30. Pas de mensonges

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Capítulo 30

Alice James

Cuatro días después...

—Se va a preocupar cuando no estés conmigo en el aeropuerto—le reprocho una vez más a mi mejor amiga.

Lleva así creo que es ya, una semana.

Vestida todo el tiempo con pijama, un bote de helado nuevo y viendo por milésima vez Grey 's Anatomy.

— ¿Cómo te va ayudar ver a Meredith Grey haciendo un apendicitis?—pregunto exasperada. Cansada ante la situación.

—Se nota que no has visto la serie—alega—, porque no sabes lo que significa un apendicitis—me señala con la cuchara de helado.

—Si como no—ruedo los ojos—, levanta tu trasero para que recojas a tu novio del aeropuerto.

—Si veo a Alexis, voy a llorar—suspira, metiendo más helado de chips a su boca.

—Pueeees, intenta no hacerlo—alegó, tomando asiento a un lado de ella.

—Podría pero, la verdad es que no quiero—niega.

— ¿Por qué?

—Porqué estoy viendo una de mis temporadas favoritas—puntualiza—, aparte de que aun no termino este bote aun.

—Estás ahogando tus penas en el helado, Juls.

Ella asiente. —Así es, pero al menos no soy como Izzie que lo hace haciendo postres.

—Si lo piensas un poco... eso es genial porque ¿a quién no le gusta un buen postre?.

—A alguien con diabetes—se encoge de hombros.

—Me estás hartando—suspiro, intentando recuperar mi paciencia.

—Mejor ve a recoger a tu novio al aeropuerto—dice dramáticamente.

Siento mis mejillas calentarse.

—Alan no es mi novio—la acusó, poniéndome de pie.

—Si claro y yo no ahogo mis penas en un bote de helado.

Ese es el último comentario sarcástico que necesito para salir de esa habitación.

Por lo que se, sus padres no están... como siempre, pero por lo que se, aun no se dedican a hablar con ella.

Camino por esos vacíos pasillos hasta salir, un viento caluroso choca contra mi rostro haciéndome suspirar. Subo rápidamente a mi coche y una vez que estoy lista, prendo el motor, dirigiéndome al aeropuerto.

He estado pensando mucho en la situación que estamos viviendo, Juliett ha decidió irse y al principio un nudo se instaló en la boca de mi estómago al pensarlo, pero sé que es lo mejor para ella y su salud mental. Juliett nunca está muy cómoda aquí, trata de lidiarlo y pasarla bien pero muy pocos sabemos la verdad.

Con su abuelo estará mejor y sé que la iré a visitar seguido, de eso no hay duda.

No tardó mucho tiempo en llegar al aeropuerto, estaba vació. La gente de este pueblo no viaja mucho.

Al fondo veo a los cinco hermanos caminar hacia la salida donde me encuentro, todos de ellos bronceados haciéndolos ver asombrosos. Alan me ve y sonríe, trae puesta una camiseta blanca y unos simples jeans azules.

El que es sexy, es sexy.

Corro hacia él, abrazándolo, inhalando por mis fosas nasales su colonia cuando él me rodea con sus brazos, cuando me separo, sin pensarlo mucho... Alan estampa sus labios contra los míos.

Los A.A © [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora