coffee six

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Me desperté con algo frío en la cara. Dios, me estaban echando agua.

-¿¡Qué caraj...!?- comencé a preguntar mientras abría los ojos lentamente. La cabeza comenzó a punzarme y me llevé una mano a esta apretándome. Parecía como si me clavasen miles de tornillos por toda la sien. Escuché que la voz de mi hermana me interrumpía.

-Ya levántate. Eres una estúpida.

-¿Qué?

-¿No te acuerdas de cómo llegaste a casa anoche, acaso? Tuve que callarte unas cien veces mientras subíamos las escaleras. Eres una idiota emborrachándote.

-No recuerdo nada... lo último que recuerdo es haber estado jugando al verdad o reto con los demás.

Me levanté de mi cama y ví que mi hermana sostenía un vaso de agua en una de sus manos. Así que esa fue la forma con la que me despertó.

-Ya, de todas formas, gracias a Dios y a la virgen santa que papá no nos escuchó subir. Hoy, cuando se levantaron, preguntaron por ti y les comenté que habías llegado cerca de las cuatro y te habías acostado a dormir directamente. Así que ahora te levantas y actúas como si no tuvieras la resaca del año, porque sino recibiremos un castigo y te mataré de a trocitos. Que te quede claro- me dijo y levantó una de sus cejas. Tiró una blusa y un short a mi cara y luego se retiró de mi habitación.

Me levanté perezosamente y me coloqué lo primero que encontré. No pensaba salir fuera hasta que la resaca se hubiera pasado. Esto era jodidamente horrible. Ahora tendría que bajar y fingir como si no hubiera tomado nada de nada, como si no sintiera que me estuvieran acuchillando la frente y cortándola de a trozos. Y éste era momento de decir "no, no tomaré nunca más", pero sabía que tampoco lo cumpliría.

Bajé las escaleras, ésta vez despacio. Si llegaba a dar un paso en falso y me caía, Dakota me haría la vida imposible.

-Al fin y te levantas- dijo mi padre con apuro-, le avisas a tu hermana qu tu madre y yo nos vamos a hacer las compras para la noche, venimos más tarde.

-Okay, papá-, dije bostezando y sonriéndo falsamente. No quería que mi padre sospechara que todavía el suelo se movía bajo mis pies.

Luego de que se fueron, corrí a la cocina y tomé una aspirina del cajón de auxilios que teníamos apartado. Mi hermana se paró detrás mío.

-¿En dónd...?- comenzó a preguntar.

-Se fueron a hacer las compras, vienen más tarde, y debido a que son las tres, déjame decirte que el almuerzo ya lo tuvieron, y que, ahora, me voy a dormir.

Me dirigí a mi habitación mientras escuchaba a mi hermana rezongar como loca desde la cocina.

(...)

Boing.

Me llegó un mensaje al Whatsapp y lo abrí. Hace horas había estado en la computadora, desvelada ya que había dormido todo el maldito día, navegando y tan aburrida que cuando ví que había recibido un whatsapp, salté de la silla de la alegría. Por lo menos ahora tendría a alguien con quien hablar.

(Gwen)Dolyn:

¿Ya despestaste?

Yo a (Gwen)Dolyn:

No, pos te está escribiendo un extraterrestre.

(Gwen)Dolyn:

Jaja. Me muero de la risa.

Oye...

¿Recuerdas algo de lo de anoche?

Yo a (Gwen)Dolyn:

Starbucks girl  ||n.h||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora