d i e c i n u e v e

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El rizado se encontraba exhausto

Apenas era su tercera hora de clases y ya estaba agotado

— Me acostumbré demasiado a las vacaciones

— Podemos estar de vacaciones de nuevo — habló el castaño

— No, no podemos. Ahora guarda silencio o creerán que estoy loco

— Debo irme de cualquier manera. Así que no mueras en mi ausencia

— ¿Irte? ¿A dónde?

— Allá abajo, al parecer él quiere verme

— ¿Para qué?

— Eso debo averiguar, así que nos vemos después, ricitos

Y en menos de un parpadeo el castaño ya se había esfumado

El rizado pasó las siguientes horas prestando atención a sus clases, las cuales hasta ahora sólo consistían en la presentaciones de los profesores, y estos haciendo preguntas a los alumnos

— Hola, soy Alex — un chico de cabello castaño oscuro y ojos verdes se acercó al rizado sentándose a su lado, tendiéndole su mano al rizado

— Jorge — estrechó su mano

— ¿Tú eres nuevo?

— Lo soy

— ¡Excelente! Es decir, yo también lo soy. De hecho, creo que te he visto en mis clases, ¿Qué estas estudiando?

— Estoy estudiando administración de empresas, ¿tú?

— Finanzas, supongo que tendremos varias clases juntos

— Supongo que si

— Tú y yo a partir de éste momento somos amigos, dame tu teléfono

El rizado solamente rió y sacó su celular, entregándoselo a Alex ya desbloqueado, éste inmediatamente comenzó a teclear y unos momentos después se lo regresó

— Listo, ya tienes mi número — habló el ojiverde — ¿Quieres salir a comer más tarde?

— Me encantaría, pero debo estar a mi hermana — el rizado se detuvo un segundo — Puedes venir a mi apartamento. Sólo somos mi hermana y yo, nos vendría bien algo de compañía

— ¡Por supuesto! Yo vivo solo, también me vendría bien algo de compañía

— Bien ¿Qué clase te toca?

— Cálculo...odio cálculo — el ojiverde bufó

— Por lo menos estaremos juntos, yo también tengo aquella clase

— ¡Si! Podremos hacer críticas sobre la vida de los profesores juntos

— ¿Criticar?

— Sí, como...¿recuerdas la presentación de la profesora de distribución?

— Dios ¿Cómo olvidarla?...11 hijos...¡11 hijos!

— Lo sé, es como si no tuviera más que hacer

— Para empezar ¿Cómo? ¿No se le revienta el útero?

— De seguro tiene un útero de hule

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No se que escribí...pero si

02/03/2021

Demonio GuardiánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora