s e s e n t a y u n o

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Jorge recordó una conversación específica que tuvo con el castaño, que hizo que sus lagrimas cesaran casi de inmediato:

" — ¿Como una batalla por la supervivencia? — el menor preguntó.

— Algo así — el castaño hizo una mueca antes de seguir hablando — en las profecías se dice que se librara una batalla entre el rey del inframundo y su ejecutor. Es decir entre Lucifer y éste poderoso ser, y se dice que sólo uno saldrá victorioso. Siendo que si el diablo libra esta batalla, tendrá la capacidad de expandir su poder, tal vez causando el Apocalipsis.

— ¿Y si el otro ser gana?

— Se dice que será un ser poderoso, capaz de destruir el infierno con un chasquido, capaz de sanar las heridas y revivir a los muertos. Podría incluso sanar a la tierra en si."

Revivir a los muertos...

Jorge podría hacerlo según las palabras del demonio y una gota de esperanza nació dentro de si, por lo cual simplemente se imaginó como es que lograría hacer aquello.

No tenía la más mínima idea de como hacerlo.

Jorge se acercó al castaño y lo miró fijamente esperando que algo sucediera, sin embargo nada pasó.

Sujetó su mano y cerró sus ojos, pero nuevamente nada cambió.

Incluso intentó el típico "beso de amor verdadero" pero igualmente el intento fue en vano.

Intentó poner sus manos sobre la herida del castaño, sin embargo sólo logró que esta cerrara, pero el cuerpo del demonio seguía sin vida a sus pies.

Se había rendido.

Ya no sabía que más podía intentar.

Las lágrimas nuevamente comenzaron a arremolinarse en sus ojos, comenzando a caer con rapidez sobre sus mejillas.

Jorge no sabía cuanto tiempo llevaba allí, pueden ser horas, o tal vez han sido días, pero finalmente no quería saber que una vez saliera de aquella habitación, estaría solo.

Apoyó su cabeza en el pecho del demonio, llorando contra su cuerpo, sólo quería estar junto a su demonio.

En su cabeza nuevamente pasaban las imágenes de los momentos que ambos habían compartido, y de los que podrían haber compartido.

La mente del menor estaba llena de situaciones imaginarias junto al castaño, y lo que pudieron haber hecho si tan sólo el demonio no se hubiera ido.

Su demonio.

Si así era el dolor con el demonio en sus brazos ¿Cómo sería una vez el demonio esté lejos?

Jorge giró su cabeza para ver el rostro del demonio, y se alzó levemente para poder acariciar su pálido rostro, sonriendo nostálgicamente.

— Te odio — el rizado empezó — te odio tanto, por hacerme amarte de esta manera. Mierda...¿sabes que has sido una maravilla en mi vida?

El rizado apoyo el costado de su rostro en el pecho del demonio, mientras seguía acariciando su rostro.

— No podré reemplazarte — sollozó — nunca habrá alguien que se asimile a ti...porque mi corazón pertenece a ti, demonio caprichoso. Quiero que vuelvas...

Jorge cerró sus ojos mientras las lágrimas seguían raspando sus mejillas, sintiéndose en paz al estar junto al castaño, paz que le sería arrebatada una vez saliera de allí.

El menor suspiró en derrota, se alejó lentamente del castaño y miró su rostro una última vez.

Secó sus lágrimas y apretó su mano con delicadeza antes de besar su mejilla por última ocasión, para el menor estaba claro que aquello era una despedida.

El menor se irguió dispuesto a ponerse de pie, sin embargo cuando lo hizo, un agarre en su mano le hizo quedarse estático. Dirigió su mirada a su muñeca, y observó como el demonio se aferraba a él.

— ¿T-te vas sin despedirte? — el demonio tartamudeó, haciendo que el menor de inmediato dirigiera la mirada al rostro del castaño.

Posó su mano en su pecho para cerciorarse de que n era un sueño...y efectivamente no era así. Su corazón latía y sus ojos yacían abiertos.

Su demonio había vuelto.

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Aksjoidkjodks me emocioné

Anyways, si me chingaron o me funaron en los capítulos pasados, discúlpense ahora 🙄

21/04/21

Demonio GuardiánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora