27. Tic...Tac

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Capítulo 27

El tiempo puede llegar a ser tu peor enemigo. En mi opinión personal, considero que cualquier ser humano se ha enfrentado a esto alguna vez en su vida, por lo menos en una ocasión.

Para un universitario se convierte en un problema, cuando menos lo pienses estarás terminado la preparatoria, pestañeas y estás en la universidad y en tan solo un chasquido de dedos terminas la carrera.

Meses atrás yo me encontraba lidiando con lo que sería el nuevo semestre, durante estos meses, aparte de que tenía un conflicto interno con mi ser y mi ahora novio, también caí en cuenta de que mis días como universitaria estaban en la recta final. Todos ahora nos apresuramos a entregar trabajos y proyectos, intentar aprobar los exámenes sorpresa y solo esperar para la nueva vuelta de exámenes.

Para mí eso es mucho con lo que lidiar pero al parecer, la familia de los A.A lo tiene todo calculado porque se van de viaje.

Correxion, la familia se va a la "Luna de miel" y su destino es Roma.

Irónico.

Cerise, tu mirada habla por ti—Alejandro me dice, colocandose a un lado mío en el marco de la puerta.

—Sigo sin creer que van a ir a su luna de miel—remarcó.

Él ríe. — No es gran cosa.

—Si, como digas, Avilar.

El chico suelta un suspiro. —Por cierto...

— ¿Si?

—No hablamos de bueno, lo que te dije—se rasca la nuca.

— ¿En verdad quieres hablar de eso?—preguntó, sus orbes verdes se desvían de mis ojos.

—La verdad es que no, pero lo veo necesario.

Buen punto, Avilar.

—Yo también lo veo necesario, pero tampoco sé si sea buen momento porque prácticamente ahora soy tu cuñada—le digo, tratando de hacer una broma.

El sonríe de lado.

Me arrepiento al instante, soy bruta.

Si eres.

—Creo que no debí de decir eso, yo...

—No, está bien. Si te soy sincero creo que lo estoy superando.

— ¿De verdad?

—Claro que tomará tiempo, no es como que sea la mejor sensación ver a quien te gusta salir con tu gemelo pero lo entiendo—asiente—. Eres una chica increíble y soy feliz porque mi mitad lo está, no te preocupes por este chico, Juliett.

El tiempo, sana o destruye y eso nunca nadie lo podrá cambiar.

— ¿Y porque Roma, eh?—cambio de tema.

—Mi madrastra tiene un gusto peculiar, al parecer ama la cultura europea.

Suelto una risita—. ¿Entonces, le caigo bien?

— ¿De qué hablas, cerise?—sonríe, encarnando una ceja.

—Buena técnicamente soy de Europa, nací en Francia ¿recuerdas?

Alejandro levanta ambas cejas, cayendo en cuenta de que tengo razón. Su mirada pasa de mi a su madrastra, que está guardando maletas junto a su esposo, una sonrisa de diversión se impregna en su cara.

— ¡Verónica!—el chico llama su atención.

— ¿Si, Alejandro?—la mujer encarna una ceja.

Los A.A © [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora