27.

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Abro la puerta y Gustavo se acerca para abrazarme, yo me aparto rápidamente.

- Florencia...
- Vamos fuera, ahí hablaremos.

Rápidamente me arrepiento. Solo llevaba una camiseta larga como pijama y a fuera hace frío. Me siento en un pequeño tronco de un árbol y Gustavo me mira atentamente.

- Toma mi chaqueta. -Él se quita la chaqueta, pero yo no la acepto.-
- No tengo frío, gracias.
- No seas testaruda Florencia. ¡Estás temblando!
- ¿Testaruda? Habla el que viaja mas de 100 km solo por hablar conmigo.
- Y viajaría unos 1000 si es necesario.
- Testarudo...
- Florencia... -Se agacha y me mira de frente, yo me alejo un poco.- ¿Por qué te alejas de mi? No hacías eso de hace mucho.
- Simplemente hablemos a una distancia apropiada.
- ¿Por qué estás así?
- Porque no me creo capaz de alejarme de ti y tengo que hacerlo. -Me levanto y camino cerca de un roble.-
- No seas así...
- Por favor, no lo hagas más difícil y dime lo que vienes a decir.
- Primero, no tenía idea que Makarena había viajado y había venido a hablar esto contigo.
- Lo sé, ella me lo dijo.
- Pido disculpas por eso y lo otro, bueno...
- Solo dilo.
- Makarena pidió un traslado, así que estudiara acá. Me vendrá a buscar junto a Amanda y me tiene atado a ella. ¿Feliz? Tenias razón, no debías enamorarte de mi y yo no puedo hacer nada por remediarlo. Ella se salió con la suya, porque ni muerto me alejo de mi hija. Jamás pensé que ella tomaría esas medidas. Así que ahora le puedes decir a todo el mundo que tenías razón al decir que no debías enamorarte de mi.

Gustavo habla de espaldas a mi. Jamás pensé que tomaría esa posición, se nota dolido, como si supiera que él no es bueno para mi, pero lo es, y mucho.

- Me hiciste feliz.
- Sí, pero no lo suficiente, solo te traje problemas.
- Eso no es cierto. -Me acerco a él y estoy apunto de tocar su espalda, pero me arrepiento-
- Me trate de convencer que podía ser el mejor hombre para ti, ¿pero a quien engaño? Te mereces algo mucho mejor, alguien con toda su vida por delante, sin ataduras... Soy un egoísta y te pido perdón.
- No tienes que pedir perdón por hacerme feliz. Este tiempo junto a ti, ha sido mágico.
- Tengo muchas cosas que deseo decirte en este momento, pero se que no puedo porque lo haría mucho más difícil. Solo te deseo mucha felicidad y agradecerte por hacerme el hombre mas feliz. Como sea... Yo no puedo dejar mis responsabilidades y tú no tienes porque liar con ellas. Sé feliz por tu parte, y yo por la mía.

Me acerco, pero él camina rápidamente.
Esta situación es demasiado irreal. Gustavo se acaba de ir de mi vida, y yo no lo puedo aceptar.
Jamás había visto esa faceta suya tan fría, aunque jamás me mira a los ojos y se que le duele mucho decirlo, aún así esperaba un último te amo de su parte.

Esta no es precisamente la despedida que estaba esperando, pero supongo, que nunca pasa lo que espero.

No supe nada de Gustavo desde aquella vez. Mis amigos estaban enterados y yo no podía parar de pensar en como seria la situación de estar en el mismo salón que él.
No pude disfrutar mis últimas semanas de vacaciones como yo quería, ya que la mitad del tiempo me pasaba llorando o recordando algo, y la otra mitad trataba de superarlo.

Estar con él era tan alto, que su ausencia se sentía muy subterránea. Ni siquiera puedo explicar con palabras lo que sentía al terminar mi relación con él.
Solo puedo decir, que puedo juntar todas mis decepciones amorosas anteriores, y ni siquiera es una cuarta parte de lo que estaba sufriendo en estos momentos.
Solo podía pensar, que entre todas mis batallas perdidas, él era la mejor.

Los días antes de clases, me dije que ya estaba cansada de llorar, si esto es lo que me tenía preparada la vida, que fuese así.
Lo cierto es que mi corazón no puede volver a ser el de antes, la única persona que lo puede arreglar, es ahora el que lo rompió.

Empecemos con 32 razones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora