Zabdiel esta a punto de llegar al departamento donde se iba a realizar una pequeña fiesta por el día de San Valentin y luego verían el Super Bowl.
Se coloca la capucha de su buzo rojo, camina unos cuantos pasos y llega hasta la puerta del departamento con el número 3.
Toca la puerta blanca y aguarda unos minutos hasta que Noemi le abre la puerta, comparten una sonrisa y el castaño ingresa al departamento.
Comienza a saludar a todos los presentes y se queda charlando con Erick, ambos comparten una charla ambigua hasta que Zabdiel hace la pregunta.
—¿Christopher va a venir?
El ojiverde hace una mueca—. No Zab, él ya tiene planes.
El puertorriqueño asiente y saca su teléfono, entra al chat de Christopher y observa que no se ha conectado y tampoco a visto sus mensajes.
—¡Chicos!—ambos observan a Laura y le sonríen amablemente—. ¿Les gustaría ponerse estos corazoncitos en su cara?
La pelinegra le extiende unos pequeños stickers con forma de corazón, Erick toma dos pequeños y los coloca cerca de uno de sus ojos.
Zabdiel toma uno pequeño y otro un poco más grande, coloca el pequeño cerca de su ojo del lado derecho y el corazón más grande lo pone en su mejilla izquierda.
—¡Se ven super cool!—ambos sonríen y Laura vuelve con las chicas.
Zabdiel y Erick disfrutan de la fiesta, beben un poco y ríen con el resto del elenco de la serie.
Unas horas más tarde Erick toma asiento en el sillón porque el Super Bowl está a punto de comenzar.
—¿Vas a irte Zab?—el castaño asiente.
—Pase una tarde increíble con ustedes pero estoy algo cansado—se despide de todos y sale del departamento.
Suspira y mira su teléfono nuevamente, Christopher aún no le contesta.
Las palabras de Richard se repiten en su mente
"Nunca te vio como un amigo Zab, él te ama"
¡Jodida mierda! Christopher sabía ocultar sus sentimientos.
Queria verlo y hablar con él sobre lo que estaba sucediendo con ellos estos últimos días pero el rubio solo hablaba sobre trabajo y luego se iba.
Sabía que el rumor de que estaba saliendo con alguien había llegado a los oídos de Christopher y prácticamente de todo el grupo.
Lo que nadie sabía es que él también sabía ocultar sus sentimientos, estaba tan patéticamente enamorado de Christopher que la idea de buscarlo y confesarle su amor el día más cursi de la historia le parecía patético.
Pero lo haría porque Christopher era lo que más quería en el mundo.
Comenzó a caminar hasta el edificio donde se encontraban sus departamentos, para su buena suerte estaba lloviendo y llegó un poco empapado hasta la puerta del rubio.
Tocó la puerta y aguardo unos minutos hasta que finalmente la puerta fue abierta dejando ver a recién despierto Christopher.
Zabdiel admiro cada rasgo del rostro de Christopher, como su cabello caía en su frente.
—¡Zabdiel!—saliendo de sus pensamientos el castaño le presto atención al ecuatoriano.
—¿Si?
—Estas empapado—el castaño se sonrojo al recordar que la lluvia no había sido su mejor amiga hace unos minutos—. Pasa al baño, voy a buscarte ropa.
