y tal vez no fue lo más inteligente que se me ocurrió.

540 69 4
                                    

La noche pasó rápido mientras limpiaba mi casa y bailaba al ritmo de la música. ¡Pura felicidad!

Vivir sola, tener trabajo y amigos para pasar el rato. Lo único que me faltaba era una mascota... Y tal vez más adelante un novio, pero ya que soy bastante selectiva, dudo que sea en un corto plazo de tiempo.

Sin embargo, y por el momento, estoy más que bien.

Y el sábado llegó sin mucho apuro.

Desperté como de costumbre e hice lo de siempre, sólo que ahora tocaba preparar algunas cosas que me propuse. Colgaría luces al exterior e interior para dar una vibra más alegre.

—Bien, Lisa... A traer la escalera —dije al colocar las cajitas en el suelo del patio y dirigirme al depósito para cargar a mi ayudante del día.

—Ay, ¡está bastante pesada, argh! —me quejé al acomodarla junto a la puerta de la entrada. Por suerte el cielo estaba despejado, así que no debía preocuparme por lluvias o climas que lo malogren.

Moví la escalera hacia el jardín y la dejé lista como para solamente subir en ella y hacer lo que debía.

Rápidamente entré a la sala para traer la larga tira de luces que usaría, y al volver al exterior...

Oh, no.

Lo inesperado.

—¡Oye! ¡Baja de mi escalera! —grité al ver al mismísimo Jeon JungKook trepado como mono en ella.

—Buenos días —respondió al verme—. Oye, tranquila. Sólo verificaba que sea segura. El 5% de los accidentes en casa, son por escaleras mal colocadas.

Lo miré frunciendo el ceño pues el sol se encontraba a tope.

—Claro, y tu fuente es la del grifo... —reí sarcásticamente—. Baja de mi escalera, JungKook. ¿No tienes algo mejor que hacer?

—Los directores también descansamos... Y hoy es mi día libre. Sólo quería asegurar que fuera seguro... Valga la redundancia —habló con tono tranquilo como si todo estuviese bien, alegando ser el mejor ser humano del mundo.

—Claro, ahora bájate que no quiero perder más tiempo contigo, y rápido —repuse mientras estiraba las luces para que no se enredaran.

—Bueno, está bien —bufó mirando hacia el suelo para guiarse.

Después que JungKook me haga caso, subí yo a la escalera para hacer lo que planeaba. Y debo decir que fue bastante trabajo, y también algo difícil.

No porque las luces hayan sido tan complicadas de colgar, si no por tener la presencia del tipo allí... Según él asegurándose que nada malo sucediera. Pero también hablaba, y era muy irritante que me desconcentraba.

—Y sé que no hemos hablado este tiempo... Me di cuenta de mucho, ¿sabes? —preguntó y rodé los ojos sin decir nada—. Ahora sé la diferencia entre los cafés, y el distinto sabor de acuerdo a la temperatura en la que lo consumas.

—Qué gran logro —dije finalmente.

—¿Y tú? ¿Estuviste bien? Fue raro todo... Hasta sentí que me evitabas —habló y alcé mi mirada. Faltaba poco para terminar.

—Tal vez no te equivocas —suspiré, dando el visto bueno a las luces ya colocadas.

« Bien, ¡están listas! »

Y miré nuevamente al césped para bajar y preparar algunos juegos dentro de casa. Ese era mi plan.

Pero JungKook volvió a abrir la boca. —¿Tal vez? Bueno, además de darme cuenta de cosas triviales, mis errores también salieron a la luz... Y los reconozco en su mayoría —dijo dándome espacio.

一 COMENZÓ CON UN BRA 。Donde viven las historias. Descúbrelo ahora