c u a r e n t a

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El rizado realmente no pudo dormir, sólo fingió hacerlo, mientras el castaño, quien realmente nunca dormía, le acariciaba sus rizos y se levantaba ocasionalmente a deambular por el lugar

El rizado yacía sobre la cama con las mantas sobre su cuerpo, sus ojos cerrados intentando dormir, sin embargo aquella imagen nuevamente se reproducía en su cabeza una y otra vez

¿Realmente tendría que hacerlo?

¿Tenía que luchar con el diablo?

¿Qué tal si no lo hacía?

¿Qué tal si no que quería?

Apenas aquella pregunta rondó su cabeza, una imagen se mostró en su cabeza

Jorge estaba tendido, muerto y su hermana junto a su cuerpo...estaba sola, y él no podía hacer nada para ayudarla

Sollozó levemente, no quería abandonarla

Tenía que hacerlo

Debía hacerlo

Iba a hacerlo...

[...]

Apenas pudo conciliar el sueño, el sol había comenzado a asomarse, disturbando la tranquilidad que había logrado conseguir

Suspiró profundamente antes de cubrir su rostro con las cobijas nuevamente intentando recuperar de nuevo aquella tranquilidad que le fue arrebatada prácticamente

— ¿Jorge? ¿Has despertado ya?

— No, Jorge sigue dormido...soy...soy una voz en tu cabeza — habló el menor contra la almohada

— Ya...pues supongo que tendré que darle besos a la voz en mi cabeza

— ¡Nooo! ¡Dame a mi, yo quiero! — el rizado se quejó irguiéndose sobre la cama

— ¿Y yo soy el caprichoso?

— Tú eres mi demonio caprichoso

El rizado se acercó al mayor, besando sus labios dulcemente y por un corto tiempo, antes de separarse

— Benji...debo decirte algo...

— Lo que sea...

— Benji yo...

— ¡Jorge! ¡El desayuno está listo, ven ahora o se va enfriar! — su madre interrumpió — ¡Sé que ya estás despierto!

— Benji...

— Me lo dices después

El menor asintió, poniéndose de pie, y luego de un puchero por parte del castaño, nuevamente se puso una de sus camisas, sin embargo ésta era negra y transparente, por lo cual se veía la piel del menor a través de ésta

Se colocó ropa interior antes de colocarse unas bermudas blancas y salir de la habitación

— ¿Y Benji no viene? — interrogó su madre

— ¿B-Benji? ¿Por qué vendría?

— Pues...es evidente que vino anoche...

— ¿Evidente?

— Pues...digamos que...oí cosas...

El rizado sintió como su respiración se detuvo por un segundo, y se sonrojó fuertemente, apartando la mirada

El castaño por otro lado reía fuertemente oculto en un rincón del comedor

— A la mierda...Benjamín...ven aquí — el rizado habló fuertemente, haciendo que el mayor callara, y Jorge le dedicó una mirada en conjunto de una sonrisa maliciosa — sólo sal de mi habitación, que no te dé pena...

El rizado sabía lo que hacía, obviamente él no iba a ser el único avergonzado frente a su madre, y menos con el descaro que el diablo tenía de burlarse frente a sus narices

Esta vez fue el castaño quien se sonrojó

El mirado observó divertido como el castaño arrastraba sus pies de regreso a la habitación, para eventualmente salir de ésta con un evidente sonrojo en sus mejillas

— B-Buen día — saludó, aún con la mirada gacha dirigiéndose a un costado del menor

— Buen día ¿Quieres desayunar?

— No tengo mucha hambre, desayunaré después

— Bien, entonces espero que puedas unirte a nosotros

— Claro, Benji estará encantado de quedarse aquí ¿no es cierto?

— Ajá...

— ¡Bien! Entonces...hablemos...

— Señora realmente lo siento, pero su hijo me obligo a corromperlo — interrumpió el castaño, Josselyn le miró confundida y Jorge a pesar de estar avergonzado, estaba aguantando las ganas de reír — Él me miró y me dijo "Benji, por favor" y pues...pues no pude resistirme, es su culpa, porque pues me puso una cara de necesitado y pues me lo follé, pero es su culpa

El rizado no sabía si su vergüenza era mayor a la diversión que sentía en el momento, por lo que no sabía si huir o reír

— Oh... — Josselyn habló — Bien...pero yo quería hablar sobre el nuevo empleo de Jorge...

— Oh... — el mayor se sonrojó aún más si es que era posible — lo siento

El rizado no pudo aguantar más, y rió fuertemente, al punto que tuvo que alejarse de la mesa para calmarse

[...]

Los dos chicos volvieron a encerrarse en la habitación del menor, el castaño un tanto avergonzado, y molesto por ello

— Eres muy tierno... — el menor acarició su mejilla

— Como sea...¿Qué es lo que querías decirme hace rato? — recordó

— Oh...bueno...pues quería mostrarte esto... — el rizado alzó la manga de la camisa mostrando al castaño su muñeca, enseñándole el tatuaje blanquecino, que apenas era notable

El mayor se acercó admirando la ilustración, un tanto asustado

— Yo...sé lo que significa...

El mayor negó, aún más aterrado pasando su dedo sobre el tatuaje, y fue ahí cuando la verdad atacó al rizado

Pudo ver claramente la imagen del castaño, enterándose así, que ahora su demonio, no era más que el mismísimo diablo

— Benji... — el mayor tragó saliva mientras el rizado le miraba con sus ojos cristalizados — E-eres...eres el diablo...

— Jorge...

El mayor dejó de hablar y se detuvo al ver como una espada aparecía repentinamente en la mano del rizado, quien seguía mirándole incrédulo

— Eres el maldito diablo...

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Uyyyyyyy

Anyways, idk estoy aburrida ✨

13/03/2021

Demonio GuardiánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora