Los A.A © [✔]

15. Rouge

Capítulo 15.

A.A

Me acomodo la corbata azul frente al espejo, intentando que no me ahogue con ella puesta. Inevitablemente muevo mi cuello tronándolo debido al estrés.

— ¿Ya estás listo?—Alejandro entra a la habitación, vestido justamente igual que yo y todos mis hermanos.

—Obviamente ya estoy listo, ya lo hicimos...

—Cuarenta y cinco veces, lo sé. Todos lo saben—me interrumpe, colocándose a mi lado.

Ambos nos vemos fijamente en el reflejo.

—No nos parecemos tanto—ambos afirmamos al unísono.

—Si claro fotocopias—Adam al escucharnos, entra con su porte lleno de autoridad. Ruedo los ojos, mi hermano mayor me ignora y observa el reloj en su muñeca. —Debemos irnos, ya.

El sale primero del cuarto y a los pocos segundos, Alejandro y yo también. En los pasillos, nos encontramos a nuestro padre acomodando sus mangas y una sonrisa.

Esto se está haciendo costumbre en esta casa.

Es como si viviera siempre una clase de deja vu. Patético.

Desvió la mirada de él hacia algo más interesante, veo a mi alrededor a todos los empleados que estarán trabajando en el evento. Al menos, esta vez decidió que nos preparamos para la ceremonia aquí en el lugar de la fiesta y no en nuestra casa.

— ¿Y Agus?—Alejandro me pregunta al ver que estoy un poco fuera de órbita.

—No lo sé.

—Tampoco se donde esta Alan, cuando Adam descubra que no estan donde deberian estar, esto se pondrá interesante.

—Al menos tendremos un poco de acción por aquí—murmuro divertido, mi gemelo sonríe de lado.

Adam se acerca hacia nosotros nuevamente y Alejandro no duda en hacerle mil preguntas para alterarlo. Su pasatiempo favorito.

También el mío, no me escondo.

—Alan acompañó a Agustin a recoger a su pareja para el día de hoy—escucho como Adam le contesta a Alejandro, encarnó una ceja.

Ya está grandecito, puede salir con quien el quiera.

Me relamo los labios curioso, ¿quién será?

— ¿Agustín? ¿una cita?, necesito ver eso—Alejandro me lee los pensamientos y ríe.

—Mhmmmm...—me oigo decir, Adam me mira mal. Sonrió como un angelito.

El rubio solo se lleva una mano a su cien y nos implora que no hagamos ninguna locura.

Claramente, no le hicimos caso.

Junto a Alejandro nos pasamos la botella de tequila en una de las esquinas de la cocina del salón.

En mi defensa, Adam dijo que no hiciéramos locuras, nunca menciona el no beber.

—En verdad necesitaba por lo menos un trago para hacer esto una vez más—susurro con la botella sobre mis labios.

Oigo a mi gemelo suspirar.

—Dame eso—murmura, quitándome la botella.

Ambos nos dedicamos a hundirnos en un cómodo silencio, hartos de todo esta situación. Desgraciadamente, sabemos que nuestro padre no va a cambiar.

Me llevo una sorpresa cuando lo veo entrar a las cocinas para supervisar todo, no nos llega a ver de milagro pero esa sonrisa impregnada en su rostro me causa un poco de nauseas.

Es difícil para todos, —menos Veronica—, he desarrollado la teoría de que al menos estas ridículas bodas son un escape para mi padre. Un escape del dolor, se que aun extraña a máma.

El alcohol en nuestro sistema nos da un poco de valentía y por fin decidimos ir al jardín, donde se realizará todo el espectáculo. Suelto todo el aire reprimido en mis pulmones.

—Bien, lo podemos hacer de nuevo—mi gemelo afirma.

Asiento concordando.

El lugar huele a flores y vainilla, el clima es perfecto. Todo es perfecto y nadie va a evitar que se divorcien en un par de meses.

—Y bien... ¿Cuánto tiempo apuestan?—Adam llega y pregunta a nuestro lado.

—4 meses—responde Alejandro.

—Yo le doy unos 7 meses—afirmó.

Los invitados comienzan a llegar y me distraigo con mi alrededor. Los meseros comienzan a servir el champagne para matar el tiempo mientras la novia llega. Veo cómo las mismas personas que han venido ya antes a las repentinas celebraciones de esta familia entran al lugar.

Lo repentino es que, solo una invitada llama mi atención, y no solo porque está sujeta del hombro de mi hermano menor.

Juliett entra al lugar con una sonrisa brillante, trae un vestido verde esmeralda como el tono de sus uñas. Su pelo rojo rizado cae sobre sus hombros y su elegante postura destaca del resto.

Ella mira a su alrededor con asombro, el jardín está decorado con flores de distintos colores y rosas blancas. Agustín la llama colocando una mano en su hombro descubierto y Alan camina junto a ellos.

—No me digas que es lo que estoy pensando—Alejandro murmura viendo lo mismo que yo.

—Te recuerdo que no puedo leer tu mente hermano.

—Nuestro hermanito menor consiguió una cita con ella antes que nosotros.

Lo miro de reojo.

— ¿Estás borracho?

Se encoge de hombros. —Puede ser, digo... nos acabamos una botella.

Buen punto.

Sacó un cigarrillo como instinto de mi saco e inhalo profundamente.

— ¡Opa!, Mi hermanito está nervioso por la pelirroja.

—Cállate, Alejandro.

— ¿Por qué?

—Porque vienen hacia acá.

Juliett camina hacia esta dirección con ese movimiento de caderas tan peculiar de ella que ni siquiera lo hace a propósito. Y extrañamente, eso me vuelve loco.

Cuando está a pocos metros de nosotros mi mirada se posa como un imán en sus labios.

Están pintados de rojo.

¿Qué clase de color es ese? ¿Carmesí? ¿Rojo brillante?

Me tiento a preguntarle pero eso sería delatar que le estoy prestando más atención de la que tengo derecho y dará una muy mala impresión.

No estoy interesado en su labial, pero si en más, el color hace que sus labios se vean llenos e increíblemente atractivos.

Es simplemente rojo.

—Hola...—su voz suena tan inocente cuando queda frente a nosotros.

—Chicos, Juliett es mi pareja—Agus habla con una sonrisa.

Yo tendría esa sonrisa si ella fuera mi pareja.

Esta boda no va a ser como las demás.

En las últimas cuarenta y cinco no estaba ella.

[...]

Traducciones:

Rouge: rojo

Estos capítulos que verán a continuación no son tan largos pero están llenos de drama así que lean con cuidado.

Si te gusto el capitulo no olvides en regalarme una estrella y comentar. <3

Sígueme en Instagram para contenido exclusivo: _fliceagaa

Tiktok: ferwattpad.aa

-Fer.