Así pues Harry pasó su primera semana en Hogwarts en las clases con sus nuevos compañeros de estudios y Sarah la segunda semana, un poco menos preocupada por su aprendiz, pero más aburrida en el sentido que ella no podía hacer nada y veía poco a Harry.
Aparte del hecho de explorar el castillo o ayudar a los profesores y maestros en las vigilancias nocturnas, para que ningún estudiante estuviera fuera de sus dormitorios.
El fin de semana se anunciaba con un poco más de acción, porque serían los dos únicos días en los que Sarah y Harry entrenaran juntos y se pusieran al día.
La noche del viernes llegó a Hogwarts con un visitante inesperado para la escuela y para Harry, el cual miró con el ceño fruncido, como el jefe de magos del Wizengamot, Titus Ollivander, se dirigía hacia la mesa de los profesores y a la silla un poco más alta del director Powell.
Muchos se preguntaban qué haría el hombre allí, Harry se preguntaba si había pasado algo importante para que viniera él y no mandara una lechuza o incluso pidiera a sus propios elfos mandar una carta.
Se le vio hablar con el director Powell durante unos minutos más, hasta que éste le ordenó algo a Severus en el oído.
Ambos, hechicero y Druida abandonaron el Gran Salón, justo cuando los postres estaban por aparecer.
El profesor Snape bajó las escaleras y se dirigió directamente a Harry, para tener una palabra con él.
- Señor Potter, el director y el jefe de magos, desean tener una palabra con usted en el despacho del director. Acompáñeme.- Dijo Severus con un tinte de curiosidad en su voz, algo que no fue desapercibido por nadie.
Asintiendo con la cabeza, Harry se puso de pie y le dijo a sus amigos cercanos, que los vería después, algo que no estaba del todo seguro de poder ser.
Siguiendo al profesor de pociones, salieron del gran salón y se dirigieron hacia las escaleras móviles, para ir al despacho de Maestro Powell.
Cuando llegaron a la gárgola, el profesor Snape dio la contraseña, que casualmente le hizo sonreír a Harry.
La contraseña era Albion, grande y fuerte. Algo que Harry estaba seguro de que sería así en el futuro.
Subiendo las escaleras con tranquilidad y parsimonia, el profesor Snape llamó al despacho del director. Esperando pacientemente a que les dieran la entrada, Harry cuadró sus hombros y cogió su báculo con fuerza, esperando lo peor.
Con un sonoro delante del director Powell, ambos pasaron dentro, encontrándose con Sarah Ó Conaill allí, sentada en una silla.
Con el ceño fruncido, Harry se dirigió a estar en el lado de su maestra y le lanzó una mirada preocupada.
- Tranquilo, Aprendiz Emrys, no estáis en ningún tipo de problemas.- Dijo el director con una sonrisa cómplice.
Harry suspiró un poco aliviado e invocó una silla para poder sentarse él, para la charla informativa que tendría lugar.
Mientras tanto Titus miró de Sarah a Harry con el entrecejo fruncido y también invocó una silla un poco cómoda. Una vez sentado, Titus se dirigió directamente a Harry.
- Temo Emrys, que esta visita no es de ámbito cordial. Se te necesita en el Wizengamot.- Dijo yendo directamente al grano y sin dar ningún tipo de rodeos.
Harry se limitó a asentir con la cabeza y esperó a que Titus continuara. Viendo que éste se limitaba a mirarlo con una ceja arqueada, Harry se aclaró la garganta y le pregunto a qué se debía la reunión del Wizengamot.
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Harry Potter y el poder del conocimiento
FantasyHarry es maltratado desde los cuatro años hasta los seis, donde se entera de que tiene un poder y lo usa para su beneficio. Debe aprender todo tipo de magias, para poder ir superando obstaculos en su vida. Harry Potter es un hechicero, oscuro pero n...