22. Oups mes enfants

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Capítulo 22.

Alice James

Amelia tiene la nariz metida en el gran libro de pasta dura de la historia del arte, mientras que yo, me dedico a observarla y llevar el pudin de chocolate a mi boca.

La cafetería está algo vacía, pero, las pocas personas que están en ella nos dan ciertas miradas.

¿Dónde está Juliett?, es una muy buena pregunta.

Después de que Alejandro y ella hablarán—de no se que— salió corriendo de la universidad a no se donde.

Para esto tengo dos teorías: la primera es que le haya dado un ataque de pánico y se fue a su lugar feliz (esta opción es la más coherente) o simplemente alguien la llamó y salió corriendo.

Vuelvo a llevar la cuchara a mi boca, saboreando el delicioso postre, pero, la felicidad me dura poco.

— ¿Me están jodiendo?—Amelia se queja cuando ve a las personas frente a nosotras, ella baja la mirada de su libro y lo azota contra la mesa, provocando un fuerte ruido.

— ¿Dónde está Juliett?—Alexis me pregunta directamente, levantó la vista de mi pudin.

Lo analizo cuidadosamente. Creo que nunca lo he visto con algo que no sea ropa negra.

Pero hoy tiene algo diferente y es una cadena de cruz en su cuello.

— ¿Eres religioso?—pregunto, ignorando totalmente lo que me había pedido.

— ¿Eso que tiene que ver con Juliett?—el chico frunció el ceño.

—Nada, solo soy curiosa.

—Alice...—Alan me llama, su voz hace que rompa el contacto visual con su hermano.

Alan me mira con una sonrisa divertida ante mi comportamiento, inmediatamente una sonrisa se plasma en mi cara.

—Genial... la perdí—escuche a Amelia. Rodé los ojos.

—Uy nena, pero qué carácter, ¿mal día princesa?—Alejandro le dice, recargando uno de sus brazos sobre la mesa quedando frente a ella.

¿Que acaso aprecia poco su vida?

—Uy que ego Avilar, ¿ya coqueteaste con media universidad?—Amelia contraataca, Alexis suelta una carcajada.

—Hermano, creo que es la única chica que te ha puesto en tu lugar desde hace muuucho tiempo—su gemelo le da unos golpes en el hombro, olvidándose un poco de mi, no dura mucho porque su mirada vuelve a fijarse en mí al poco tiempo.

Son bonitos, lo admito.

—Alice, ya dile dónde está tu amiga—Alan me dice tranquilamente, metiendo sus manos a su sudadera azul marino.

Le queda tan bien...

— ¡Alice!—Amelia exclama, regresándome a la realidad y derramando mi pudin.

— ¡Amelia, me debes un pudin!—exclamó con las risas de los chicos de fondo.

—Linda, solo diles dónde está Juliett y...—Alan habla naturalmente, haciéndome abrir los ojos de golpe.

¿Cómo me llamo?....

Linda...

Me gusta, me encanta.

— ¿Cómo me llamaste?—pregunto en un suspiro, viendo sus hermosos ojos.

— ¡Alice!—Alejandro grita, haciéndome gruñir.

Los A.A © [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora