150 11 0
                                    

Nuevamente a mitad de la noche, a las cuatro en punto, Blanca me llamo al móvil. Su voz sonaba tranquila, lo que me hizo suspirar aliviado. Saque la cabeza por mi ventana y ella me saludo desde la calle, sonriéndome. Le devolví el saludo y los dos reímos en silencio.

Me puse la misma ropa que había usado ayer y baje las escaleras emocionado, al abrir la puerta noto que estaba encendiendo un cigarrillo y el humo salía de su pequeña boca.

-¿Sabes Ashton? Hacia tiempo que no probaba los cigarrillos. Hasta que mi amiga me regaló una caja de tabaco.

-¿No puedes fumar? Yo siempre termino ahogándome.

-Mis padres no dejan que fumé, como si fuese un delito...

Blanca me entrego su cigarrillo y yo negué con la cabeza, pero volvió a insistir. Coloque el cigarrillo entre mis labios, y apenas aspire solté el humo que tenía en mi boca y además la garganta me comenzó a picar.

Blanca comenzó a reír y yo hice lo mismo, me arrebato el cigarrillo de la mano y volvió a fumar. Me sorprendía el tiempo que el humo se mantenía dentro de ella. Era de noche, y apenas nos podíamos ver, ya que una de las farolas dejo de funcionar. Caminamos hasta mi auto y fue ella la que de se sentó en el asiento del conductor. Encendió el motor y abroche el cinturón.

-No tengas miedo Ashton, sé manejar. Aunque me quitaron la licencia de conducir... Al parecer no se puede manejar a 120km/h por las calles.

-Amante de la velocidad eh.-le respondí. Ella hizo un gesto de no importarle y arranco. Apretó el acelerador y la velocidad fue aumentando, cada vez más rápido. Las calles como siempre a estas horas estaban vacías y los dos parecíamos unos dementes apurados. Pasaron unos veinte minutos y ella decidió estacionarse en frente de un local abandonado.

- Información-dije.

-Era la antigua casa de los espejos. Ahora está abandonada. No seas cobarde Ashton. 

Blanca bajo con una mochila lila y decidimos adentrarnos en el lugar. Había tantos graffitis y dibujos en las paredes. Suciedad y espejos rotos por todos lados. Olía a algo podrido o rancio pero ella sonreía.

-Los espejos son mis enemigos-dijo ella, y entendí a la perfección. De alguna manera sentí lastima, pero no dije nada... No podría decir nada.

-No soy muy fan de los espejos... Toda película de terror tiene un espejo... Y no pasan cosas buenas.

-Acuérdate de las reglas, no miedo, no acobardarse ¿Si Ashton...?

-No tengo miedo, solo algo de paranoia-respondí sincero.

Blanca me tomo de la mano y continuamos caminando entre los cientos de espejos rotos. Ella agarro una piedra que se interpuso en el camino, luego saco su aerosol rojo y dibujo un círculo en quince espejos. Cuando todos los espejos contenían un redondel ella sonrió.

-A que no le pegas en el centro ni a dos... -me reto ella, sonreí y tome la primer piedra que vi. Me prepare y comencé a tirar a los espejos, de los quince solo logre hacer añicos a cuatro espejos.

-Nada mal eh-dije y me rei de mi mismo. Ella rebotó la piedra en su mano y comenzó a hacer estallar a los demás espejos. Los vidrios volaban por todos lados, y logró romper ocho espejos, nueve... Porque al último le dio una patada.

-Creo que Gane...-sonreía alegre.

-Creo que siete por cuatro es veintiocho, así que veintiocho años de mala suerte para mi-dije apenado, pero a la vez en broma.

-Uff, a la mierda. No creo en la suerte Ashton. Es todo parte del destino.

-¿Nuestra historia está escrita, no podemos cambiar nada porque es así como lo decidió alguien?-pregunté.

-El destino sabe lo que nos toca, lo que debemos sufrir y cuando reír. Nosotros somos nuestros propios destinos, decidimos por nosotros porque somos libres.

Sonreí al escuchar eso, somos eso... Intentos de libertad.

De pronto una rata paso entre los pedazos de espejos rotos y Blanca pego un grito horrorizada. Comencé a reírme de ella y esta me dio un fuerte golpe en el estómago con su puño.

-Odio a los roedores e insectos.-dijo ella excusándose.

-Yo también pero no grito como una histérica.

-¡Cállate Ashton...!

Volví a reírme y ella saco de su mochila un aerosol violeta, entonces escribió en la pared... Nos destrozamos a nuestra manera. Le arrebate de su mochila un aerosol de pintura azul y escribí abajo... Porque somos distintos universos.

Sonreímos, satisfechos por nuestra obra reciente. Me tenía loco, quería besarle, besarle y no soltarle nunca. No sólo la quería, comenzaba a amarla... Y ella solo sabe enredarme más, no tiene sentimientos por mi. Soy solo un amigo, un triste y doloroso recuerdo de nuestra amistad :(

☮Distintos universos☯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora