Narra Escritora
Luego de que Alberto se lo pensara unos cuantos segundos asintió. BY sonreío pero por dentro sentía que esto se iba a convertir en un momento incomodo, los prejuicios y el orgullo que se creo en ambos tras lo sucedido no iba a poder desaparecer tan fácil. Y no tanto entre ellos, sabia de ante mano que tanto sus amigos, como hermano, cuñada y demás se sentiran enojados. Después de todo perdio cinco años de su vida luego de irse por sentirme una completa basura y de quien fue la culpa en su momento, pues claro de Alberto. Ninguno encontró en su momento otro culpable más que al tonto adolescente que la hizo sufrir una y otra vez, pero que después de todo no dejaba de ser eso; Un adolescente.
La mirada de Alberto escondia miles de sentimientos: promesas no cumplidas, sentimientos contradictorios, un pasado incierto y un futuro que lo era aún más.
Deseaba saber que escondian esos obres tan brillantes como cielo, que parecía cansados, pero justamente ahora lo que más importaban eran sus sobrinos. Se lo debía a su hermano. Él. Que ahora luchaba por su vida en una camilla.
Ciertamente encargarse de una vida que no era la suya estaba acabando lentamente con su vida, su cuerpo parecía más delgado de lo normal, dado que de tanto correr por reuniones, las citaciones con nuevos clientes, el cuido de los niños y encargarse de su padre, hermano y cuñada ciertamente no dejaba el tiempo suficiente para preocuparse por las comidas. Sus ojos ya mostraban el cansancio, unas leves marcas moradas se asomaban debajo de sus ojos haciendola lucir un poco pálida.
Una vez estacionarion en la primaria practicamente se tiró del auto y corrio hacia la dirección del lugar siendo seguida por Alberto quien caminaba con la cabeza gacha y las manos dentro del sobretodo.
Caminó por los largos pasillos, doblo a la izquierda y ahi se encontraba la imponente puerta de roble con el nombre en grandes letras doradas.
Sentía las palmas de las manos sudar, aun no comprendía el porque de ese extraño sentimiento de estar haciendo las cosas mal se instalaba en lo mas profundo de su ser.
Tocó la imponente puerta dos veces para luego escuchar un escueto "adelante" que la hizo sentir aun mas nerviosa.
Abrio y sus ojos no podian creer lo que observaba. Ahi se encontraba él con su sobrino quien tenia las mejillas mojadas y nariz y ojos rojos.
-Lamento la tardanza- dijo soltando el aire. Jhon al escucharla giro para encontrarse a la joven que robaba cada uno de sus suspiros junto al imbécil que tanto la lastimó e hizo se alejara de toda su familia.
-Descuide señorita -la directora se levantó y estrecho su mano educadamente. -Tomen asiento- señalo la silla junto a la del otro joven y el sillón en el que se encontraba el niño. Asintió y sin decir palabra tomo asiento junto a Jhon quien la dejo sin respiración. Llevaba un traje sin corbata con los dos primero botones sueltos dejando a la vista su ya trabajado pecho.
La tensión era palpable y la única que parecía no notarlo era la directora, quien sonreía aliviada de que dos de los tutores del niño se encontrarán ahi.
-Bueno Jhon, cite a Byondi aqui hoy dado el último comportamiento de Eisen. Hemos tenido mucha paciencia con ambos niños, pero esto ya es abusar de la confianza. -By la interrumpio
-¿Que sucedió? -quizo saber, odiaba la formalidad del asunto, dado que quizas era una bobada de niños. -No tenemos todo el tiempo del mundo Señorita.
Asintiendo la directora se disculpo con la mirada.
-Eisen agredió a un niño a tal grado que hizo que su boca sangrara y dejara un gran circulo morado alrededor de su ojo.
Los cuatro adultos voltearon a ver al niño quien ahora jugaba con sus manos. Las exclamaciones estaban en el aire, pero ninguno era capaz de vociferarlas.
-¿Que piensa hacer con él? - inquirió Jhon mirando retadoramente al niño mientras su tía lo veía con lastima algo que lo descolocaba en más sentidos de los que podía imaginar.
-Estará suspendido lo que resta de la semana y deberá pedir disculpas al estudiante afectado- Byondi suspiro aliviada y asintio, por lo menos no serían tantos días dado que estaban a mitad de semana, aún no estaba segura de como iba a lograr que Eisen se disculpara, el poco tiempo que tenia conviviendo con el niño había demostrado ser un pequeño con un orgullo más grande que la casa en la que habitaban.
-No quiero sonar mal educada, pero ¿eso seria todo? -suspiro irritada con una extraña comezón en el cuello y brazos.
La directora asintió un poco descolocada, otra en su situación hubiera retado al niño a como parecia deseaba hacerlo Jhon, pero en cambio ella solo preguntaba si ya podia retirarse. Luego de el asentimiento de la misma By tomo su bolso y camino hacia su sobrino tomando su mochila y mano caminando hacia la salida.
-Gracias, nos vemos pronto-se despidio y termino saliendo.
Alberto se puso de pie de inmediato y la siguió hacia la salida.
Jhon al notarlo hizo la misma acción sintiendo un gran deseo de golpearlo hasta que entendiera que no podia acercarse a su muñeca. El deseo de golpearlo no hacia nada más que aumentar, porque justo ahora que entre ellos comenzaba a emerger algo el debía aparecer para exumerar malos recuerdos.
-Sube al auto cariño-hablaba a su sobrino con la mayor dulzura posible, después de todo un niño tan calmado como él no debio atacar sin motivo alguno, y ella debía averiguarlo antes de sacar conjeturas.
-¿Me vas a pegar? -pregunto el niño mientras ella abrochaba el cinturón de seguridad. Negó asustada ante tal pensamiento, ni por más enojada que estuviera podria arremetar contra su sobrino.
-No cariño, pero llegando a casa vamos a hablar ¿si?.
El niño asintió mientras la abrazaba, cosa que la descolocó aún más. El no era así con ella y eso era un gran avance.
Cerro la puerta y giro para encarar a ese par de hombres que la miraban en busca de una respuesta, una explicación o algo que justificará la presencia del otro.
-¿Y bien? -pregunto altanero Jhon lanzando dagas con sus ojos al acompañante de su... de su chica, porque aunque ella no lo supiera ella le pertenecía y viceversa.
-No montes una escena justo ahora, por favor. ¿Dime, que hacias aqui? ¿La directora te mando a llamar? -negó sintiendo el ya común desplante que ella le hacia. En vez de contestarle que hacia ese ser ahi, le pedia explicaciones de su presencia.
-Era mi turno de venir por los niños, pero al llegar la directora me informo y Yariela decidió llevarse a Leia a casa mientras esperabamos por ti para resolver el problema.
Asintió entendiendo. Jhon seguía viéndolos acusatoriamente.
-¿Entonces? -volvio a picarla, esperando con toda su alma que no hubiera cometido otra de sus estupideces.
-Nos encontramos y decidimos dar vuelta a la página -ni bien dichas esas palabras Jhon ya parecia un volcán a punto de erupción
-¿Que tu qué? -grito asustando al niño dentro del carro que los miro más asustado de lo que ya estaba, haciéndolo creer que la riña que le darían seria tan grande que ni explicarse podría. Volvió a llorar, esta vez con más dolor, quería a su madre para que le dijera que todo iba a ir bien, y a su padre para que le contará cuentos de principes que protegían a su hermana y a su madre; la princesa y la reina.
El llanto del niño alerto a los tres adultos haciéndolos darse cuenta el espectáculo que estaba propiciando a los peatones.
-Vete por favor -pidió sintiendo un extraño dolor en su corazón al ver al pequeño sollozar de esa manera.
-Pero...
La mirada que ella le regaló lo hizo callar y retroceder dos pasos pegando su espalda a la extraña cerca de lápices que la escuela poseía.
-Otra vez vuelves a escogerlo a él antes que a mi.
Le regaló otra mirada cargada de dolor y camino a paso decidido a su auto. Byondi no comprendió sus palabras hasta que ya fue muy tarde puesto que ya las llantas del auto rechinaban por la calle.
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True Love (S#2)
RomanceSecuela de Secrets Puedes leerla sin necesidad de leer la anterior. Aunque es recomendable. *** Decidida a cambiar su vida Byondi decide viajar hacia Alemania con su nuevo amigo Kendall. Pero las cosas no son siempre blancas. Tras haber pasado 5 a...