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Zabdiel estaba acostado en su cama hablando por teléfono con Alexia, sus últimos meses no habían sido los mejores. Cada uno concentrado en su carrera, casi nunca se veían y si lo hacían realmente solo eran unos días.

—¿Zab?

—Perdón Ale, es que tengo muchas cosas en la cabeza.

—Okay, te quiero—el rubio sonrió él también la quería pero no de la misma forma.

—Te quiero más Ale—Zabdiel colgó antes de Alexia empezara a preguntarle que iba a pasar con ellos. Realmente no quería hablar de que este último mes sus sentimientos por Christopher habían dado un giro impresionante, últimamente pasaban más tiempo juntos y notó que se comportaban de manera coqueta entre ellos.

El sonido de su celular interrumpió sus pensamientos.

—Hola Ale.

—Zab, creo que tenemos que terminar.

—Auch—la rubia río y Zabdiel también.

—La distancia lo hace difícil, además vos tenes a otra persona en mente.

—¿Se nota?

—Un poco, digo pasan mucho tiempo juntos—el rubio sonrió—. Arriésgate por él Zab.

—No lo sé, Christopher es una persona súper importante en mi vida Ale.

—Lo sé Zab pero es mejor arriesgarse que quedarse con la duda.

—Bien, voy a ir a verlo cuando terminemos de hablar.

—Eso es todo lo que tengo para decirte.

—¿Amigos?

—Si, Zab somos amigos.

—Te quiero.

—También te quiero—Alexia sonrió y colgó la llamada porque sabía que Zabdiel no lo haría. El boricua marcó el número de Christopher pero éste no le contestó, se levantó de la cama y salió de su departamento, se dirigió al departamento del ecuatoriano.

Al llegar trató de calmar sus nervios, tocó la puerta y espero pacientemente hasta que finalmente Christopher abrió la puerta y Zabdiel se sorprendió de verlo semi desnudo.

—Hey Chris.

—Hola Zab, ¿qué se te ofrece?

—Yo solo pasaba y me preguntaba si querías hacer algo.

—Ahora no puedo Zab, ¿te parece mañana?—el rubio estaba por contestar cuando una chica castaña se acercó a la puerta.

—Amor, ¿vas a volver a la cama?—Zabdiel solo agacho la mirada, Christopher estaba con una chica.

—Dame un minuto preciosa—la castaña asintió y dejo un beso en la mejilla del ecuatoriano volviendo hacia adentro del departamento.

—Perdón Chris, mejor me voy.

—Te veo mañana Zab—el puertorriqueño solo se dio vuelta y camino lo más lejos posible. Christopher nunca se fijaría en él, ni siquiera se fijaría en un chico, se sentía estupido. Su amor definitivamente no era correspondido.

(...)

Richard y Erick notaban la tensión que había en el estudio por una parte estaba Zabdiel con sus auriculares y casi no hablaba con nadie y por el otro Christopher miraba al rubio preocupado.

—¿Crees que hayan discutido?

—No lo sé, tal vez.

—Nunca vi a Zabdiel así—Christopher miró a sus compañeros y salió del estudio, el rubio no le había dirigido la palabra en una semana.

One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora