Décimo séptimo acto

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En la cocina del restaurante todos se mueven de un lado a otro, mientras que afuera las personas que reservaron el lugar para la cena privada de esa noche estaban empezando a llegar. Estar nervioso es algo que, por más que Namjoon intente evitar, no puede.

No ha visto a Jimin o a su madre las veces que se ha asomado, tampoco a Jungkook o Hoseok, sin embargo, veía otros rostros conocidos como los directores de la academia en los que alguna vez llegó a fijarse de pasada y demás jóvenes que compitieron.

En su cabeza el plan estaba armado: no harían mayor escándalo al respecto que pudiese perjudicar la buena reputación del servicio, Taehyung y él se habían asegurado de hablarle sobre todo ello a Seokjin para que no se alarmara y pusiera al resto de sus compañeros al tanto sin entrar mucho en detalles. Pero Taehyung le dijo hace una hora que iría por su auto y ahora la gente está llegando, ellos no tienen idea de cuánto tiempo pretenden quedarse éstas personas y sobre todo sus chicos, por lo que acordaron actuar tan pronto como fuese posible, ¿el problema? Kim Taehyung no contesta el jodido teléfono, aún después de casi diez llamadas y dos mensajes de voz.

Los nervios lo están matando.

—Bien, pero repítemelo una sola vez más.

Namjoon suspira con pesadez, restregándose la cara con las manos. ¿Por qué todo el mundo está en su contra hoy?

—Seojoon hyung —le dice al pelinegro de su misma altura, con paciencia. Seojoon frunce el ceño y le asiente una vez, dándole a entender que ahora sí le está prestando atención de verdad. Hyungsik a su lado rueda los ojos, negando con su cabeza en desaprobación—. Cuando lleguen Jimin y su madre, Park Chinsun, y tengamos que empezar a repartir las órdenes hacia las mesas, tendrás que dirigirte específicamente hacia ella y "accidentalmente" —hace comillas con sus dedos— tirarle la copa de vino encima de la ropa. ¿Entiendes?

Seojoon pestañea repetidamente.

— ¿Tengo que hacer como que tropiezo? —arquea una ceja, Namjoon asiente y él abre los ojos, balbuceando— Yah, ¿no estaríamos en problemas por eso?

—Que no estaremos en problemas porque Seokjin está al tanto de todo, hyung, ¿qué no lo escuchaste? —se queja Hyungsik con fastidio— Tenemos que distraer a la señora para poder sacar a Jimin y sus amigos de ahí, porque de ella es que tienen que huir. En lo que ella salga del cuadro, Namjoonie le hará llegar un papel a Jimin diciéndole por dónde tienen que ir y yo estaré frente a la puerta de la cocina por si se pierden, ya sabes, para hacerles señas.

—Algo... así —exhala Namjoon, aun inconforme con la manera en la que sus compañeros están captando todo.

— ¿No creen que es demasiado protocolo para algo tan absurdo? —Seojoon frunce toda la cara— Además, ¿por qué tengo que ser yo el que le tire el vino a la doña y no alguno de ustedes?

—Porque Seokjin-ah me necesita aquí en la cocina. No puedo abandonar mi puesto, la cena va a seguir a pesar de todo —le responde Hyungsik, como algo obvio.

—Y yo atenderé contigo y los demás pero necesito pasar desapercibido tanto como sea posible —le dice Namjoon—. Hyung, te prometo que será cosa de sólo esta vez, ya deja de hacer como que no estás entendiendo y ayúdanos, por favor —junta sus manos en súplica, oyéndose casi desesperado.

—Deja tu amargura y activa tu romanticismo, hermano —le pide Hyungsik, apretando su hombro—. Estamos intentando hacer que algo funcione. Hoy por Namjoonie, mañana por nosotros.

Seojoon arquea una ceja y se cruza de brazos, viendo del menor hacia Hyungsik, que al ser uno de los cocineros es casi que uno de sus jefes también a pesar de ser su dongsaeng, hacia el movimiento en la cocina y a lo que puede alcanzar a apreciar a través de la ventanilla circular de una de las puertas dobles que dan de la cocina hacia las mesas.

Estrella Fugaz » pjm + knjDonde viven las historias. Descúbrelo ahora