¿qué se le ofrece, señor... jeon?

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—¿Papá?

—Sí, ya llegué.

—El tema de será "El desafío de la arquitectura actual en el contexto financiero", ¿verdad?

—Entiendo. Y el taller inicial será en la empresa, así que por favor envía el formato de los formularios lo más pronto posible a Kim TaeHyung.

JungKook cortó la llamada, cerró el auto, se colocó sus lentes, y se encaminó adentro de la universidad.

«Lamentablemente esta vez me tocará frecuentar el lugar de donde tanto intenté escapar» pensó obviamente refiriéndose a la sucursal de la empresa.

—Bueno, ya qué. Al menos me pagarán y seré el director —los pensamientos optimistas aparecieron al adentrarse en el campus.

Este era muy bonito, lleno de flora y muchos alumnos circulando por él. JungKook por su parte, sentía que volvía unos años atrás. No estaba viejo, solo venían de vuelta sus inicios. Cómo no recordar cuando su padre lo mandó al extranjero el mismo día en el que su abuelo falleció. Una acción muy cruel, y una de las razones por las que lo detestaba.

Y sus primeros días fuera de casa no fueron nada bonitos al tener que convivir con una familia ajena a la suya. Casi no poder comprender el idioma y ser constantemente objeto de burlas por tener rasgos faciales diferentes al del resto, tampoco. Esta fue parte de la historia que no se atrevía a contarle a nadie, ni a sus mismísimos progenitores.

Felizmente, y a penas cumplida la mayoría de edad, pudo dejar aquellos recuerdos atrás, mudándose por fin solo.

¿Era ese el precio que debía pagar por ser el único nieto?

«Según recuerdo... a los herederos los trataban como príncipes y princesas...» Pensó dando una pausa para observar las aceras por las que circulaba.

—¡Deja de retroceder en el tiempo, JungKook! ¡Focus! —se dijo para después tragar duro y volver a tener el semblante de hombre empresario que aparentaba.

Sentía que lo observaban. Bueno, su figura brillaba, y cómo no verlo. Un poco de chicas contemplándolo no le harían mal.

Y el lugar al que debía ir era el área administrativa, pues debía coordinar todo. Esta era la parte más pesada.

Después de hacer una fila de diez minutos, por fin llegó al primer lugar.

—Buenos días, necesito su identificación —le indicó la secretaria, una jovencita de lentes.

JungKook la sacó de su billetera y se la entregó. —¿Qué se le ofrece, señor... Jeon?—preguntó la misma haciendo una breve pausa al leer el apellido.

El mencionado se aproximó al mostrador, apoyando sus codos en él. —Vengo en representación de Lotte Group, tengo una reunión con Edmond Sinclair. ¿Podría hacerme pasar? Hace demasiado calor aquí —se quejó después de quitarse los lentes de sol.

—Un momento, por favor. —la joven hizo un par de llamadas mientras JungKook agarró su celular y revisar sus correos, observando que tendría una reunión por la tarde.

Su horario se tornaría cada vez más productivo.

—Puede ingresar. Pabellón A, sala de audiovisuales —la señorita señaló en dirección al campus interior.

Jeon asintió y se encaminó adentro. Buen visto, abierto y lleno de plantas como afuera.

—Se ve lindo —dijo al observar a su alrededor.

Minutos después de caminar, perderse, acercarse a un guardia y subir escaleras, encontró el lugar. Ingresó, topándose con el dirigente de la facultad que próximamente frecuentaría las instalaciones de la empresa.

Ambos conversaron y llegaron a algunos acuerdos. Primeramente que Jeon haría una invitación de manera presencial mediante una exposición a los alumnos, pues el taller sería de manera voluntaria. Algo de formalidades.

Este tendría la duración de un mes y medio aproximadamente, en el que los universitarios frecuentarían el edificio tomando los papeles de practicantes en los distintos sectores.

Lisa por su parte escuchaba con mucha atención las palabras del profesor Jung, tomando notas de lo más importante.

Al terminada esta, esperando la llegada del siguiente docente, se puso a meditar y planificar lo que sería su horario del próximo mes.

Anticipaba desde semanas que el grupo Lotte, que había abierto una nueva sucursal el año pasado, abra cupos para prácticas pre-profesionales. Y definitivamente no se perdería esa oportunidad que sumaría en su currículum.

Para algunos, vacaciones, y para otros, la oportunidad de poner en ejecución lo aprendido.

En los siguientes días llegarían los formularios de inscripción.

一 COMENZÓ CON UN BRA 。Donde viven las historias. Descúbrelo ahora