C28 Una cena y un Te amo

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Luego de que Alberto le contara todo, decidió llamar al juzgado, primero debían pactar una cita para presentar el caso y luego lo demás era pan comido. Sentía cierto temor de que la mujer de su amigo volviese a sus viejos hábitos de las drogas, pero ella no era nadie para poder juzgar. Sentía la fuerte necesidad de correr al primer lugar y conseguir dos puros de marihuana o unas cuantas bolsas de cocaína. Tanto tiempo de que no consumia parecía que las drogas la consumían a ella. Por eso no podía juzgarla porque aunque ahora no las consumiese por diferentes motivos no implica que si tuviese la oportunidad no lo hiciera. Incluso creía recordar que un su casa-si su verdadera casa en Alemania- aún conservaba unas cuantas drogas escondidas en su viejo joyero.

-By- ambos levantaron el rostro para ver a Lu. Sonreía pero tenia lágrimas. Se levanto de inmediato y la abrazo. Su amiga ahorita no ocupaba mas regaños, ahora necesitaba consuelo. Ese consuelo que no encontró en ellos años atrás. Ese pensamiento la hizo querer retroceder, pero si quería seguir con su vida debia olvidar y perdonar, aunque le costase demasiado.

Ambas se sentaron frente a Alberto que sabiamente decidió mantenerse en silencio.

Luego de unos minutos en silencio y llantos, Lu suspiro y comenzó a hablar.

-Solo quería hablar con él de la misma manera en que lo hice todos estos años-suspiro pesadamente.-Pero el despertó y me dijo algo como de "Esa voz, estaba en mis sueños" me asuste como los mil demonios, así que solo le dije algo y salí corriendo.

Ninguno decía nada, era mejor dejarla desahogarse, ese odioso nudo en su garganta le impedía decirle palabras de confort, así que sólo la abrazo y la dejo llorar en su pecho.

-Shhh-susurro- tranquila princesa. Ya paso. No te culpes, debes estar fuerte para tu princesa y principie. Entendido? -dejo suaves caricias por su espalda hasta sentir que se relajaba.
Asintió resignada, aunque eso no fuese lo que quería, era lo mejor.

-Creo que sera mejor que regresemos a casa, después de todo no creo que el Dr nos deje entrar ahí de nuevo.

Asintieron y entre los dos se las arreglaron para hablar con Rob y pedirle que aún no diese ningún tipo de información a su hermano.

Alberto se fue es su elegante camioneta y By y Lu se fueron en un taxi. Quince minutos después ambas bajaban del taxi, Lu camino directo a la casa mientras By pagaba al taxista.

Frente a ésa gran casa, se sentía diminuta, quería gritar, llorar...desahogarse. Pero eso no era del todo correcto, debía permanecer serena. La tormenta apenas iniciaba, faltaba lo peor...decirle la verdad a su hermano.

No sabía como, ni que diría pero estaba segura que quería hacerlo ella con su padre.

Rocogio el celular y llamo a su padre con quien acordó que mañana mismo le dirían la verdad a Zack.

Subió a su recamara y trato de recopilar las pruebas suficientes y tras llamar al orfanato y lograr con un poco de persuasión que la directora del mismo sirviese como testigo tenia las pruebas suficientes para hacerle ver a ese viejo juez que ellos son personas más que aptas para cuidar a una criatura.

Paso gran parte del día y la noche en su habitación por lo que no había comido casi nada-solo lo del hospital- y sentía su estómago rugir. Busco sus pantuflas y una vez se las calzó camino escaleras abajo hacia la cocina.

Todo estaba oscuro, por supuesto las personas normales ya debían encontrarse durmiendo, no como ella que se encontraba en su elemento, en su zona de confort...en su zona agresiva. Ser una persona normal ya le era complicado y duro por naturaleza, pero al entrar en su mundo, todos desaparecían y sólo era ella, las pruebas contra algún degenerado(a) y sus inmensas ganas de hacer justicia.

True Love (S#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora