Cuando llegué ese día al departamento con Thomas pisandome los talones, no podía recordar porqué no debía estar cerca de él, simplemente me sentía como la luna al rededor de la tierra sin poder acercarme o alejarme un centímetro. Estaba absolutamente perdiendo el control. El problema era que estando cerca de él no me importaba el hecho de haberme perdido a mi misma. Era fresco y lleno de adrenalina.
Descubrí que Thomas pudo haber sido educador de niños de preescolar en su otra vida, yo ridículamente me comportaba como niña de maternidad, me distraía cualquier pequeño detalle - el hoyuelo perdido cerca de su boca que podía mirar solo cuando sonreía de lado, un lunar sobre su ceja izquierda, más poblada que China, la manera en la que caía su labio inferior cuando pensaba en algo, el pequeño orificio en su oreja con vestigios de una expansión en ella, la forma tan feroz de sus ojos y la manera en la que me miraban- él se enojaba cuando yo terminaba distraída por todas estas cosas y teníamos que retomar el tema, esto pasaba unas chorro cientas mil veces.
Finalmente logró explicarme dos temas de cinco. Quizá no necesitaba tantas tutorias pero ahora comenzaba a quererlas.
Esa noche Nicol había llegado al departamento cuando aún estaba Thomas ahí, ella se encontraba de mal humor, se limitó a vernos como con fastidio, tiro las llaves de mi auto en la mesa donde estabamos, saludo y dio las gracias a regañadientes por el préstamo.
Esto me desconcertó, quería ir corriendo tras de ella y preguntarle que era lo que había pasado, si estaba bien el tio Javi pero la mirada de Thomas me detuvo y dijo que era mejor esperar a que ella estuviera más calmada. Me sorprendía y quizá me dolía un poco la familiaridad con que se trataban. ¿A caso algo se estaba cocinando ahí? Pero si eso fuera Niki ya me lo hubiera dicho, ¿No?
Esa noche al irse Thomas yo fui tras de Nicol, la había encontrado encerrada con la almohada sobre la cara.
La llamé y ella solo rugió con fastidio. Después de un rato ella terminó contándome que el tio Javier tenía parálisis facial y no sabía si quedaría bien, que sus muchos hijos perdidos habían resucitado de las cenizas para reclamar su lugar y su herencia. Ella estaba furiosa por ello y no podía hacer nada. La escuché, la comprendí y console. No podía hacer más, solo esperaba que el tio Javi saliera bien librado.
El domingo llegó, y con el los ánimos floreciendo de la tierra pidiendo a gritos por un nuevo día por delante. El plan era ir a la playa a pasar un buen rato con las chicas, Caleb, Dyl y Thomas, no sabía si este último y yo nos habíamos convertido en amigos pero comenzaba a agradarme pasar el rato con él aunque a veces fuera tan idiota.
Mi alarma comenzó a sonar a eso de las siete y media. Me levanté apurada, toque en la habitación de Niki y ella contesto con un gruñido, un inteligible "ya voy".
Fui directo a mi armario, saqué mi bikini de traje completo que tenia un gran escote a la espalda que llegaba a las caderas y se amarraba por el cuello, otpe por por nerme sólo un short de mezclilla y tomé un cambio de ropa.
Encontré a Nicol desparramada en el sillón de la sala, llevaba una blusa corta rosada de gasa y bajo esta un bikini amarillo neón de dos piezas, los cordones de la pieza baja se veían bajo el short con estampado militar que me es muy familiar. Sentí una punzada de celos. Se veía realmente linda.
-Vamos.
- Dame un segundo.
Voy a la cocina para hacer un poco de café, lo introduzco en un termo, tomo unas galletas y papas fritas para llevarles a los chicos hacia el lugar.
Nicol manejó ya que yo quería tomar tranquilamente mi café con galletas. Puse un poco de música ochentera y animada que la mantenían alerta mientras manejaba.
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Mala suerte con él.
Teen FictionSus ojos me miraron detrás de aquella cortina enorme de pestañas, ¿Cómo podía nunca haberla visto antes? Mordió su labio inferior hasta tornarse blanquecino y retorció sus dedos en forma de nerviosismo, eso me hizo sonreír como un tonto pero antes...