Capitulo 20

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- Creo que será mejor que nos preparemos para salir, apuesto a que los gobblins están ansiosos por saber cómo nos ha ido.- Dijo Harry cambiando de tema y sonriendo nuevamente.

Sarah asintió con la cabeza, levantándose del suelo en el que estaban sentados y yéndose ambos a recoger sus pertenencias y ver que no se habían dejado nada.

Al cabo de una hora y media, Harry y Sarah estaban listos para salir de la habitación del espacio y el tiempo, sonriendo ligeramente ante los recuerdos del entrenamiento y Harry mucho más confiado y determinado en los objetivos que juró lograr.

El nacimiento de Albion y la edad de oro para todos los seres sintientes mágicos.

Cogiendo el pomo de la puerta, lo giró lentamente y abrió la puerta revelando los gobblins que se tapaban los ojos por la luz que daba la habitación.

Saliendo despacio de la sala del tiempo y el espacio, fueron recibidos por el Rey Ragnok y su sequito, aparte del Maestro Artesano que en el día que habían pasado fuera, dentro el año, no se había movido del lugar.

- Bienvenidos de nuevo, Maestra Ó Conaill, Señor Potter. Nos alegra que hayan vuelto.- Dio la bienvenida Ragnok con una sonrisa puntiaguda, dando a ver todos sus dientes.

Los gobblins de Gringotts estaban un poco ansiosos por que se abriera la puerta, incluso algunos estaban deseando que la puerta permaneciera cerrada y los dos hechiceros se perdieran.

Esos que estaban deseando la desaparición de los hechiceros, eran pocos, pues la mayoría de los gobblin albergaban la esperanza de que Emrys hiciera un cambio productivo en sus vidas, que pudiera liberarlos de estar bajo tierra y volver a la superficie. Algunos de los más ancianos, estaban olvidando lo que era que el sol les bañara con sus rayos por la mañana o incluso el olor a la lluvia recién caída.

Algunos gobblins, los más jóvenes e incluso el Rey que solía ser un escéptico en el trato de los seres humanos, incluso los ministros no eran recibidos por Ragnok, salvo el chico Potter o Emrys.

El maestro Artesano que hizo la puerta a otra dimensión, vio con deleite como se abría lentamente para dar paso a una luz blanca cegadora. Apartando todos la vista unos momentos, los hechiceros que habían entrado, salieron notablemente más cambiados.

Se podía escuchar a los gobblins aplaudiendo alegremente por su regreso y a los pocos extremistas, refunfuñando por el oro perdido en las apuestas.

El Rey gobblin les dio la bienvenida a ambos, los cuales se quedaron mirando como pasmados por la visión que los recibió.

El primero en romper el hielo fue el chico, el cual inclinó la cabeza en señal de reconocimiento y le preguntó a Ragnok en el idioma de los gobblins, un poco mal hablado y pronunciado, como es que había tantos recibiéndolos.

Muchos abrieron los ojos ante la sorpresa, pero rápidamente la escondieron, esperanzados de que no lo hubieran notado.

Si Harry lo notó o no, no lo dijo, al igual que Sarah, su maestra. El Rey Ragnok con una sonrisa respondió en el mismo idioma.

- Me alegra que haya podido aprender el noble idioma gobblin. Estamos tantos aquí, debido a dos factores. Uno y el más importante es que la entrada de humanos a la sala no se ve todos los días. El segundo, es que afuera hay un mago que quiere retarte a duelo.- Dijo sonriendo maniáticamente.

- Entiendo Majestad Ragnok. Aprecio su preocupación en cuanto si salíamos o no. ¿Quién es el mago?- Preguntó con el ceño fruncido, pocos podían ser los que quisieran retarle a duelo y menos después de mostrar algunas de sus habilidades cuando Dumbledore y su orden lo atacaron en las escaleras de Gringotts.

Harry Potter y el poder del conocimientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora