Sexto acto

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—Hyung, ¿tienes algo low carb en el menú? —Namjoon pregunta casualmente. Seokjin, con su característica personalidad, lo ve con una ceja alzada y se mofa con una sonrisa extrañada.

—¿Para qué quieres low carb?

—Mmm, ¿dieta? —el moreno frunce la nariz, Seokjin levanta una ceja otra vez y detrás de él entra Yoongi a la cocina mirándolos alternadamente.

—Tú. Dieta —dice el mayor de los tres, Namjoon asiente. Seokjin y Yoongi ven al mesero durante cuatro segundos y entonces Jin señala una olla al fondo de la cocina.

—Caldo de pollo con fideos de arroz y verduras hervidas. En la olla de al lado hay bollos de arroz hervidos y verduras sazonadas con soja y especias, también pechuga asada a las finas hiervas, sírvete. 

Yoongi mira de nuevo desconcertado a Jin y a Namjoon alternadamente y tuerce los labios sin entender muy bien qué está pasando, Seokjin se encoge de hombros y se da la vuelta para revisar que la sopa de tomate a sus espaldas no se queme.

El moreno coge una de las cajas de cartón delgado que se utilizan en el restaurante para poner las órdenes para llevar y, en ella, sirve verduras sazonadas y pechuga asada, todo huele delicioso. En otra caja, sirve tres bollos y otra ración igual a la anterior, no tiene tiempo de comer ahí así que todo lo echa en una bolsa de papel grueso color café claro.

—¡Me voy! —Namjoon se echa el delantal al hombro y encima la mochila para dejar una mano libre con la bolsa de papel mientras camina hacia la puerta trasera de la cocina del restaurante.

 Se gira para despedirse con la mano de Jin pero la baja al instante avergonzado, su hyung comparte un beso profundo con su novio en la entrada de la cocina antes de que el pianista camine en dirección opuesta hacia el restaurante para continuar su turno, ruborizado, el moreno aparta la vista y asiente mirando el suelo con una sonrisa incómoda.

—Muy bien, adiós —murmura más para sí mismo que para alguno de sus hyungs y sale por la puerta.

El cielo está despejado, y no falta mucho para que se ponga el sol, las nubes apenas se tornaban rosadas.

Llega a la parada del autobús y se sorprende a sí mismo con una sonrisa en su rostro, va de camino al teatro, esperando alcanzar a su ángel y poder darle la maravillosa comida que ha preparado Seokjin.

Antes de llegar al teatro se dio cuenta de que llevaba algunos wones de propina en la bolsa del pantalón y compró té helado para cada uno, asegurándose de que uno de ellos fuera de dieta.

*

—... y después de eso mi madre me inscribió en una escuela de ballet profesional, aquí en Corea, pero pareció no bastarle con eso y me envió un año a Francia... A los once años. —Namjoon levanta las cejas al mismo tiempo que da un largo trago a su botella de té helado —que ahora está tibio— y se recarga en una de las butacas para acomodarse mejor entre una fila y otra.

—Todo un martirio —contesta el moreno algo inseguro de su sarcasmo atrevido, pero sonríe aliviado cuando Jimin suelta una risa avergonzada—. Entonces sabes francés.

—Qué va —se apresura a decir Jimin batiendo el aire con una mano—. No sé un huevo de francés, le recomendaron a mi madre darme un tutor personal para enseñarme el idioma poco a poco para después de eso transferirme a un internado, pero ella se negó, dijo que cómo podía alguien sugerir que yo perdiera tiempo que podía usar practicando en algo tan inútil como clases de francés.

—En... Francia... con un profesor nativo...

Jimin se limita a asentir lentamente con una expresión de pura ironía en su rostro, sazonada con una ceja elevada y la comisura izquierda de sus labios estirada hacia su pómulo. Namjoon separa los labios, incrédulo.

Estrella Fugaz » pjm + knjDonde viven las historias. Descúbrelo ahora