c i n c u e n t a y d o s

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— Quítate — el rizado ordenó al castaño

— ¿Disculpa?

— Necesito sacar algo, y estás estorbando

— Di por favor

— Tú nunca lo haces

— Punto válido

El demonio se alejó de la cómoda en la que estaba recargado, y observó al rizado abrir uno de los cajones y sacar una caja cuadrada de plástico de por lo menos 10 centímetros de cada lado

— ¿Qué es eso?

— Dinero — el rizado abrió la caja, mostrando que efectivamente dinero era lo que había allí

— ¿Para?

— Todos los años, por si no te has dado cuenta, guardo dinero para regalos. Lo uso en cumpleaños y fechas especiales

— ¿A eso vamos al centro comercial? ¿Por regalos?

— Así es

[...]

— ¿Llevas dinero? — el rizado preguntó a su hermana al bajarse del auto

— Si, tengo un poco, pero es suficiente

— Bien, ya sabes, me llamas si pasa algo

— Claro. Leo me espera, adiós

Camila salió corriendo dejando a Jorge y al demonio por su cuenta

— Bien, primero vayamos a conseguir el regalo de Camila, aprovechemos que estará ocupada en alguna papelería o algo así

— ¿Qué le comprarás? Sabes que puedo tomar lo que sea y ya ¿cierto?

— Pero no lo harás. Le compraré un violín, lleva meses insistiéndole a mi madre que le compre uno. Podrá tomar clases en su instituto

— ¿No es muy caro?

— Un poco...pero es navidad después de todo

Ambos se dirigieron a una tienda donde vendían todo lo relacionado con instrumentos musicales y mientras el rizado se encargaba de asesorarse para comprar un buen regalo a su hermana, el castaño sólo observaba todo en el lugar

— Benji — el rizado le llamó — Ya está todo listo, vamos a otra tienda. Pero antes guardemos esto en el auto

El castaño tomó la bolsa que contenía el estuche y desapareció volviendo en cuestión de segundos a lado del menor

— Listo

— Pero-

— Siguiente tienda

El día prácticamente fue eso, se dirigieron después a una tienda de ropa, donde el menor compró un suéter para su madre. Después compró el ya usual tarjetero que le regalaba a su padre y un par de habanos para su hermano. Tal vez no debería haber comprado nada para estos dos últimos, pero sabía que se sentiría mal si no lo hacía.

Finalmente decidió enviar al demonio a buscar papel de regalo color lila con franjas amarillas en color pastel, éste debía ser de origen japonés...se iba a entretener un rato, seguramente el demonio estaría en Japón.

Pero aquello era necesario, el menor quería darle una sorpresa, y no podría hacerlo con el demonio a su lado todo el tiempo.

Se detuvo en una joyería, es decir el rizado ya tenía dos dijes que el demonio le había regalado, pero él aún no le había dado nada, por lo cual hace un par de semanas había mandado a grabar un collar con olas iniciales de ambos, dicho collar era de color rojo completamente, a excepción de la letra "J" que colgaba al centro de la cadena, ya que está era de color blanco.

Una vez recogió el regalo y lo ocultó en sus bolsillos, volvió al auto — no sin antes detenerse en una tienda más— siendo que había recibido un texto de Camila que decía que Leo la llevaría al apartamento más tarde.

Y para sorpresa del menor, cuando apenas iba a encender el auto, el demonio se encontraba a su lado.

— No encontré nada parecido, pero puedo torturar a unas cuantas personas y lo conseguiré

— No torturaras a nadie. Puedo conseguir otra cosa...

— Bien, pero si quieres-

— No, sólo vámonos, demonio caprichoso

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Like me queda solo un borrador de esta historia ✨

*se pone a escribir*

09/04/21

Demonio GuardiánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora