v e i n t i n u e v e

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El rizado caminaba por los pasillos del supermercado, llevaba una sonrisa en su rostro ya que había sido aceptado en el empleo

No iba a iniciar el trabajo sino hasta el año siguiente, siendo que sus vacaciones invernales ya habían iniciado un par de días atrás

El mayor se encontraba sentado en la canastilla del carrito que el rizado empujaba, obviamente no podía ser observado por nada, y de alguna forma se las había arreglado para ser increíblemente liviano, de manera que Jorge no tenía que aplicar un esfuerzo extra para empujar el carrito

— Esto es absurdo — el castaño bufó

— ¿Qué cosa?

— La fruta empaquetada...no necesita bolsa, sólo la tomas y ya

— Se llama mercadotecnia, se ve más linda y las personas la compran por eso

— Idiotas

— ¿No estás molesto? Ya sabes...por lo de anoche

— Te dije que era una mala idea, pero fue tu decisión y ya estás aquí, todo esta bien — el castaño afirmó — aunque puede que ayer te haya gritado mientras estabas inconsciente — el demonio rascó su nuca un tanto nervioso ante la confesión

— ¿Me gritaste?

— Tal vez...pero estaba aterrado

— Bueno, yo también lo estaba...es horrible — el rizado hizo un puchero recordando los eventos de la noche anterior, ignorando por completo las miradas de los desconocidos, quienes le miraban "hablar solo" — ¿Cómo lo has soportado?

— Realmente he vivido así toda mi vida ¿sabes? Creo que yo lo veo...normal

— Tiene sentido, pero es atroz e inhumano

— Es un castigo, no vas a darles un masaje mientras escuchan música

— ¿Lo has hecho?

— Alguna vez...pero realmente no me gustaba. Era agobiante hacer lo mismo y escuchar lamentos todo el día, así que simplemente decidí dejar de hacerlo

— ¿Te aburría? — el demonio asintió — ¿no sentías nada? — esta vez el castaño negó

— Nunca he sentido nada... — Benji se detuvo para observar al rizado — hasta que llegaste tú — sonrió

Jorge se sonrojó sonriendo tímidamente, apartando su mirada

Se sentía especial, era el único y el primero en muchos ámbitos, el castaño se sentía igual

Su amena plática se detuvo, cuando el rizado se detuvo en el pasillo de la farmacia tomando las toallas que su hermana había encargado, y buscando un par de estantes más adelante crema corporal

El castaño salió de la canastilla, divagando por los pasillos hasta que uno de los productos llamó su atención

Miró al rizado, quien se encontraba distraído, y por ende tomó aquel producto colocándolo en su palma para después cerrar su mano rápidamente, haciendo el objeto desaparecer

Ambos salieron del supermercado media hora después, el mayor ayudándole al rizado con las bolsas sin que éste se diera cuenta, solo haciéndolas livianas para que le fueran fáciles de cargar

Luego de guardar todo en el auto el rizado se adentró en éste, el mayor siguiéndole

Ambos se miraron unos minutos antes de que el rizado comenzara a conducir, mientras el castaño se sentaba de piernas cruzadas en el asiento, sintiéndose embobado por el rizado, y ahí fue cuando recordó...el cumpleaños de su pequeño ángel era al día siguiente

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Estoy mareada, voy a vomitar bai 🕳🤸‍♀️

10/03/2021

Demonio GuardiánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora