coffee twenty three

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La semana estaba pasando dolorosamente lenta. Niall me mandaba mensajes todos los días deseándome un buen día o pidiéndome perdón sin saber qué era lo que había hecho. Y lo entendía en parte, él no tenía la culpa de haberse liado con una tía y ahora tener que andar cuidando a una hija. Sin embargo, aún me parecía mentira el hecho de que él fuera padre, probablemente todo esto era producto de mi imaginación, pero la foto no dejaba lugar a reproches. Además la había publicado hacía unos tres meses casi, y probablemente era por eso que no me había hablado del tema. Sentí como los ojos se me aguaban mientras iba camino al centro comercial. Había salido del instituto directo al shopping ya que tenía que comprarme algo para la fiesta en casa de Tony esta noche. Iría de todas formas aunque sabía de antemano que lo vería a Niall. Una parte de mí estaba alegre con el hecho, es que joder, el chico me seguía gustando, pero no podía dejar pasar en alto el hecho de la foto.

Entre al centro comercial y fui directo al primer piso. Me pase media hora eligiendo un atuendo que me gustase y al final opté por un vestido flojo con un estampado de palmeras. Pasé por la caja, lo pagué y luego volví a bajar las escaleras. Miré hacia mi costado. Allí estaba el Starbucks en donde había conocido a Niall. Dios, ¿por qué era tan difícil hacer caso omiso a ello? Sin pensarlo busqué con la mirada su cabellera rubia. No estaba allí. Sentí que un sabor amargo me invadía la garganta y bajé la vista. No podía estar triste por una persona que me había mentido.

Sentí que mi teléfono volvía a sonar y miré la pantalla. Cinco whatsapps de Niall.

Niall:

Hey Cameron, sé que no me irás a contestar

Pero he pasado tres días enviándote mensajes

Y aún no sé qué mierda he hecho para que me ignores, ¿sabes?

No entiendo tu enojo, me gustaría que me des alguna explicación.

Cameron joder, te quiero como nunca quise a nadie en el mundo

Visto a las 15:30 pm.

Cameron, sé que lo ves ni bien te lo mando, ¿eso quiere decir que algo te sigo importando?

Cerré el chat y bloqueé mi celular de nuevo. Los ojos se me aguaron una vez más y sentí que estaba siendo una mierda de persona. Vi que una sombra se posaba justo enfrente mío. Me dí la vuelta y levanté la vista. Carajo, ¿qué hacía aquí? Dios, es que esto se estaba poniendo cada vez más difícil.

-Cameron, bebé- me dijo Niall. Vi el brillo de sus ojos cada vez más apagado. Llevaba una camiseta con unos pandas en su frente y unas bermudas de jean. Estaba despeinado y tenía unas ojeras que lo hacían parecer mucho mayor, como si no hubiera dormido por días. En sus manos llevaba su agenda y el teléfono, que mostraba la pantalla de mi chat con él. El corazón se me achicó y tuve que contener la respiración.

-No Niall, nos vemos luego adiós- dije, haciendo lo posible para que esas palabras salgan con la amargura que llevaba conteniendo todos estos días.

-¿Me quieres explicar qué te he hecho?- me agarró por el brazo- Cameron, me estás matando de a poco.

-¿Sí? Como si tú no lo hiciste cuando me mentiste- respondí a la defensiva.

Niall me miró confundido. Sus ojos parecían implorar que lo deje abrazarme.

-¿Qué? Yo no te he mentido Cameron, te quiero más que a nada en este mundo.

-Lo dices teniendo una hija, que buen ejemplo de padre...- dije mirando hacia otra parte y tratando de soltarme de su agarre.

-¿¡Qué carajos!? ¿Una hija? ¿Acaso estás loca?

-Pues, mira que yo no soy estúpida y twitter existe.

Starbucks girl  ||n.h||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora