- Creo que a veces confunden el estudio con exclavitud. -Dice Fernando, una tarde, cuando estábamos haciendo los deberes bajo el árbol.-
- Ya ni recuerdo lo que es salir un viernes por la noche. -Lily se acomoda al lado de Alex y Gustavo se ríe un poco.-
- Bueno, habla por ti. Algunas si lo pasan bien los viernes.Dejo de escribir y le doy una mirada rápida. El se ríe y me guiña un ojo.
- ¡Flo! es Max. -Emily apunta hacia adelante y todos miran en esa dirección.-
- Una ya no puede hacer los deberes con tranquilidad. -Susurra Gustavo.-Gustavo y Fernando se ponen de pie rápidamente y yo pongo mis ojos en blanco.
- Gustavo, no hagas una escena por favor. Y Fernando, no seas idiota.
- Lo veo difícil... -Emily murmura y yo la miro con extrañeza.-
- ¿Están peleados? -Le susurro a Em.-
- Después te cuento.Max llega y nos saluda a todas.
- Solo vengo a buscar a Alex, ¿Lily, te lo puedo robar un momento?
- No por mucho tiempo.Alex se va con Max, y éste antes de irse, me mueve la mano.
- Vayamos a clases. -Dice Gustavo, molesto.-
Todos se levantan y con Lily nos quedamos un poco atrás para interrogar a Emily.
- ¿Que pasa con Feño?
- Cuando está estresado se pone insoportable, así que me alejo de él porque sino, somos puras peleas.
- Con Alex peleamos todo el tiempo. -Dice Lily mirándola con extrañeza.-
- Si, pero ustedes están acostumbrados a eso, ¡yo no!
- Bueno Em, es una etapa, ya se le pasará.
- ¡Hombres!
- Cierto...•
La biblioteca era nuestra gran amiga siempre que teníamos exámenes.
Ese día pasamos toda la tarde estudiando, a Gustavo lo notaba mas cansado de lo habitual, y ya que teníamos una mejor relación, decido salir de la duda.- ¿Dormiste anoche? -Le susurro, mientras Emily memorizaba la materia.-
- No mucho, Amanda está resfriada y estuve cuidándola.
- ¿Y Makarena? Tú tienes que estudiar.
- Según ella tenía un examen mega difícil, mentirosa, solo quiere ponerme a prueba.
- Ánimo.Entierro mis dedos en su cabello y él cierra sus ojos. No recordaba el relajo que me producía acariciar su pelo. Me quedo así por un rato y luego él toma mi mano y la besa. Yo le sonrío y él me responde.
- Son la pareja mas linda del mundo entero.
Con Gustavo miramos a Lily y ella nos sonríe. Yo sigo con mi trabajo y él con el suyo.
Antes de dar un examen, Gustavo me susurra que lo espere y me vaya con él, tenía algo que decirme. Yo asiento y doy el examen algo ansiosa.Luego que nos despedimos de todos, Gustavo empieza a caminar a mi lado.
- ¿Que tienes que decirme?
- Soy bastante bueno con las fechas y recordé, que un día como hoy, me di cuenta que estaba enamorado de ti. Es increíble como ya ha pasado un año y te sigo queriendo.
- Vaya... -Me apoyo en una banca y lo observo.- No sabia que podías recordar esas cosas con tal exactitud.
- Ni aunque quisiera, las podría olvidar.Gustavo se acerca y toma un mechón de mi cabello.
- Eres hermosa, y tú no lo sabes.
- Te extraño...
- Y yo a ti.Él sonríe y me abraza. Sin querer lagrimas caen por mis mejillas. Había olvidado el sentimiento maravilloso que era estar bajo sus brazos. Huelo su perfume y ella me abraza con mas fuerza. Siento que sus lagrimas caen por sus mejillas y mojan las mías.
- Florencia, lo peor de extrañarte, es saber que estás a mi lado y aún así no puedo tenerte.
Cierro mis ojos tratando de ocultar mi dolor. Ojalá todo fuera más simple y siguiéramos tan bien como estábamos antes. Él es el único hombre que quiero tener a mi lado para toda la vida.
- Te amo Gustavo.
- Te amo infinito Florencia.
- Creo que no es suficiente.Él se aparta un poco de mi para ver mi rostro.
- ¿Por qué dices eso?
- ¿Acaso no es obvio? Podemos amarnos lo mas que quieras, pero aún así no estamos juntos. Al parecer el amor no puede contra la malvada bruja...El sonríe un poco triste y acaricia mi mejilla.
- Créeme que si pudiera hacer algo, lo que sea para que estemos juntos, lo haría. Pero estoy tan abrumado que nada se me ocurre, no quiero causar daño, sobre todo a mi hija.
- Yo tampoco sé que hacer, cualquier cosa que se me ocurre, sé que puede ser invertida rápidamente por la idiota esa.Gustavo me sonríe y besa mis dedos. Luego me mira por mucho tiempo, y sé que está pensando en algo que no se atreve a decir.
- ¿Que quieres decirme?
- Es que ... -Se ríe.- siempre he tenido una idea para solucionar esto, aunque no sé si se solucione del todo, pero es algo loco. No sé.
- ¿Qué cosa? Dímelo.
- Es que... Bueno, ¿andas con identificación?
- ¿De la universidad?
- Tu carnet de identidad.
- Eeh si, creo, ¿por qué?
- Es una locura, lo sé. -Se ríe y luego me mira a los ojos.- Casémonos.
- ¿QUÉ? Es broma, ¿cierto?
- No, vayamos al registro civil.
- Gustavo, yo no quiero casarme.
- Oh... Cierto. -Dice decepcionado.-
- Y menos por buscar una solución desesperada para que te dejen ser feliz. Si alguna vez quiero casarme, será por decisión de ambos y sobre todo, será después de terminar mi carrera.
- Lo sé, lo siento. Sé que era una locura.
- Y yo amo las locuras, amor. -Tomo su rostro y él me mira asombrado.- Oh, lo siento, es la costumbre.
- No importa, decirme amor no creo que sea algo de costumbre.
- Quiero ser feliz contigo, Gustavo.
- Y yo contigo.
- Estoy cansada que la gente mala se salga con la suya, estoy cansada que gente influya en la relación, nuestra felicidad solo depende de nosotros dos, y así será.
- ¿Que haremos?
- Voy a tomar tu mano y nos dirigiremos a tu departamento. Ahí le diré a Makarena que haga lo que haga, seguiré a tu lado.
- Pero...
- No puede alejarte de tu propia hija, más aún si no tiene pruebas. Tu madre puede estar loca, pero tu padre no. Lo he pensado mucho, y hay mucha gente que nos apoya. ¿Cómo pudimos creer que íbamos a perder contra ellas? Si son solo dos. Nadie dejaría que te alejaras de tu hija, tu padre ni muerto dejaría que pasara una cosa así. Seguiremos juntos y Makarena se tragará toda su mierda.
- Eres increíble. ¿De dónde sacas todo esto?
- Estando contigo, me doy fuerzas, creo que soy capaz de todo, y por sobre todo, haría todo para estar contigo. ¿Crees que dejaría ir al hombre que me hizo creer en el amor?
- Por supuesto que no. -Gustavo sonríe y me abraza.- Yo tampoco te podría dejar ir. Eres mis 32 razones.
- Y tu mis mil.
- Creo que ya son infinitas.
- ¿Vamos? -Tomo su mano, y él la aprieta con dulzura.-
- Hasta la luna ida y vuelta.
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Empecemos con 32 razones.
RomanceDedicada a todas las personas que no esperan un cliché en una historia. Florencia es una chica normal. Una chica normal, con el corazón roto. ¿Qué es lo que viene después del primer amor? Gustavo es un chico normal. Un chico normal con un primer a...