quería que Zabdiel lo viera, esos últimos días había estado llorando.

Richard discretamente metió la carta de Christopher en el bolsillo de la campera de Zabdiel y se despidió. El rubio subió al avión y observó su teléfono, su fondo de pantalla era una foto de él junto a Christopher sonriendo, suspiro nostálgico.

Comenzo a buscar su auriculares y saco una carta de su bolsillo. La leyó y no podía creer que fuera de Chris, le había escrito que se sentía mal por no haber hablado las cosas cuando tendrían que haberlo hecho y que lo amaría por siempre. Se sentia un idiota, saliendo del avión se dirigió a la puerta de abordaje donde vio a Christopher sentado llorando.

—Chris.

El castaño dirigió su mirada al rubio—Zabdi—se levantó y vio como el puertorriqueño se acercaba a él, tomaba su mentón y unía sus labios en un pequeño beso.

—Te amo, perdón por no hablar con vos y solo ignorarte—lo abrazo.

—Perdóname vos a mi—escondió su rostro en cuello del rubio.

—No tengo nada que perdonarte, sos mi vida entera—dejo un beso en su mejilla y lo miro a los ojos.

—Te amo Zabdi.

—Te amo mucho más Chris de Jesús.

—¿Esa es tu manera de proponerme matrimonio?

—Si, ¿te querés casar conmigo bebé?—el castaño asintio y volvió a abrazar al rubio.

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Buenooo lo público antes de que me arrepienta. ¿Les gusto?

One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora