Donde Draco Malfoy, el mago mas arrogante en Hogwarts, cae perdidamente enamorado de Gretta Fawley, una sangre pura preciosa, pero que no le da ni la hora.
Gretta Fawley es la perfección presonificada, además de bonita, tiene un poder extraordinario...
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Habían pasado ya dos días, dos días en los que estuve en el maldito cuartel de la Orden junto con toda la maldita gente que se estaba quedando aquí.
No me malinterpreten, no es que me caigan mal, es solo que había mucha gente aquí. Albus no permitió que regresara a casa (papá estuvo de acuerdo) porque varios seguidores de Voldemort sabían dónde estaba nuestra mansión, desde entonces mi hermano, mi abuelo, mi padre y yo nos estábamos quedando aquí.
Las cosas con Fred mejoraron un poco, Filch lo atrapó y por eso no llegó esa noche. Merlín sabe por qué hace las cosas.
Charlie y yo... Bueno, las miradas coquetas están pero no hemos podido mantener una conversación ya que siempre nos interrumpen.
Hoy, doce de agosto, es la audiencia de Potter (el cual ha estado más irritante de lo normal) y desde que sabe que Sirius es mi padrino también, se creó una competencia por parte de él. Digo por parte de él porque de los dos, es el único que quiere llamar la atención de Sirius cuando yo estoy a su alrededor. ¡Para lo que me importa!
Lupin y Severus han sido mis maestros este verano, necesito aprender a controlar el agua. Seguimos practicando el fuego un poco, pero el agua es lo principal.
Estábamos Lupin y yo en el patio trasero del cuartel practicando cuando escuchamos un ruido dentro.
—¿qué fue eso? —preguntó Remus, yo me distraje y la bola de agua que tenía flotando en el aire se deshizo y cayó encima de la cabeza del licántropo —¡Hey! —exclamó con diversión
—Ups... Me distraje —le di una sonrisa nerviosa y nos quedamos viendo para luego soltar una carcajada —Vamos a ver en que lío se metió Potter ahora —caminamos hacia la puerta, Remus me pasó una barra de chocolate y la llevé a mi boca.
Cuando entramos a la casa el bullicio aturdió mis oídos, los gritos eran de Ginny y Fred diciendo "se ha librado, se ha librado" Mientras daban saltitos abrazados, para luego escuchar el grito de Molly "ya callense, niños" obviamente, tratándose de los Weasley, éstos no hicieron caso a su madre y siguieron gritando su improvisada canción.
—¿Lupin? —lo llamé mientras veía el circo que se había armado en la casa Black.
—¿si? —
—Hueles a perro mojado —me burlé y de reojo vi la mueca de asombro para luego ver una sonrisa traviesa.
—Mas vale que corras, Fawley. Te daré tres segundos — me dijo, volteé a verlo alarmada —Uno... —comenzó
—Remus... No creo que... —
—Dos—
—Lupin... Yo no... —
—Tres —corrí por toda la sala, salté un sillón y de la nada el silencio se hizo.
Rodeé el sillón con Remus detrás de mi y utilicé a la primera persona que encontré como escudo humano mientras mi respiración se estabilizaba.
