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De Cero 3/5

Christopher se encontraba trabajando en la cafetería, su jefe Joel era bastante simpático. Se llevaban bien además también trabajaba con Alan, eran amigos desde hace unos años y era una fortuna que decidieran contratarlos a los dos.

El sonido de la campanita de la puerta de la entrada lo sacó de sus pensamientos, se acercó a la mesa en la que pareja había entrado, tomó su pedido y luego fue hacia la cocina para poder prepararlo.

Unos minutos después entregó las bebidas a la pareja y escucho como lo llamaba Alan, que se encontraba a lado del teléfono. Le dijo que tenía una llamada para el castaño, éste tomó el teléfono y escuchó la voz de Zabdiel, quedándose en silencio unos minutos colgó. No quería tener noticias de Zabdiel, ellos ya habían terminado.

Atendiendo a varios clientes, las horas pasaron rápido ya casi no quedaba nadie. Estaba tomando un pequeño descanso, cuando volvió a escuchar el sonido de la campana dirigiendo su vista hacia la puerta no podía creer que Zabdiel estuviera allí.

Observo como tomo lugar en la primera mesa y Joel lo miro para que fuera a atenderlo, suspirando el castaño se acercó a la mesa de Zabdiel.

—¿Ya decidió que pedir?

—Hola bonito—le sonrió—Una malteada de fresa va a estar bien—. El castaño anotó el pedido en su libreta y se dio la vuelta, Zabdiel era un idiota.

Le entrego la orden a Erick para que preparara la malteada, espero unos minutos y Erick se la entregó. Antes de que pudiera ir a dársela a Zabdiel, Joel lo detuvo y le comunicó que le tocaba cerrar la cafetería, viendo como todos salían y solo quedaba él y su ex suspiro frustrado. Seguro era un plan de Alan, él amaba la pareja que formaba con Zabdiel. Richard y su influencia como shipper.

Se acercó a la mesa y dejó la malteada, cuando quiso irse Zabdiel lo tomó de la muñeca e hizo que se siente frente suyo.

—¿Qué?

—Vamos bonito no podes estar enojado conmigo para siempre.

—No estoy enojado Zabdiel, terminamos ya no existe nada entre nosotros.

—Chris, te doy de mi malteada si me vas a escuchar—el castaño asintió, bebió de la malteada antes de escuchar atentamente al rubio—. Quiero intentarlo de nuevo, que empecemos de cero.

—No es posible, me engañaste.

—No lo hice, ella lo inventó todo, te lo juro bebé seria incapaz de serte infiel.

—¿Por qué me decís esto ahora?

—Porque tengo pruebas—le dio una carpeta a Chris con varias fotos y documentos—. Ella sabía que íbamos a ir esa noche al cumpleaños de mi madre, la evité toda la noche pero de un momento a otro me estaba besando, nos viste y te fuiste—suspiro— Salí a buscarte pero no te encontré y luego volvi a nuestro departamento pero tus cosas ya no estaban.

—Zab..—el castaño dirigió su mirada hacia las fotos, eran capturas de conversaciones de Gwen con una de sus amigas donde decían todo lo que harían esa noche. Ahora entendía porque la amiga de Gwen lo había arrastrado hacia la cocina—. Yo realmente nose que decir, ni que pensar.

—Bonito, podes tomarte el tiempo que necesites—le sonrío—. Solo quería que lo supieras—conecto su mirada con la de Chris y se fueron acercando lentamente hasta que sus bocas se fundieron en un esperado beso. Zabdiel había olvidado el sabor dulce de los labios de Christopher. Al separarse el castaño se sonrojo y agachó la mirada.

—Es mejor que te vayas Zab.

El rubio negó—. Tengo que pagar la malteada y te ayudo a cerrar—el castaño asintió, era difícil hacer cambiar de opinión a Zabdiel. Le cobro la malteada y fue hacia la puerta, salieron juntos y Chris cerró la cafetería.

—Bien, nos vemos—el castaño se despidió pero sintió como Zabdiel tomaba su mano.

—¿Puedo acompañarte? Es bastante tarde para que estés solo.

—Esta bien—comenzaron a caminar juntos, el castaño sentía la mano de Zabdiel rozar la suya, mordiendo su labio trató de pensar en otra cosa. El rubio sonreía, tomó la mano de Christopher y entrelazo sus dedos. Ninguno comentó nada al respecto, el toque se sentía tan correcto, tan familiar.

Al llegar a la casa de Christopher, éste separó sus manos y se volteó para despedir a Zabdiel. Habían quedado casi de la misma altura, estaba en un escalón de la escalera de la entrada de su casa.

—Gracias por acompañarme—le sonrió y el rubio le devolvió el gesto.

—Fue un placer Chris, nos vemos.

—Zab, ¿querés entrar?—el rubio volteo y le dio una mirada coqueta.

—No para eso torpe, seria injusto de mi parte dejarte ir hasta tu casa—agachó su mirada para evitar sonrojarse—. Podes dormir en el sofá.

El rubio asintio y ambos entraron a la casa del castaño, Chris le dijo que esperara en la sala iría en busca de frazadas y una almohada. Zabdiel asintio y comenzó a caminar alrededor de la sala observando las fotos que tenía el castaño se detuvo cuando reconoció una foto donde él estaba con el ecuatoriano. Era la foto de su primer aniversario, ambos estaban tan felices y tan perdidamente enamorado del otro. Sonrio nostálgico, si se hubiera dado cuenta de las intenciones de Gwen probablemente en ese momento estaría abrazando a Christopher mientras verían una película.

—Realmente pensé que iba a ser para siempre.

El rubio volteo sorprendido al escuchar la voz del castaño—. Yo también lo pensé.

Christopher se acercó y le entregó la frazada y la almohada, sus manos se rozaron y ambos sintieron una corriente a través de todo su cuerpo.

—Te traje un pijama que olvidaste la ultima vez, descansa Zab.

—Buenas noches Chris.

El ecuatoriano subió las escaleras y se dirigió a su habitación, tomó su pijama y se cambió. Se acostó en su cama y cerró sus ojos tratando de dormir. Dando vueltas en su habitación no podía conciliar el sueño, tener a Zabdiel durmiendo en su sillón le provocaba bastante emociones, desde que le había mostrado las fotos y las conversaciones de Gwen solo una pregunta rodeaba su mente: ¿debería darle a Zabdiel una segunda oportunidad?

Pensando un poco más ya tenía una decisión tomada, bajando las escaleras observó a Zabdiel durmiendo pacíficamente en el sofá. Le daba pena tener que despertarlo pero tenía que comunicarle su decisión.

Acercándose al sofá, tomo asiento y trato de desertar a Zabdiel. En el segundo intento el rubio despertó.

—Chris..—miro su teléfono y verifico que no fuera tarde pero se sorprendió al ver la hora—. Son las 4 de la mañana, ¿que sucede?

—¿Cómo estaríamos si Gwen no te hubiese besado?

—¿Si Gwen no me hubiera besado? Chris, ¿qué te fumaste?

—Solo responde la pregunta—lo miro a los ojos.

—Probablemente estaríamos durmiendo en tu cama abrazados, o te cantaria para hacerte dormir y no tendría que estar acostado solo en este sillón.

—¿Solo eso?

—¿Que más voy a decir Chris? Que probablemente tendríamos que estar casados, posiblemente esperando nuestro primer hijo...—antes de que pudiera continuar hablado, el castaño unio sus labios en una dulce beso.

—Quiero intentarlo Zabdi, empezar de cero.

—¿Estás hablando en serio?—el castaño asintió—Amor, yo prometo ser el mejor novio del mundo, voy a cuidarte, respetarte y amarte por el resto de mi vida.

—Yo también lo prometo, ahora vamos arriba, la cama se siente enorme sin vos—tomó la mano del rubio y ambos subieron las escaleras—. ¿Pensaste en nosotros siendo padres?

—Si, te imaginé con tu barriguita creciendo de a poco y gritandome por todo.

—Eso es tan romántico—golpeo suavemente su pecho—. ¿Te parece intentarlo?

El rubio sonrió y tomó de la cintura a su novio, juntado sus labios en un beso lento, llevándolo hacia la habitación.

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N/A: Espero que les guste ❤

One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora