Capitulo 19

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- ¿Te vas?- Preguntó Sarah, con un tono de voz neutral, o lo más neutral que pudo reunir.

- Sí, me voy ahora.- Dijo Harry sonriendo ligeramente, dándose cuenta de la preocupación verdadera que salía de Sarah en oleadas.

A Harry le gustaba que se preocupara por él, puesto que era un sentimiento nuevo de pertenencia. Antes no había mucha gente que se preocupara, sí los gobblins lo hacían, así como Regulus y su familia, pero Harry pensaba que era porque estaban en deuda con él y los gobblins, porque no querían perder a un valioso aliado, aunque más tarde descubriría el por qué exactamente se preocupaban por él.

No porque estuvieran en deuda o fuera un valioso aliado, sino porque realmente lo consideraban un amigo y tenían genuina preocupación.

Bajando las escaleras poco a poco y dando una respiración profunda, se volvió una vez más hacia donde estaba Sarah, para descubrir que su viaje había dado comienzo, dado que la entrada al campo había desaparecido de la vista inmediata.

Sarah por otra parte suspiró en derrota y susurró un, buena suerte, al ver como Harry desaparecía en la nada.

Harry llevaba caminando en completo silencio durante unos minutos o unas horas, no estaba seguro al respecto. Lo que sí que estaba seguro era que se sentía observado, vigilado, por algo o alguien.

Mientras que caminaba en dirección recta o eso pensaba pues no había manera de ver si iba hacia la izquierda o derecha, sentía como la temperatura, repentinamente subió a temperaturas bastante altas.

Con un movimiento de su báculo y pensando en la magia que quería, la temperatura descendió alrededor suyo, hasta que se hizo soportable e incluso agradable de nuevo. Parecía ser que iba a ser la primera prueba de la sala, ver si podía aguantar las temperaturas tempestivas.

La segunda prueba no se hizo esperar mucho al parecer, un bloque de fuego se alargaba por kilómetros y kilómetros de longitud.

Bufando por lo que parecía una milésima vez al ver que su magia caía en picado al notar nuevamente el calor abrasador de la sala, volvió a echar el encantamiento de enfriamiento sobre él y sobre el fuego un hechizo de la antigua religión, viendo como éste chocaba con el fuego, pero no hacía mella en él.

Frunciendo el entrecejo ante la posibilidad que le costara un poco más, volvió a echar el mismo hechizo, pero con más fuerza detrás de él, para que saliera más poderoso.

El agua del hechizo esta vez chocó contra el fuego, haciendo que ambos levantaran una nube de vapor, la cual Harry redirigió condensándola y convirtiéndola en agua, hacia el fuego, intentando ayudar a apagar las llamas condenadas.

Viendo una posibilidad de entrar y no quemarse en el proceso, se echó varios hechizos y encantamientos anti fuego sobre él y cuando vio la oportunidad que esperaba, un hueco entre las llamas, corrió hacia adelante, rezando a cualquier deidad que estuviera presente, que su plan funcionara.

A medio camino de las llamas y la salida, vio para su horror, por el rabillo del ojo, como el fuego volvía a rugir.

- Imposible.- Dijo a la nada y a nadie en particular, acelerando el paso y corriendo un poco más rápido para no terminar abrasado.

Pensó que tal vez un poco de viento ayudaría en contra de la persecución que se estaba viendo obligado a soportar.

- làidir gaoithe.- Lanzó un fuerte viento hacia atrás el cual barrió las llamas, dándole el tiempo justo y suficiente para escapar de los muros de fuego.

Cuando salió de ese camino infernal, por decirlo de alguna manera, siguió corriendo, hasta detenerse resoplando y secándose la frente sudorosa, viendo con asombro como su hechizo iba barriendo el fuego poco a poco y ganando.

Harry Potter y el poder del conocimientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora