coffee thirteen

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"Oh mierda. Me ha dicho linda. Cameron, respira. Inhala, exhala, inhala, exhala. No te alteres. No te ruborices, mierda, ya lo has hecho. Carajo, me ha dicho linda. Moriré en cualquier momento. ¡ME HA DICHO LINDA!"

Sonreí media atontada y le dije:

-Tú también eres lindo.

-Gracias, pero no tenías que decirlo- se rió y yo fruncí el ceño. El lo notó y se explicó-, porque ya lo sabía.

"Oh dios, te gusta un narcista Cameron."

Intenté acallar esa vocesita de mi mente y me reí, aunque lo hice más por obligación que porque me halla causado gracia.

-Bueno- dijo él, después de un momento-, ¿quieres ir a tu casa, te cambias y luego vamos al café?

No era mala idea. Mis padres no estarían en casa hasta la noche, Dakota seguramente seguía en la universidad... no tenía que preocuparme por dar explicaciones a nadie.

Acepté rápidamente y él tomó el camino hacia mi casa. Dentro del auto comenzaba a hacer calor. La calefacción prendida y mis mejillas sonrojadas no hacían muy buena dupla. Para colmo, había quedado un silencio interminable en el carro, pero después de todo, no era incómodo.

Al llegar a casa, Niall estacionó el auto y nos bajamos los dos a la misma vez. Ojalá pudiesemos haber estado más tiempo dentro del coche. Afuera hacía un frío tremendo. Me sobé los brazos y corrí hacia la entrada con Niall detrás mío. Abrí mi mochila para buscar las llaves. Papeles de comida, auriculares, cartas, notas... ¿y las llaves?
Luego de unos momentos las encontré muy en el fondo y tiré tan fuerte de ellas que golpeé a Niall en un brazo.

-Yo... ¡perdón!- dije completamente avergonzada y me tapé la cara con mis manos-, ¿estás bien?

-Sí, eso creo...- dijo Niall riéndo y sobándose la parte donde lo había golpeado-. Pero sería mejor que entremos, me estoy muriendo de frío aquí afuera.

-Oh, claro...- dije nerviosa y luego abrí la puerta.

Niall y yo entramos, luego cerré de nuevo la casa. Adentro estaba tan helado como afuera. Colgué las llaves en el llavero y prendí el calefactor. Encendí las luces del salón y lo invité a Niall que se siente en el sofá. Él aceptó gustoso y yo me acerqué a él. Noté que su brazo aún estaba rojo. Dios, que le había dado muy fuerte.

-Perdona, en serio, yo no quería...- dije y tomé su brazo con mis manos.

Seguro lo que estaba haciendo me estaba haciendo parecer extraña, pero necesitaba revisarlo. Y tampoco era una genia en esto de saber qué estaba mal o cómo curarlo, pero podía ver que no había sangre, así que eso me dejó tranquila.

Niall comenzó a reír. ¿Cómo podía hacerlo? ¡Le había dejado el brazo todo rojo! Además debía de dolerle...

-¿Cómo puedes reírte? Te dejaré un terrible moratón...

Lo miré a los ojos. Él me sonreía. Su sonrisa era espetacularmente hermosa. ¿Cómo podía ser un chico tan lindo? ¿Le había vendido el alma al diablo a cambio de una cara bonita, acaso?

-En serio, no pasa nada... si tú me lo curas.

-Ni siquiera te sangra.

-Pero lo has revisado, con eso me basta para que ya no duela.

"¿Acaso éste chico quiere que mueras Cameron? Porque te aseguro que tarde o temprano lo harás." me dijo mi conciencia.

-Yo... si me disculpas, me iré a cambiar- dije, nerviosa mientras me tocaba el lóbulo de la oreja y me mordía el labio inferior.

Starbucks girl  ||n.h||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora