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Christopher abre sus ojos lentamente al oír los golpes en la puerta, mira por su ventana y aún está oscuro.

Toma su teléfono y apenas van a ser las 2 a.m, se despereza y sale de la cama caminando hacia la puerta principal.

Los golpes aún continúan, seguramente es Erick porque sus peleas con Joel suelen darse a la madrugada y el ojiverde prefiere alejarse del rizado y dejar que se le pasen sus celos.

Observa por el rabillo del la puerta y se soprende al distinguir la cabellera azul de Zabdiel.

Abre la puerta y nota los ojos llorosos de su compañero de banda.

—¿Zab?—el boricua abraza al mayor y Christopher corresponde al abrazo, sus manos acarician la espalda del menor—. ¿Zab? ¿Que sucede?

El más alto se separa y mira los ojos mieles preocupados de su amigo—. Perdón por venir a esta hora, no sabía a donde más ir.

—No me molesta Zab, solo quiero saber que te sucede—contesta y se hace a un lado dejando pasar al boricua.

—Estuve ocupado encargándome de algunos asuntos.

—¿Vas a irte a Puerto Rico?

—No lo sé pero no es con respecto a viajar.

—¿Tus papás?

—Ellos van a estar bien o eso espero.

—¿Esperas?—pregunta preocupado—. ¿Algo le sucedió a ellos?

—No solo tengo que darles una noticia—murmura y Christopher se acerca.

—No creo que sea algo malo Zab—lo consuela.

El peliazul niega—. La noticia va a destrozarlos como me destrozo a mi.

—Zabdiel ya me estas asustando—habla.

—Luz—murmura.

—¿Le sucedió algo a Luz?—mira al boricua.

—No, ella no..—suelta un suspiro—. No es mi hija.

—¿Qué?—pregunta desconcertado desde su lugar—. ¿Ella no es tu hija?

—Ayer me entre, hice una prueba y salio negativa—explica y Christopher lo abraza.

—Lo siento mucho Zab—consuela y el boricua llora en los brazos de su mejor amigo.

—Mis papás van a quedar destrozados Chris—susurra—. Mi mamá ya tenia planeado venir aquí y...

—Mamá Noemi va a entenderlo y va a apoyarte Zab—acaricia el cabello azul de compañero—. Tal vez me llame para que cuide de ti.

—¿Cómo cuando estábamos en la banda?—pregunta y Christopher asiente.

De Jesús se separa—. Gracias Chris, necesitaba hablarlo y decirlo en voz alta.

—Siempre voy a estar para ti Zab, es lo que los mejores amigos hacen—contesta y le da una pequeña sonrisa al menor—. Voy a preparar el sofá para que duermas.

El castaño se levanta de su lugar y camina hasta su habitación, toma una almohada y unas mantas.

Sale del cuarto y Zabdiel deja su campera a una lado, se quita las zapatillas y Christopher le extiende las cosas que trajo.

—Gracias Tofio—una pequeña sonrisa se asoma en el rostro del boricua.

—Ya sabes donde están todas las cosas, sentite libre de hacer lo que te plazca.

—Gracias, realmente lo aprecio Chris—Vélez solo se encoge de hombros restandole importancia.

—Descansa Zab, mañana podemos hablar con los chicos—el peliazul asiente y observa a Christopher perderse en su habitación.

One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora