— Deberías irte antes de que termines lastimado — Dimitri se mofó.
— Quizá no te tengo miedo.
— Quizá deberías.
— ¿Por qué debería temerte? — el rizado interrogó con indiferencia.
— Porque puedo destruirte en un chasquido.
— ¿Eso debería darme miedo?
— ¿No te aterra la muerte?
— No es eso. Es sólo que no le temo a las cosas que son poco probables de suceder.
— ¿Tanta confianza tienes en ti mismo? Te aseguro que no estás ni siquiera consciente del poder que posees.
— Tal vez no, pero puedo averiguarlo.
El rizado se desconocía incluso a si mismo, es decir, el mismo Jorge que en octavo grado lloró porque una de sus compañeras habría tropezado con su mochila y se había lastimado el brazo, ahora se encontraba en el mismísimo infierno desafiando al diablo.
— ¿Te estás dando cuenta del error que cometes?
— No lo considero un error.
Y así sin más que añadir las cosas en el lugar parecieron tomar vida propia, y de manera sorpresiva, estás se dirigieron a los extremos del lugar, chocando con estruendo contra las paredes.
Dimitri comenzó a caminar dentro del área con la barbilla en alto y sus manos entrelazadas, denotando poder y seguridad, mientras miraba fijamente al menor.
El rizado por otro lado sentía como su cuerpo comenzaba a llenarse de ira, radiando aquella sensación que le hacia sentir invencible, razón por la cual, mirando al diablo, le desafió por igual.
Los gritos y súplicas del castaño a éste punto se habían vuelto nada más que un sonido ignorado en el fondo, siendo que cualquier ruego del castaño, en definitiva no sería escuchado.
Las cosas entonces comenzaron a azotar con brusquedad en el lugar, siendo que cuando chocaban con la pared, así fuera un cenicero de cristal o una estatuilla de piedra, terminaban hechos trizas en el suelo.
Y esto quizá no habría sido un problema, pero poco después el único destino que los objetos parecían tener, era el rostro del rizado, quien ágilmente lograba esquivarlos, pero el agotamiento pronto comenzaba a surgir en su cuerpo.
Si tan sólo tuviera un escudo alrededor de su cuerpo, todo sería más sencillo...
"— ¿Y como hago eso?
— Sólo...imagina que las dos velas se encienden y repite esa imagen en tu cabeza hasta que suceda."
Una sonrisa con un ligero toque de sorna se formó en el rostro del menor cuando recordó aquel fragmento de la conversación que había tenido con el castaño hace apenas unos instantes.
Mientras seguía evadiendo los objetos intentaba concentrarse en una barrera rodeando su cuerpo. La imagen la repitió en su mente varias ocasiones, a la vez que se enfocaba en no soltar la vela que le mantenía en aquel lugar, y rogaba por que el castaño no la soltase por igual.
Mientras el menor divagaba entre sus tantos pensamientos, no se percató de que nada menos que el escritorio se dirigía con avidez a golpear su rostro.
Su pronto instinto fue cubrir su rostro con sus brazos, y cuando el golpe impactó causando un fuerte sonido ensordecedor se apoderó del lugar, seguido de un gran silencio.
Sin embargo cuando el menor abrió los ojos se encontraba intacto, los objetos seguían chocando contra él, sin embargo antes de que estos tocasen su cuerpo terminaban estrellándose frente a él.
Lo había logrado.
Con orgullo, el menor sonrió al diablo, y con el mismo procedimiento que había usado antes se encargó de sujetar al diablo contra la pared, sus piernas y brazos abiertos en forma de estrella, empotrados contra la pared por una fuerza que no era percibida ante la vista de nadie.
El rizado se acercó con lentitud, sin embargo aquel no parecía ser el mismo Jorge, e incluso una pizca de malicia se pintaba en su mirada.
— ¿Qué sucede? ¿Tienes miedo? — el rizado se burló — Patético.
La misma espada con la que había enfrentado al castaño no más de unas cuantas horas atrás apareció en las manos del rizado, quien ni siquiera pareció pensar o reflexionar su siguiente acto, siendo que en un rápido movimiento la espada se encontraba clavada contra el pecho del diablo, haciendo a éste perecer.
Sin embargo, no se pensó en las consecuencias de aquel simple acto.
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Idk, desaparecí mucho tiempo pidoperdon12/05/21
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Demonio Guardián
Fiksi PenggemarEn el mundo, al nacer, a todos se les asigna un ángel guardián, pero el caso de Jorge es diferente, a él se le ha asignado por error un demonio como guardián