Dos.

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Jueves. Me llevó toda la tarde del jueves resolver esos problemas y SI QUE ME ESTABAN DANDO PROBLEMAS pero finalmente conseguí resolver todo aquello, ya hasta tenía planeado ir directamente con el profesor y restregarle mi cuaderno en toda su ardiente cara. Tranquila Indi. Cualquiera podría pensar que sufro de trastorno bipolar si oyera todo lo que murmura mi cerebro.

Tomo mi taza de café de la mesa y la llevo al lavaplatos, lavo mi taza y arrastro los pies a mi habitación.

Me dejo caer sobre la cama cerrando los ojos. Siento como algo comienza a vibrar debajo de mi y eso me exalta. Me remuevo en busca de ese algo y cuando lo encuentro suspiro.

Tengo un mensaje de Amy.

*¿Viernes de locas o tienes miedo?*

Me río con ganas y le respondo el mensaje.

*Suena tentador, no dejemos fuera a Nico porque no quiero que ocurra lo de la vez pasada*

Nico o Nicol y en caso de querer hacerla enojar Niki; era la tercera pieza de nuestros viernes de locas.

La conocimos hace apenas unos cinco meses cuando Amanda empezó con la locura de Bryan, me hacía ir a cada jodida fiesta en la que el chico estuviera y déjenme decir que no todas eran muy agradables. Ese día recuerdo la emoción de Amy ya que el chico con el récord más grande de joderse a cual sea se le cruce en su mendigo camino la invito personalmente; Amanda lo describió como Sir Thomas pantalones ardientes, todo un ser resplandeciente, comenzaba a asustarme que los libros de ficción le estuvieran afectando la cabeza, pero su devoción por Bryan no cambiaría las cosas y sinceramente no sabría decir que es peor. Lo cual eso nos llevó directo a la fiesta, nada fuera de lo normal de hecho pero antes de salir de ahí la música cesó y todos aturdidos voltearon a ver a la chica que se encontraba con los cables del aparato en las manos, de solo verla era difícil de olvidar. Tenía el cabello lacio y rubio rapado de un lado y tan corto que marcaba de manera prominente sus facciones, desde su afilada nariz hasta sus orejas finas las cuales estaban llenas de pendientes sin mencionar que tenía en la ceja, la nariz, su labio inferior y sabrá Dios en cuantos lugares más. Un chico apareció detrás de ella y la saco forzada de la habitación hacía la calle, a la gente no le importó y volvió a retumbar la música pero Amy y yo salimos a la noche y allí estaba de nuevo pero esta vez tenía al chico en una llave impresionante, su bota precionaba la mejilla del chico y la otra mejilla rígida contra el frío suelo mientras ella le gritaba una sarta de cosas. Casi me muero, sin pensarlo mucho nos fuimos acercando y vimos mejor, el chico tenia sangre en toda la camisa verde y salía aun más por su boca y nariz. Recuerdo haberle dicho que parará y ella lo soltó de inmediato como si hubiera roto el hechizo, el chico corrió a su auto y arrancó pero no sin antes insultarnos de una manera que en mi vida había escuchado, me enojé tanto que tiré una roca enorme en su parabrisas trasero cuando se iba, si, se hizo añicos. Así la conocimos.

Podría decirse que después ella no fue muy agradable pero cuando la tratamos más ella nos había contado que ese idiota trato de abusar de su hermana, ¿Cómo había hecho aquello? Bueno tenía un curriculum de cuatro hermanos mayores y una menor, eso explicaba casi todo sobre su aspecto fuerte como de guerrera. En la universidad casi no la veía pues no tenemos clases juntas pero Amy y ella si. A veces por las noches ibamos al bar de su tío en el cual ella trabajaba como barman, sabía lo suficiente de ella como para saber que su vida no era fácil, quizá la vida de ninguna de nosotras tres lo era.

Mi celular vuelve a vibrar y leo el mensaje nuevo.

*Es un hecho. Viernes de locas. ¿Pasas por mi mañana?*

Es curioso pareciera que hablamos en clave morse.

*Perfecto banana. A las cuatro;)*

Mala suerte con él.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora