En un movimiento de Harry, los aurores se dispusieron a soltar al chico Weasley.
Señalándolo con su báculo, Harry dijo en alto y claro las palabras condenatorias que pondrían fin a la vida de Percival Weasley.
- ¡Avada Kedavra!- Salió disparado un rayo verde a toda velocidad, impactando sobre el pecho del joven y dándole muerte instantánea y sin dolor.
Ahora la magia de Harry estaba mucho más tranquila al saber que la venganza de sangre estaba medio cumplida, pues mientras que un Weasley viviera, habría odio y animosidad entre ambas partes.
Cuando el joven Weasley cayó al suelo, los padres fueron corriendo directamente a él con gritos de angustia y dolor por perder a uno de los suyos. Realmente Harry lo sentía un poco, pues ningún padre debería sobrevivir a su hijo, pero él, Percival Weasley se lo buscó al utilizar un hechizo tan antiguo y sin el conocimiento.
Harry se dio media vuelta y se dispuso a llegar a su asiento, cuando una voz a sus espaldas lo detuvo.
- Asesino, eres un asesino...- Murmuró una voz cascada por el dolor de la pérdida.
Dándose media vuelta, vio quien le había hablado. Molly Weasley estaba de pie delante de un sollozante Arthur.
La mujer tenía los ojos rojos por el llanto, pero eso no le quitaba que tenía la varita sacada y apuntando amenazadoramente a Harry.
Por un momento estuvo tentado de acabar con la mujer también, pero quería escuchar lo que tenía que decir.
- Asesino, no. Ejecutor de la justicia, señora Weasley. Debe comprender que lo que su hijo hizo a tenido sus consecuencias mágicamente y de por sí, ya tienen ustedes una venganza de sangre en su nombre, ¿Es consciente de ello?- Preguntó Harry suavemente, dando escalofríos a los que le conocían y pensamientos profundos a donde llegaría la mujer Weasley ahora.
- ¡Justicia! Si hubiera justicia tu estarías muerto, ¡Monstruo!- Insultó la matriarca Weasley, haciendo que los ojos de Harry brillaran con el poder de la antigua religión.
- ¡Cuidado con tu lengua, mujer! Podría cortártela y hacer un favor al mundo entero.- Amenazó en voz baja y con un susurro mortal.
Arthur Weasley se dio cuenta de la confrontación que estaba teniendo su esposa y decidió intervenir, aturdiéndola. Lo último que quería era que Señor Potter matara a su mujer también. Con una mirada que lo decía todo, mandó a sus hijos que recogieran el cadáver de su otro hijo y se marcharan para hacer los ritos funerarios.
A Harry le dio una mirada de muerte, que si las miradas mataran, Harry estaría muerto, antes de que pudiera decir Albion.
- Esto no ha terminado aquí, Señor Potter. Nos volveremos a ver.- Se despidió Arthur pensando que tenía la última palabra.
- Sus amenazas no me dan miedo Weasley. Ve y corre a esconderte con tu maestro Dumbledore. Mándale saludos de mi parte.- Se burló Harry riendo oscuramente, una risa sin humor, pero llena de malicia.
Arthur fue a contestar pero las puertas del Wizengamot se cerraron de golpe en su rostro, no permitiéndole decir nada.
Una vez que los restantes miembros de la familia Weasley se fueron, Harry volvió a su asiento para hacer frente una vez más al Wizengamot.
Al parecer el último comentario no gustó mucho a algunos miembros, por lo que decidió disculparse, sin sentirlo realmente, pero ellos no tenían por qué saberlo.
- Pido disculpas a aquellos miembros de éste magnífico cuerpo, que se hayan sentido insultados u ofendidos por mi último comentario a Arthur Weasley.- Dijo Harry sentándose en su asiento y mirando los asentimientos de cabeza que algunos le daban, aceptando la disculpa.
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Harry Potter y el poder del conocimiento
FantasiHarry es maltratado desde los cuatro años hasta los seis, donde se entera de que tiene un poder y lo usa para su beneficio. Debe aprender todo tipo de magias, para poder ir superando obstaculos en su vida. Harry Potter es un hechicero, oscuro pero n...