coffee nineteen

264 28 7
                                    

Niall me miró desde la otra punta del sofá. Tenía una expresión de preocupación muy grande en su cara desde que Gideon se había largado y habíamos entrado a la casa. Pensé en todo el desorden que podríamos haber generado, ¿los vecinos se habrían despertado?

-¿Te encuentras bien?- me preguntó mientras se mordía las uñas que casi no tenía.

-En verdad estoy bien, no sé por qué me lo preguntas cada dos segundos- contesté.

Dakota terminó de bajar los escalones y traía unos resúmenes de la universidad que Niall había venido a buscar. Supuestamente estaba estudiando a las cinco de la madrugada y le faltaban algunas hojas que, "por casualidad", tenía mi hermana. ¿No se las podía pedir a alguien más? Era obvio que había puesto una excusa. Dakota estaba durmiendo y la universidad empezaba dentro de una hora, ¿estaba loco o algo así?

Dakota le entregó las hojas y él le sonrió sin ganas. Tomó las hojas y las guardó dentro de su mochila. Me miró acto seguido y volvió a preguntar lo mismo que me había preguntado hace un momento.

Yo solo bufé y lo miré frunciendo las cejas, ¿no me creía?

Dakota tomó uno de mis brazos y yo me quejé sonoramente. Bueno, tal vez tenía una que otra raspadura, pero no era para exagerar, tenía diesciete años, podía curarme yo sola.

-Oh por Dios Cameron, estás lastimada, mira, tu codo parece una chuleta con sangre, que asco.

Yo solté una risita pero vi a Niall que cada vez se ponía más serio.

Se acercó a mí y me tomó el brazo. Hizo una mueca con su boca y con una de sus manos se acercó hasta mi brazo bueno y la posó en mi mano. Comenzó a acariciarla lentamente, lo que me producía choques de electricidad en cada parte de mi cuerpo. Parecía estar temblando pero nadie más lo notaba en la habitación, la panza se me revolvía pero no estaba descompuesta y noté que las mejillas me ardían como si se me estuvieran cocinando.

-Day, ¿tienen cofre de auxilios?- preguntó aún mirando la raspadura de mi codo. Y ahora que la observaba bien no era algo pequeño, de veras que parecía una chuleta sangrante.

-Sí, enseguida lo traigo- dijo y corrió hacia el baño más próximo.

Miré a Niall en cuanto mi hermana no estuvo allí. Sus pestañas largas estaban realmente cerca de mi cara, su boca, oh por el amor de Dios, su boca. Los perfectos labios rosados y finos, moviéndose mientras me decía algo a lo que no estaba escuchando. Los miraba con ganas de que me besen, con ganas de probarlos y no soltarlos jamás. ¿Pero qué estaba diciendo? ¡Cálmate Cameron! ¿Acaso estaba loca?

-... no creo que se haga peor, pero ya sabes, puede arderte...- me dijo y ahora volvió su vista a mis ojos. Su mirada brillaba y estaba extremadamente azul-, ¿estás escuchándome?

Asentí y sonreí rapidamente. Él sonrió como si ya se hubiese dado cuenta de que estaba mintiendo, y era una posibilidad.

-Gracias por ayudarme- dije, y la voz me salió en un susurro, inconscientemente.

-No fue nada, si yo no hubiera venido podrías haber terminado quien sabe dónde y muy lastimada. Diciendo la verdad, Dakota no habría pateado ni a una mosca con ese sartén.

Sonreí y él también lo hizo.

-Gracias- repetí-, siempre estás ahí, no sé como haces...

-¿Cómo hago qué?

-Aparecer cuando lo necesito, parece como si tuvieras un sensor, o algo por el estilo...

-No, solo tengo una inmensa atracción por...- y Dakota entró a la habitación hablando sola.

Starbucks girl  ||n.h||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora