Capitulo 16

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Ciertamente todavía tenía que reunirse con ambos hermanos Greengrass. Con Alexander para negocios en cuanto a las empresas en las que había invertido en Gringotts, en la cual la reunión estaría Gornuk, su gerente.

Y con el hermano para discutir el próximo juicio, que sería el de Dumbledore. Sobre todo, la discusión que tendría era en cuanto a lo que requería el asiento Potter, Gryffindor y Ravenclaw de la votación.

Harry quería a Dumbledore fuera de Hogwarts, pero eso ya estaba hecho gracias en parte a su generosa donación. Y en parte al inminente juicio por intento de secuestro y asesinato. Ahora solo requería ciertas respuestas y pediría que se le administrara veritaserum para conocerlas.

Despidiéndose de la familia Black, entró en la chimenea en dirección a su casa, para ordenar a los elfos que no movieran nada y le prepararan una comida ligera, para poder tomar una pequeña siesta antes de las reuniones.

En dos días sería el juicio de Albus Dumbledore y Harry Potter Emrys, estaba muy ocupado. Para empezar, la pequeña siesta que se quiso echar nada más llegar a su casa, la tuvo que posponer al recibir una llamada Flú de emergencia de Amelia Bones.

Amelia Bones era la regente al asiento del Wizengamot de los Bones, hasta que su sobrina fuera mayor de edad. También era la jefa del departamento de seguridad mágica, por lo cual recibir una llamada de ella implicaba, una de dos cosas, que hubiera pasado algo político en el ministerio de magia o que hubiera incumplido alguna ley desde que salió de las salas del Wizengamot.

- Hola Madame Bones, por favor pase a través del Flú.- Invitó Harry a una bruja un tanto nerviosa pero estoica.

Madame Amelia Bones salió de las llamas verdes esmeralda con un aire regio y limpiándose la ceniza con un toque de su varita, se dirigió a Harry.

- No puedo quedarme mucho tiempo Señor Potter Emrys. Solo he venido a advertirle que puede que tengamos problemas al juzgar y condenar a Albus Dumbledore.

- ¿Qué clase de problemas?- Preguntó Harry poniendo el máximo interés y difuminándose el cansancio enseguida.

Con un suspiro audible Madame Bones le hizo un gesto a Harry para que se sentara en una silla, pues lo que tendría que contar, preferiría que el chico estuviese sentado.

Harry mal vio que en su propia casa le indicaran que se sentara pero no dijo nada al respecto a la bruja más anciana, ya que supuso que lo que quisiera hablarle sería de suma importancia.

- Sabes que Albus tiene muchos contactos en diferentes departamentos y ministerios de magia por toda Europa. El problema que se nos presenta ahora, es que ha alegado que todo lo que ha hecho, se hizo por una profecía que se realizó antes de que nacieras.

- ¿Qué dice la profecía?

- Eso no lo sabemos, por desgracia cuando se realiza una, solo el destinatario puede cogerla y escucharla...- Fue interrumpida por uno de los retratos más antiguos que se estaba riendo a carcajada limpia.

- Lo siento... pero me parece muy gracioso que creáis en eso, hoy en día. Harry, no te lo creas, las profecías solamente son hechas por los que tienen el verdadero don y esos son los Oráculos en su mayoría. El resto no son más, que unos charlatanes sin sentido.- Dijo el retrato mirando regio a los dos.

Amelia no sabía que pensar en tal interrupción, dado que por un lado se veía un poco ofendida en la cuestión de que un retrato la hubiera interrumpido, cuando había venido hasta aquí para informarle, que muy posiblemente Albus Dumbledore quedara libre y sin cargos por haberle atacado, si lo que planeaba el viejo era correcto y le funcionaba.

Harry Potter y el poder del conocimientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora