C7 Preguntas y Respuestas

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Narra By

Abro los ojos y siento un gran dolor de espalda. Quien lo diría en vez de despertar con dolor de cabeza por la resaca, amanezco con dolor de espalda.

Trato de acomodarme mejor para seguir durmiendo, aún ni amanece. Cosa que confirme con mi reloj. Apenas son las 5:13 am.

Eso es lo que odio de salir de fiesta, que al día siguiente despierto súper temprano y con mucha hambre.

Decidida a ir en busca de algo de alimento me pongo mis sandalias reef y amarro mi cabello. Bajo con sumo cuidado para no despertar a nadie. Que yo no duerma a estas horas no significa que no deba dejar dormir a los demás.

Al llegar a la cocina, busco en la nevera algo de comida pero no hay nada hecho. Y la verdad tengo mucha pereza como para cocinar. Suspiró enojada.

Decido prepararme un sándwich de queso, jamón, tomate y lechuga. Algo rapido y sencillo. Por las dudas preparo dos.

Doy el primero mordisco y sabe a gloria. Doy otro más y gimo del placer. No es que tengo problemas alimenticios, no, sino que adquiri cierta vergüenza que las personas me vean comer y todo comenzó cuando me fui a Alemania.

Al comenzar el curso lectivo una niña pija a la que le caí mal de primera instancia se burlaba de mi por mi peso. No estaba gorda, pero tampoco estaba flaca, solo que aya todas eran esqueletos andantes. Eso me hizo sentir rechazada asi que deje de alimentarme como se debía.

Una tostada y mucha agua fue mi alimento diario todo ese año. Baje mucho de peso llegué a pesar 40 kilos, mi padre no lo supo pues se preocuparía mucho. Los chicos trataron de ayudarme, pero no deje. Al final accedí cuando uno de los chicos mas guapos de todo el curso me dijo que era más bella antes, que ahora parecía un esqueleto y que sus amigos opinaban igual .Decidí cuidarme mejor y cambiar físicamente.

No comía como antes, pero logré tener el peso que tengo ahora. No gorda, no esqueletica pero si flaca.

Devoró sin piedad el primer sándwich y de vez en cuando se me escapa un gemido, pero que más da no hay nadie o eso creí hasta que una leve carcajada resuena por la cocina. No puedo ver a nadie dado que soy tan tonta que no he prendido la luz. Pero logró observar una silueta en el umbral de la puerta. Esa figura la conozco muy bien.

-¿Que quieres? Ahora te dedicas a acosar personas.

-No, solo rio al verte gemir con esa comida, parece que quieres tener sexo con él. -rio también- Valla si sabes reír, ya pensaba que habías olvidado como hacerlo. -gruño- Hasta parece que tienes años de no probar algo así -me encogi en mi lugar. Ha dado en el clavo.

-Tienes razón tenia años en no probar nada así. -Sonreí.

-Valla, no conocía esa parte tuya.

-¿De que hablas?- inquiri dandole otro sorbo al jugo de uva-

-Esa parte falta de autoestima.

-No tengo baja autoestima -dije agarrando el plato y levantandome para ir a botar lo demás, que ahora no me comere.

-No te detengas por mi. Cómete el otro, se veía que disfrutabas mucho -sonríe de lado-

-Ya no tengo hambre -digo, pero mi estómago gruñe pidiendo más comida.

-¡Si, se nota! -responde sarcastico -Te reto a que te comas ese emparedado y te dare a cambio lo que quieras, solo si te lo comes todo.

-Lo que quiera- dije ampliando mi sonrisa

Jhon asintió. Pobre, no sabe lo que le espera.

Me senté de nuevo en mi lugar, agarré el sándwich y le di una mordida, trataba de masticar normal, pero al saber que me observaba no pude darle mas de una mordida.

True Love (S#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora