-¿Cómo demonios encontraste mi departamento?
-Oye muñeca relájate, estás muy tensa.
-¡Idiana!- exploto levantando las manos. Odiaba que me llamará por mil apodos.
-Salud linda- dice burlándose, en serio creo que lo voy a matar.
-Eres imposible- levanto mis manos en rendición. Parece que quiere pasar pero mi cuerpo esta en medio de la puerta tapando la vista. La pintura soplada es algo muy personal y ni siquiera dejaba que lo viera mi abuelo porque eran mis sentimientos expuestos, en ese asunto era una persona muy cerrada.
-Que manera tan curiosa de expresarte sobre mi, me han dicho sucio, caliente, sexy...- dice pensativo. Se inclina hacia mi, es como una cabeza más alto que yo- pero "imposible" suena sumamente interesante.
-Invades mi espacio- digo retrocediendo- lo preguntaré una última vez y si no respondes como espero cerrare la puerta en tus narices. ¿Cómo lo encontraste?
Sonríe malicioso, con los ojos cafés más oscuros de lo normal recorre mi cuerpo de ida y vuelta por un momento me siento desnuda ante él. Siento que me faltan metros de tela y me quiero tapar. Finalmente lame sus labios rojos.
-Yo sólo vine a traer la maleta de Nicol. Un favor por otro favor.
Detrás de él hay una maleta con estampado militar que me es muy familiar ,no entiendo, ¿ Se estaba mudando a mi departamento? Tenía que llamarla. Pero me reí con ganas, Nicol no le hacía favores a nadie. De nuevo evadio mi pregunta.
-Te han troleado- dije riendo con ganas- Nico no paga favores.
Sonrió malicioso, su mano voló al marco de la puerta junto a mi oído, mi estómago dio un vuelco, tenía que aprender a controlar aquellas sensaciones o si no terminaría muerta.
-Lo esta pagando justo ahora, no te preocupes, muñeca- su mirada llena de intensidad, el claro de sus ojos cafés, oscurecidos ya sea por la noche o mi imaginación. Tomó la maleta entre sus manos y su bícep se flexiono satisfactoriamente- ¿Dónde dejo la maleta?
-Justo ahí, yo puedo meter la, gracias por traerla ahora puedes retirar...- me empujo levemente a un lado y entro al departamento- te.
Era un fastidio. Observó la pintura, me había extrañado que al principio no hiciera un comentario sarcástico por como estaba yo, con pintura hasta el cuello. Se quedó unos largos minutos viendo los colores vivos de la pintura sin pies ni cabeza. Comencé a restregarme el paño por el muslo para retirar la pintura pero también como escudo, estaba muy asustada de que se burlara, creo que nada lastimaria mis sentimientos más que eso.
-Así que, ¿Eso estabas haciendo? - dice aún viendo la pintura.
-Si y no voy a aceptar ninguna crítica de tu parte.
-Pero es increíble, me gusta, tienes talento.
¿Qué? W o a h. Thomas pantalones ardientes me estaba halagando, oh mi Dios. Suspire con pesar.
-Gracias supongo, tienes que irte.
-¿Por qué? - dijo acercándose a mi tan irresistible- tienes un poco de pintura aquí- su dedo volo a mi pierna expuesta, una corriente eléctrica y salvaje recorrió todo mi cuerpo.
Yo sólo podía ver su dedo formando un circulo irregular en el contorno de la pintura, iba a morir. Golpeé su mano -más fuerte de lo que pretendía- él se sorprendió.
-Yo no voy a ser una más en tu lista de zorritas- le dije con acido en la boca mientras me restregaba el paño en mi muslo intentando deshacerme del picor que había dejado en mi piel, no tuve mucho éxito.
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Mala suerte con él.
Teen FictionSus ojos me miraron detrás de aquella cortina enorme de pestañas, ¿Cómo podía nunca haberla visto antes? Mordió su labio inferior hasta tornarse blanquecino y retorció sus dedos en forma de nerviosismo, eso me hizo sonreír como un tonto pero antes...