coffee seventeen

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-¿Me puedes explicar qué acaba de pasar?- le pregunté a Tone luego de que estuvimos completamente solos en su cuarto. Él cerró la puerta y se acercó a mí.

-Oh, nada, es un poco molesto, pero...

-¿Qué es tuyo?

-¿Quién? ¿Niall?- dijo Tone mirándome fijamente y luego se le escapó una sonrisita-, ¿lo conoces?

-No viene al caso- agité mis manos-, ¿qué hace aquí?

-Pues... su padre es Bobby Horan, el notable contador de la empresa Boston International Management.

Abrí grande mis ojos. Niall no me había comentado eso. Estaba saliendo con el hijo del más importante contador de todo Boston, y no lo supe hasta el momento.

"Bueno, saliendo no es justamente la palabra" pensé.

Miré a Tone con ojos inquisidores.

-Y mi madre se divorció hace algunos meses, ha estado algo decepcionada de mi padre y era algo amargada al principio, per....

-Tone- lo interrumpí-, ¿qué me quieres decir?

-Que Bobby y mi madre se han conocido en la empresa de él y, bueno, em... han comenzado su relación.

Abrí mis ojos de la sorpresa. No podía ser. No, no y no. Ahora comprendía lo que Tone me quería decir desde un principio... y el por qué de que Niall se encuentre en su casa. Él y Tone eran hermanastros.

-¿¡Son hermanos!?- pregunté, aunque ya sabía la respuesta.

Anthony asintió.

-¿Es por eso que se conocen?- volví a cuestionar.

-Ajá- dijo mientras asentía.

-¿Y se quedará aquí durante estos meses?

-Pues sí, y también tendremos que vivir juntos cuando mi madre y Bobby se muden a la misma casa.

Así que el nuevo hermano de mi mejor amigo era el chico con el que estaba empezando una relación. O con el que había algo en el pasado, porque, por como me había tratado y mirado hoy, no sabía si las cosas se arreglarían o no. Sentí una punzada en el estómago, ¿cómo haría para mirarlo a la cara casi todos los días de mi vida? Porque además de que era el compañero de Dakota, ahora lo tendría que ver cuando viniera a la casa de Tone. Y no venir a la casa de mi amigo no era una opción dentro de mis planes, venía aquí desde los ocho años y no iba a dejar de venir simplemente porque el chico que me gustaba se encontraba allí siempre.

Sentí que me ruborizaba y los ojos se me llenaban de lágrimas. ¿Por qué me tenían que gustar todos los chicos que eran imposibles en mi vida? Y cuando sentía que alguien me amaba, se largaban así como así. Recordé mi relación con Gideon, estábamos en tercer año y él era el chico nuevo del curso. Las chicas lo ignoraban, y Gwen estaba fascinada con él. Me decía que no teníamos que dejarlo de lado, no ser como las otras arpías. Así que los tres formamos una bonita amistad, y de pronto, comenzó a gustarme Gideon. Él me correspondía, pero nunca había llegado a pensar que luego de un tiempo, cuando él comenzó a acercarse al grupo de futbolistas, me iba a engañar con Ariadna, la capitana de las porristas en aquel entonces. Por esa razón nunca más creí en que todos los hombres fueran fieles. Y luego llegó Niall, para romper mis estructuras. Su forma de ser me hacía pensar en que mi concepto de los hombres era completamente equívoco. No era nada comparado a Gideon ni a los chicos que habían venido después. Él era diferente, y no porque lo dijera porque él me gusta. Él era diferente en todos los sentidos, tenía algo que lo hacía distinto. Como si fuese una escencia que sólo podía reconocer yo y que los otros no lo habían tenido. Como su propio perfume. Su propio aroma. Su propia forma de ser. Su propia hermosura. Nada comparado a lo que antes hubieran tenido los otros chicos.

Starbucks girl  ||n.h||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora