8.

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Puse al tanto de todo a Sab, esa noche. Por lo cual, a la mañana siguiente tenía un sueño tremendo.
Escucho unos ladridos y miro que Dobby me mueve la cola y saca la lengua. Le doy de comer en su plato con forma de mickey y me preparo el desayuno.

Después de ducharme, me siento mucho más despierta, Sab aparece a mi lado aun con pijama, ya que entraba mas tarde.

- No te demores Flopis, puedo apostar a que tu Romeo está abajo esperándote.
- Romeo no Sab, te lo he dicho muchas veces, mi media pizza suena mejor.
- Como sea, tu medio sushi pizza debe estar esperándote.
- Él siempre me dice que llega solo unos segundos antes que yo baje.
- ¿Quieres apostar?

Sabrina se dirige al balcón que está en la sala de estar y mira hacia abajo.

- Te lo dije, está abajo sentado en una banca, mirando la puerta para ver si su Florencia sale.
- Idiota, jamás te contaré algo.
- Eso dolió. -Me hace pucheros.-
- Sabes que es mentira, amorcito. -Tomo mi bolso y le doy un abrazo de oso a Sab y a Dobby.- Te amo amiguita, te amo Dobby, adiós.
- Adiós, adiós amiguita. -Dobby ladra y lo tomo como su habitual despedida.-

Al bajar a la recepción, me despido del guardia y veo que Gustavo mira hacia la entrada. Cuando salgo, su sonrisa es algo difícil de ocultar, como si fuera algo que le produce mucha felicidad.
¿Enserio es por mi? Me resulta tan difícil creer eso, es muy lindo para ser cierto.

- Señorita Florencia. -Besa mi mejilla.-
- Señorito Gustavo.
- Aún tienes cara de sueño.
- Lo sé, odio levantarme temprano, lo odio tanto, como cuando no hay pizza.
- La calle está llena de locales que venden café, podemos entrar en alguno. -Me dice de forma comprensiva.-
- Vamos al que aparezca primero.
- Como usted mande. -Me cierra el ojo y sonrío.-

Al entrar al primer café que se aparece, nos recibe un chico sonriente.

- Buen día, ¿qué se les ofrece?
- Quiero un mocka grande ¿y ?-Miro a Gustavo.-
- Un capuchino vainilla, grande. -Responde él.-
- Hoy, nuestro jefe celebra el décimo aniversario de matrimonio con su esposa, por eso, todos los cafés grandes están en 2x1 para todas las parejas que compren en el local.
- Eh, pero nosotros no som... -Gustavo me corta.-
- Claro, aceptamos la oferta. -Gustavo rodea mi cintura y me acerca a el.- ¡Viva el amor!
- Hermoso, entonces van dos cafés.

El cajero le grita el pedido a las chicas y Gustavo toma mi mano mientras esperamos.

- ¿Viva el amor? -Le pregunto aguantando mi risa.-
- ¡Vamos! Eran 2x1 vida mía. -Me guiña el ojo y escuchamos nuestro pedido.-
- Ahí están sus cafés, y felicidades por formar una pareja tan linda.
- Gracias, soy muy afortunado. -Gustavo besa mi mejilla y me entrega el mocka.

Durante el camino, se forma un silencio incómodo. A veces nuestras miradas se encontraban y nos sonreíamos de forma extraña.

Al llegar a clases, me separo de Gustavo ya que no tengo esa clase junto a él, lo cual me da tiempo para pensar.

Bueno, es obvio que tiene algunas actitudes que me hacen pensar que tal vez le guste, pero aún no lo quiero aceptar. Todo estaba bien cuando lo tenía junto a mi, como amigo, sin que nadie me codeara cada vez que me quedaba mirando.

En verdad no entiendo, si es que es así, como le llegue a gustar. El tiene una familia formada, alguien con quien compartir el resto de la vida, al parecer una chica maravillosa y yo no tengo como hacerle competencia a eso.

Las personas que realmente me conocen, siempre dicen que soy una chica genial y que se enamorarían de mi, pero, no creo en la posibilidad hermosa de que alguien, ajeno a mi circulo más cercano, note eso en mi. No él, no Gustavo.

Empecemos con 32 razones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora