c i n c u e n t a y c u a t r o

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El rizado salió de la habitación, encontrándose a su madre solamente en la sala de estar.

— Te ves hermoso — su madre complementó.

— Supongo que son los genes

— Sabes que no debes escuchar lo que te diga tu padre. Nunca.

— ¿Y por qué tú si lo haces?

— No lo sé...creo que lo hago para que se desquite conmigo en lugar de ustedes.

— Podrías alejarte de él. Ven con Camila y conmigo, podremos rentar un apartamento más grande si es necesario. Empezaré a trabajar y tendremos más dinero.

— Jorge...lo siento pero-

— No puedes alejarte de él, lo sé...pero deberías.

En ese momento llamaron a la puerta, siendo que el castaño se encontraba fuera, ya que le había prometido al menor que pasaría aquellas fechas junto a él y su familia.

Sinceramente el demonio no tenía una maldita idea de lo que se hacía en aquella situación. Sólo es una cena ¿por qué es tan especial? Sin embargo estaría allí, por Jorge.

— Tu padre llegara en cualquier momento.

— Sólo será un día y no lo veré en mucho tiempo... — el rizado se alentó a si mismo.

Tal como fue predicho, el padre y hermano del rizado llegaron al apartamento del menor unos minutos más tarde, comenzando a beber casi de inmediato.

— Creo que sería buena idea abrir los regalos antes de la cena — Camila sugirió.

— Eso no tiene sentido — el rizado habló.

— Es sólo que al final de la cena papá siempre termina ebrio junto a Daniel, y mamá debe cuidarlos entonces, no se siente de la misma manera — se podía notar cierta decepción en su voz

— Creo que no nos iría mal cambiar de la rutina — su madre añadió antes de ponerse de pie y tomar los regalos, llamando a su familia a la sala de estar — Bien, Camila éste es para ti, de parte de Jorge.

El menor sonrió un tanto abatido pero emocionado a la vez. Observó como su hermana tomaba la caja con delicadeza y retiraba el papel de regalo con cuidado.

— Sólo rómpelo — Daniel habló.

— No seas amargado, estoy creando suspenso — Camila añadió.

Cuando el papel de regalo ya había sido removido, contrario a la delicadeza previa, Camila simplemente rompió la cinta con la que la caja estaba sellada, soltando un grito que logró espantar al demonio cuando vio el contenido.

Camila inmediatamente se lanzó a los brazos de su hermano, acción que tomó por sorpresa al rizado, pero devolvió el gesto.

— ¡Abre el mío! — Camila ordenó exaltada, tendiéndole su obsequio al rizado — No es tan genial como un violín pero creo que te gustará.

El menor tomó la caja que su hermana le había entregado, abriéndola con emoción.

— Tiene que ser una broma... — el menor miró a su hermana en asombro — ¿Un tocadiscos? ¡Mierda Camila, esto esta de puta madre!

— ¡Ey! Cuida tu vocabulario — su madre regañó.

— Lo siento.

— Ve el resto — su hermana le indicó.

— ¿Hay más? — Camila asintió, y el menor nuevamente miró dentro de la caja — Debe ser una broma...¡Es un vinilo de AC/DC! Dios Camila... — Jorge se puso de pie y abrazó fuertemente a su hermana — Gracias.

El rizado se dirigió y tomó dos pequeñas cajas, entregándoselas respectivamente a su padre y hermano.

Daniel por su lado sonrió — acción que sucedía muy pocas veces — agradeció y llevó un puro a su boca encendiéndolo de inmediato.

Su padre solamente agradeció y guardó el objeto en su bolsillo.

Tal vez aquello no detonaba emoción alguna, pero era su manera de demostrar "simpatía".

— Mamá, éste regalo lo compramos Camila y yo para ti.

Jorge le entregó una caja a su madre, que al abrirla contenía todos los regalos por parte de ambos, desde el suéter que el menor había comprado hasta un par de tazas que habían mandado a hacer, ademas de unas cuantas notas y fotografías.

Por un momento el ambiente se sintió relajado, se sentían como una familia de verdad. Sin peleas ni problemas.

— Benji, también te he comprado algo — Camila explicó, tomando una da las ultimas cosas que se encontraba bajo el árbol — creo que te gustará.

El rizado podía jurar que cierto brillo se posó en los ojos del demonio, y aún más cuando descubrió el regalo. Era un álbum de fotografías que llevaba de título "Nuestro libro de aventuras", era idéntico al de aquella película que el menor le había hecho ver, aquella donde le parecía absurdo que una casa flotara con globos, pero aun así terminó agradándole.

Al abrir el libro se encontró con decenas de fotografías tanto de él como del rizado, que adornaban gustosamente las páginas hasta cierto punto donde la página tenía escrito: "Es su turno de completar las páginas".

El demonio sonreía con sinceridad y agradeció a Camila para después tomar asiento junto al rizado mientras observaban las paginas juntos, dando sus comentarios acerca de las fotografías.

Pero no todo dura para siempre.

A la hora de la cena, aquella calidez desaparecería.

— ¡Todo es una mierda! — el padre del rizado gritó con la furia y el alcohol mezclados en su organismo.

— ¡Entiende que yo lo amo, papá! — el rizado se defendió.

— Están enfermos.

— ¿Y tú no? ¿O acaso crees que embriagarte cada noche es completamente sano? ¿Crees que golpear a tu esposa lo haría alguien saludable? ¡Estás enfermo y no lo aceptas!

— Cuida tu tono — Kev se puso de pie amenazando al rizado.

— ¿O qué? — el rizado se puso de pie por igual, desafiándolo — ¿Me golpearás? ¡Hazlo! ¡Eso es lo que hacen los cobardes! ¡Aprovecharse de los demás para sentirse poderosos cuando en realidad son una maldita mierda!

— ¿Y por qué no me golpeas para variar? Siempre eres débil, debí saber que eras un maldito marica, debí saber qu-

Un golpe impacto el rostro del hombre. El rizado lo había golpeado.

— Eres un...

Sin concluir su frase, Kev se lanzó a su propio hijo, golpeándole mientras el rizado intentaba hacer lo mismo.

Era evidente que su padre tenía mayor experiencia en el ámbito de las peleas, pero ahora era el rizado quien tenía más fuerza.

El tatuaje que yacía en su muñeca derecha estaba resplandeciendo, y solo bastó un empujón por parte del rizado para lanzar a su padre a través del salón, haciéndole que chocara con fuerza contra la pared.

El rizado se atemorizó de inmediato, su madre estaba junto a su padre y por muy extraño que pareciera Daniel abrazaba a Camila, quien estaba aterrada, mientras el hermano mayor llamaba a una ambulancia.

Todo había sucedido demasiado rápido.

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So...idk se viene lo chido pero aún no lo escribo aonsisnsismslsk

*se pone a escribir*

12/04/21

Demonio GuardiánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora