Doce.

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Despierto con un punzante dolor en la cabeza sin abrir los ojos. Recuerdo... El recuerdo de anoche se hace presente de manera vaga y no estoy segura de si fue un sueño. Me muevo en la cama y un dolor punzante atraviesa mi muñeca, abro los ojos de golpe y solo me encuentro una almohada en mi costado de manera que me hace conservar el brazo en una sola postura sobre mi pecho.

La puerta de mi habitación se encuentra abierta, no fueron solo ideas mías pero él ya no esta aquí. Un pequeño dolor peliagudo de decepción me llena por dentro, me hubiese gustado verlo al amanecer y comprobar mi teoría sobre si se caía de la cama o mágicamente aparecía ese perfecto cabello despeinando.

Me levanto de la cama lentamente acunando la muñeca que sigue vendada pero duele, me dirijo al balcón y al abrir la cortina el sol de medio día me pega en los ojos desprevenida, una vez que se acostumbra mi vista veo mi auto que seguro trajo Niki ayer por la noche y el auto de Thomas. El corazón me da un vuelco, él sigue aquí.

No tengo idea de que hacer, por un momento pienso en volverme a tirar en la cama, hacerme la dormida y esperar hasta que se vaya pero eso es muy cobarde. Tomo una bocanada de aire, me lavo la cara y acomodo mis mechones sueltos. No recuerdo haberme quitado los lentes pero los encuentro en la mesita de noche junto a mi cama.

Me los pongo de prisa y vuelvo a checar que mi atuendo este bien. Camino por el pasillo descalza con las manos a los costados y mi corazón tamborileando al compaz de mi marcha funesta. Sin emitir ruido alguno camino a la cocina, empiezo a escuchar los murmullos y sé al instante que son Nicol y Thomas.

Sé que debería hacer un poco de ruido para anuncia mi llegada y no piensen que están solos pero algo más poderoso en mi me lo impide y decide que es mejor escuchar solo un poco.

-Estaba muy asustada- la voz de Thomas suena un poco ronca, quizá acaba de despertar.

-¿Te ha dicho que le pasó?- dice Niki preocupada.

- No- suspira- pero lo que sea, no es nada bueno.

-¿Cómo es que te has quedado con ella?

-Tuve miedo de dejarla sola.

Mi corazón se hincha y creo que romperá mi caja torácica. ¿Por qué no le ha dicho que yo le pedí que se quedara?

-Hummm- suspira ella y puedo imaginarmela chupando el aro de su boca.

-¿Por qué vive sola?- oigo a Thomas preguntar curioso y bajito.

-No estoy segura- dice ella -pero creo que se siente intimidada por...

Entro a la cocina en ese mismo segundo haciendo ruido. Los dos se quedan petrificados, Nicol con la boca abierta sin poder formular palabra y Thomas, despeinado y perfecto con los ojos muy abiertos. Niki sentada en la mesa ya hace con una taza humeante entre las manos y Thomas recargado en la encimera de la barra con ese aspecto tan descuidado.

-Buenos días- sale de mi boca con esa voz horrible y pastosa que tengo por las mañanas. Él me ve de forma extraña y puedo hacerme una idea de lo que piensa, debo verme horrible con el cabello enmarañado, la cara somnolienta y mis pantalones de yoga, no me puedo olvidar de la blusa holgada por supuesto y mis lentes que son como mi segunda piel. Hubiera esperado a que se vaya. Demonios.

-Despertaste- dice Thomas como con alivio.

-Estas viva- dice finalmente Niki.

-Eso parece- les sonrío, tomo una taza y me sirvo un poco de extasis para el día ya que me hará mucha falta un poco de cafeína y más con esas miradas.

-¿Te encuentras mejor?- dice Thomas.

-Si- lo corto. Sé que ayer le dije que le daría una explicación pero lo cierto es que aún no pienso que hacer. Él ve mi muñeca y frunce el entrecejo-¿Puedo?

Mala suerte con él.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora