Capitulo 12

1.1K 96 10
                                    

- Señor Potter, mi residencia actual está en Francia, en una villa oculta por un fidelius. Si le interesa realmente la alquimia, venga a verme, tanto mi esposa como yo estaremos encantados de darle textos y clases particulares. Estoy seguro que podremos ver grandes avances en el tema, gracias a usted.- Dijo el Maestro Flamel, entregándole un trozo de pergamino con una ubicación en él.

- Gracias, Maestro Flamel.- Dijo Harry, con una inclinación de cabeza.

- De nada, Aprendiz Emrys. Es bienvenido.- Devolvió Nicholas, despidiéndose del resto y quedando en un futuro, con los que se disculpó para discutir ciertos asuntos.

Tanto Titus, Sarah, Harry y Bennu, se despidieron de los demás Maestros y Maestras, para ir a comer en El Cairo, capital de Egipto.

El Cairo, Capital de Egipto desde el año 1922, era realmente hermosa con tanta gente caminando por sus calles.

Se podría observar como muggles y mágicos compraban y vendían conjuntamente sin que nadie se diera cuenta de quién era quien. Harry no le gustaba que eso pasara, los muggles, como él los veía, no merecían estar en presencia de los que eran mágicos, puesto que estaba seguro de que habría persecuciones de nuevo, asesinatos en masa, genocidios, etc. si se enteraban de que el mundo mágico, de hecho, seguía existiendo.

Puede que aquí, convivieran en perfecta armonía ignorándose mutuamente, pero en el resto del mundo eso no ocurría.

La zona a la que fueron a comer Titus, Harry, Sarah y Bennu, debía ser mágica para que el fénix volara libremente e incluso pudiera comer con ellos. A pesar de que le encantaban los dátiles al fénix, no era su única dieta, también se alimentaba como todas las aves de caza, de pequeños roedores y otros animales.

Titus conocía un sitio en Guiza, para ir a comer. Era un restaurante que estaba escondido en el mundo muggle al igual que el Caldero Chorreante, de vuelta en casa.

Para ir desde El Cairo a Guiza, fueron otra vez por medio de aparición conjunta. Algo que a Harry le desagradaba bastante. Cuando llegaron a la ciudad, empezaron a caminar entre los habitantes e ir en la dirección que les dijo Titus. Parecía que Sarah también sabía ir allí. Algo que Harry miró con cierto interés.

- Dime Sarah, todos los Maestros también han sido aprendices, ¿Quién fue tu Maestro?- Preguntó Harry mirando sospechosamente entre Titus y Sarah.

- Si piensas que fue Titus, estás equivocado. Mi Maestro murió hace unos cuantos años.

- Lo siento, no pretendía...

- No te preocupes Harry, es comprensible que tengas curiosidad, yo también la tenía a tu edad.

- A decir verdad, Sarah era muy curiosa e impetuosa a tu edad, Harry. Tú eres un poco más tranquilo que ella.

- ¡Oye! No digas eso a mí aprendiz.

- ¿Miedo de que salga mejor que tú, oh mi Maestra?

- ¿Miedo? Nah, se te puede domar fácilmente.

- Te sorprenderías.- Dijeron Titus y Harry al mismo tiempo, haciendo que la Maestra Ó Conaill los mirara con cierto interés.

Ya estaban llegando al Babuino Tuerto, un restaurante especializado en la carne de oca, algo que Titus le recomendó a Harry. Bennu por el contrario le recomendó que lo comiera asado y con cerveza caliente, le encantaría esa carne. En sus tiempos que servía a los faraones más poderosos e incluso a algún sacerdote de los templos de Anubis, Amón, Ra, Hathor, etc... había probado y visto comer ese tipo de carne y otras con aspecto delicioso.

Harry Potter y el poder del conocimientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora