10. Sans sortie

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Capítulo 10.

— ¡Agustín!—exclamo, intentando tener una sonrisa en mi rostro cuando me abraza.

Veo de reojo a Alexis que solo lleva su mirada de mí hacia su gemelo y viceversa.

— ¿Empezamos tus clases, Agus?—pregunto, intentando evitar ambos ojos verdes de los gemelos.

Pienso por un instante que no existe ningún motivo para estar nerviosa, pero cuando veo de reojo a Alexis, la sensación de mi estómago vuelve casi de inmediato.

Está de pie con los brazos cruzados, acaba de salir de la ducha, su cabello se encuentra levemente húmedo, haciendo que su cabello caiga naturalmente por su frente.

—Si, vamos—logro que Agustín me sacara de ahí, llevándome a su habitación.

Subimos rápidamente las escaleras pero siento sus miradas en mi nuca.

Cuando abre la puerta veo que es un espacio bastante amplio, tiene su propio baño, su cama tiene un cobertor color gris y veo como tiene un gran librero junto con fotografías de él y sus hermanos.

Una foto de él junto a los gemelos en la playa me llama la atención, todos los hermanos están en bañador con el torso descubierto, veo con curiosidad el tatuaje de mariposa monarca de Alexis en su pectoral izquierdo.

—Esa foto fue de la luna de miel pasada de mi padre—Agustin confiesa honestamente, me sorprendo enseguida.

— ¿Los llevaron a una luna de miel?—pregunto riendo y también en shock.

—Si, siempre mi padre nos lleva, incluso mis hermanos han llevado a unas cuantas chicas—volteo a verlo incrédula.

— ¿Cómo?—pregunto, mientras ambos nos sentamos en la cama, Agus me extiende unos materiales para empezar.

—Si, no creo que deba darte muchos detalles—dice, haciendo que deje de escribir los ejercicios.

—Oh, vamos Agus, soy tu maestra, puedes contar conmigo para lo que tú quieras—trato de convencerlo, el chico me mira sonriente.

— ¿Lo que sea?

—Lo que sea—vuelvo a afirmar.

—Mi padre volverá a tener una boda dentro de dos semanas y esta vez quiero llevar una pareja—dice directo, abro los ojos sorprendida.

— ¿Por qué una pareja?—una risa nerviosa abandona mis labios.

—Bueno no lo he hecho las últimas cuarenta y cinco veces—se encogió de hombros.

— ¡¿Cuarenta y cinco veces?! —exclamo, provocando una carcajada de su parte.

—Si, lo sé pero ¿serás mi pareja, cierto? Dijiste que te podía pedir lo que sea.

Touche.

— ¿No me dejaras sola en la fiesta? ¿verdad?

—Obvio no te dejaré sola.

Asiento. El chico me mira sonriente y comienza a hacer los ejercicios que le he dejado.

Le doy vueltas al asunto y concluyó que no es tan mala idea. Solo es una fiesta ¿no? Además, Agustin me cae muy bien y a pesar de su edad, es demasiado maduro, incluso más que sus hermanos.

Recuerdo cuando pase por esa etapa, a mis quince años tenía demasiadas responsabilidades que de solo pensar, quiero llorar. Durante ese tiempo, pasaba mucho más tiempo solo de lo que paso actualmente, no tenía muchos amigos y mis padres normalmente estaban en el trabajo o en alguna fiesta.

Los A.A © [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora