33.

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No tenía la mínima idea de como había sobrevivido al primer turno junto al profesor Leon.
Él maldito, aparte de ser jodidamente guapo, también era muy bueno en lo que hacía.
Enserio, ¿donde están las cámaras, ah? Un hombre así no puede existir... Ah, es mujeriego, si existen.

Si la leyenda no era cierta, las alumnas la hacían bastante creíble. Era descarada la forma en que mis compañeras se ofrecían al profesor, él solo sonreía y les decía algún cumplido.
O se las tiraba a escondidas, o en verdad no se acostaba con alumnas.

En todo caso, es más preocupante el hecho de porque estoy pensando en esto. La vida de mi sexy profesor no debería importarme, pero, es tan misterioso el modeloprofesor.

Estaba muy entretenida sacando fotos en los jardines del campus. La fotografía era mi fiel aliada cuando Gustavo se enojaba conmigo por celos, aunque no era el único.
Todas las parejas que están con el sexy profesor, han sufrido peleas. La inseguridad los mata. Cosa de ellos, no pienso decirle una vez mas lo obvio, ¡Dios! Hasta pienso que llevo escrito en mi frente que amo a Gustavo. Hombres idiotas.

- Puedo apostar a que tu cámara cuesta lo mismo que mi primer sueldo.

Me doy vuelta y casi se me cae la boca al ver a mi sexy profesor al lado mío. Comía una manzana, y parecía un hombre de comercial.
Amo a mi novio. Amo a mi novio.

- ¿Por qué lo dice?
- Parece una muy buena cámara.
- Trabajé un verano completo por ella, y mis papás pusieron el resto.
- ¿Puedo?

Dudo si prestarle la cámara o no, para mí prestarle la cámara a alguien es como prestar el cepillo de dientes, aunque a él...

- Si, ¡claro!

Estaba a punto de sacarla de mi cuello, cuando él estira sus brazos y me la saca. Siento mi boca seca y él me sonríe.
Primero observa la cámara y luego empieza a fotografiar cada cosa que se le cruza.
Al parecer no es la primera vez que toma una cámara profesional, ya que no pregunta como utilizarla. Luego me fotografía a mi sin querer y un carraspeo nos interrumpe.

- Gruñón ¿Se te pasó el enojo?

Gustavo me achina los ojos y luego mira mal al profesor, ya que éste se ríe con mi comentario.

- Contigo no puede durar mucho mi enojo.

Gustavo se acerca a mi y rodea con su brazo mi cintura. Uh, marcando territorio Cooper.

- ¿Que tal profesor?
- Estaba divirtiéndome un poco con la cámara de tu novia.

Leon se quita la cámara y me la entrega con una sonrisa.

- Sacas lindas fotos Collins.
- Gracias profesor.
- Nos vemos en el turno de noche.

El profesor me guiña el ojo y yo suelto una pequeña risa. Gustavo le levanta la cabeza como despedida y luego me mira cruzando sus brazos.

- ¿Le pasaste tu cámara a alguien?
- Tú también la has utilizado.
- No esa. -Señala mi cámara.- Es una de tu favoritas.
- ¿Qué tiene?
- ¿También caíste en las garras de ese feo?
- ¿Feo? -Me río.- ¡Vamos amor! Hasta los hombres lo encuentran guapo.
- Yo no.

Gustavo mira hacia otro lado, aún con sus brazos cruzados. Tenía una posición algo infantil, pero su perfil me hacía querer besarlo.
Me acerco a él y lo abrazo. Beso su mejilla y él se resiste a abrazarme. Luego beso cerca de sus labios y él sonríe un poco.

- Te amo. No seas celoso, yo solo te amo a ti.
- Amo escuchar eso. -Sonríe y me besa.-

Ya había encontrado un defecto en el profesor. Era algo imposible trabajar con él.
Las enfermeras, secretarias y pacientes, se le acercaban continuamente y robaban todo su tiempo. Cada vez que teníamos alguna duda o preguntarle cual seria nuestra nueva tarea, él estaba ocupado coqueteando con alguna mujer.
El puede hacer lo que quiera, pero debe respetar a sus alumnas y alumnos. Mi paciencia llegaba su limite.

Empecemos con 32 razones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora